Los gallegos residentes fuera de España dieron el empujón que faltaba para hacer caer el último bastión del franquismo en el país, dando su voto mayoritario a los socialistas y, a la vez, marcando el comienzo de una crisis en el centroderechista Partido Popular (PP).
Al ganar el escaño en disputa en la provincia de Pontevedra, la coalición de los socialistas y nacionalistas gallegos lograron la mayoría necesaria para desplazar del gobierno autónomo a Manuel Fraga, fundador del PP, presidente honorario del mismo y ministro de la dictadura de Francisco Franco (1939-1975).
Fraga, quien además fue miembro de la comisión que redactó la Constitución de España, aprobada al iniciarse el proceso democrático tras la muerte en 1975 de Franco, gobernó Galicia en los últimos 16 años y desde allí siguió ejerciendo un notable poder en el PP, tanto en esa provincia como en el resto del país.
La fuerte personalidad del presidente en funciones y el ejercicio del poder le permitieron frenar una crisis interna en el PP de Galicia que, según varios analistas políticos, entre ellos el periodista Fernando Jáuregui, se extendería al resto de ese partido. Con el resultado de estas elecciones se abre la caja de los truenos, dijo Jáuregui a IPS.
Esos truenos resonarán en los oídos del también gallego Mariano Rajoy, presidente del PP, quien se apresta a renovar la dirección de este partido, según fuentes de la misma que pidieron no ser identificadas. Una renovación que alcanzaría a los más altos cargos.
En los comicios celebrados el 19 de este mes en Galicia para elegir los 75 diputados del Parlamento Autónomo de esa Comunidad Autónoma, se registró un empate en 37 escaños entre el gobernante PP y la suma de la anunciada coalición del Partidos Socialista Gallego (PSG), sección del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), y el Bloque Nacionalista Gallego (BNG).
Así, la resolución final quedó a la espera de que se contasen los votos procedentes de la emigración gallega de fuera de España.
Ese escrutinio fue riguroso, al extremo de que el PP envió como coordinador de sus supervisores a Federico Trillo, ex ministro de Defensa de España, quien estuvo presente en el conteo sobre a sobre de los votos. Del total de 124.354 sufragios llegados desde el exterior, la mayoría lo hicieron de Argentina y Uruguay, 54.305 y 14.552 respectivamente.
Pero fue en Pontevedra donde se decidió a quien corresponde el escaño que decidirá la mayoría para designar al presidente de Galicia. Para triunfar allí Fraga hubiera necesitado más de 8.000 votos de ventaja, pero sólo consiguió 15.361 votos contra 13.518 del PSG. Con ello, quedó elegido diputado el socialista José Manuel Gallego.
En líneas generales, el PSG en Pontevedra, al igual que en el resto de Galicia, logró 33 por ciento de los votos emitidos. Pero de la emigración obtuvo 43 por ciento, lo que se atribuye en gran medida a los viajes del presidente del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, quien en Argentina recibió el apoyo del mandatario de ese país, Néstor Kirchner.
El secretario general del PSG, Emilio Pérez Touriño, y el líder del BNG, Anxo Quintana, confirmaron este martes que sus partidos se coaligarán para designar al primero de esos dos líderes como presidente de la Junta de Galicia, el poder ejecutivo autónomo de esa Comunidad, una de las 17 que integran España.
Sin embargo, todavía no han precisado cómo se constituirá la coalición ya que, según Quintana, deberán negociar, pues hay dos programas compatibles y ahora tenemos que llegar a acuerdos.
Pérez Touriño anticipó en líneas generales la orientación que tendrá el gobierno gallego que presidirá, cargo que probablemente asumirá a fines de julio o principios de agosto. Su anticipo es que tendrá cuatro grandes ejes: modernización, regeneración democrática, fortalecimiento del autogobierno y atención de las graves demandas sociales.
Aunque existe acuerdo para conformar esa coalición, también dentro del PSG hay algunas diferencias que se harán notar. Francisco Vázquez, alcalde de la más grande ciudad gallega, La Coruña, y con gran poder dentro de ese partido, manifestó sus reticencias para el acuerdo con los nacionalistas.
Ese desacuerdo no parece que apunte a evitar la coalición, pero sí a que el BNG no adquiera demasiadas consejerías (ministerios) y, en todo caso, que su líder no sea designado vicepresidente del gobierno autónomo..
Vázquez incluso habría contactado con dirigentes del PP ûaunque no con Fraga¡ para explorar la posibilidad de llegar a acuerdos con un sector de ese partido, rompiendo la unidad socialista, con el objetivo de que se conforme una coalición sin el BNG. Pero fuentes próximas a Pérez Touriño descartaron totalmente esa posibilidad.
Por otro lado, admitiendo su derrota, Fraga le comunicó a Rajoy que quiere seguir en política, pese a sus achaques de su salud y a sus 82 años, como líder de la oposición en Galicia.
El veterano dirigente afirmó que está dispuesto a seguir en política, desde el gobierno o la oposición, hasta el último suspirito y al servicio de España.
Fuentes del PP dijeron que impugnarán los resultados en Pontevedra, argumentando que la Junta Electoral impugnó votos del extranjero emitidos después del domingo 19. Sin embargo, fuentes jurídicas aseveran que esa impugnación sólo podría demorar la elección del nuevo presidente, pero no alterar los resultados electorales.
