Vicente Fox, el primer presidente mexicano ajeno al PRI en siete décadas, ya prepara sus maletas, mientras los aspirantes a sucederlo en 2006 hacen de todo por obtener las preferencias de los votantes.
Hasta el 2 de julio de 2006, día de las elecciones presidenciales, México vivirá marcado por el fuego cruzado de los candidatos, la propaganda y la preparación del proceso electoral, en el que podrán tomar parte más de 60 millones de ciudadanos. Serán los primeros comicios desde 1929 sin el PRI (Partido Revolucionario Institucional) en el poder.
Según dijeron a IPS fuentes gubernamentales, Fox pidió a sus colaboradores la preparación de informes de gestión y el ordenamiento de documentos para entregar al futuro nuevo gobierno.
Fox, del conservador Partido Acción Nacional (PAN), triunfó en las elecciones de julio de 2000 y asumió el cargo en noviembre de ese año.
"Los tiempos electorales están adelantados y el gobierno parece tener urgencia de irse, pero es explicable, pues nuestra joven democracia está aún adolescente y así reacciona", dijo a IPS el politólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México, Antonio Pelayo.
El experto sugirió a los aspirantes a la presidencia "no emocionarse demasiado, pues aún queda mucho tiempo para el día de la elección y cualquier cosa podría pasar", y a los ciudadanos les tocará "soportar" una campaña que será "dura y cansada", dijo.
Según la mayoría de encuestas de intención de voto, si las elecciones fueran ahora, el ganador sería el alcalde de la capital Andrés López Obrador, del opositor e izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), quien aventaja por entre 15 y 19 puntos porcentuales al segundo en preferencias, el presidente del PRI, Roberto Madrazo.
El tercero en las encuestas es el ex secretario (ministro) de Gobernación (Interior), Santiago Creel, del PAN.
Pero no son los únicos aspirantes. En el PRD también tiene interés en participar su ex candidato presidencial y líder histórico Cuauhtémoc Cárdenas, y en el PRI aparecen por lo menos tres nombres más, entre ellos el de Enrique Jackson, jefe de la bancada de senadores.
En el PAN hay otros aspirantes: los ex ministros y ex legisladores Felipe Calderón y Francisco Barrio, y el actual ministro de Medio Ambiente, Alberto Cárdenas.
Además, el ex canciller y escritor Jorge Castañeda y el empresario farmacéutico Víctor González mantienen diálogos con partidos políticos pequeños sobre potenciales patrocinios a sus candidaturas.
Entre julio y septiembre, cada partido deberá procesar elecciones internas para definir candidatos, y a partir de entonces se lanzará con fuerza la campaña electoral.
Por ahora, los aspirantes mantienen agrios enfrentamientos verbales, incluso entre correligionarios, mientras ya está presente en radio y televisión la propaganda proselitista.
Los comicios de 2006 serán también legislativos, y se elegirán autoridades de muchas alcaldías.
Se espera que el clima económico y financiero de México se mantenga sin sobresaltos hasta el fin del proceso y el traspaso de mando.
"Están dados todos los elementos (normativos, institucionales y políticos) para que México vuelva a vivir unos comicios abiertos, competidos, pacíficos y en los cuales las diferentes fuerzas políticas desplieguen todos sus derechos y ejerzan todas sus libertades", dijo José Woldenberg, ex presidente del independiente Instituto Federal Electoral.
Para llegar a este punto, México debió atravesar un camino de reformas legales "lento, complejo y espectacular", recordó el ex funcionario.
Hasta comienzos de los años 90, el PRI organizaba las elecciones y las ganaba en medio de denuncias de fraudes. Pero luego de varias reformas legales que independizaron a las autoridades electorales, ese partido comenzó a perder su hegemonía hasta que en 2000 fue derrotado por el PAN.
Pero el PRI sigue siendo hoy el partido con mayor presencia en gobiernos estatales y municipales y el que recoge mayor respaldo ciudadano como colectividad política.
Cuando se consulta a los ciudadanos por "identidad partidaria", 28 por ciento responde PRI, 19 por ciento PAN y 14 por ciento PRD, según la última encuesta nacional de la firma privada Mitovsky, realizada entre 15 y el 23 de mayo a 1.200 personas.
"El PRI es una buena marca, tanto que por sí sola podría volver a ganar la presidencia, pero el juego real está en función del candidato, y allí el PRD es fuerte por ahora", opinó Pelayo.
Según el último sondeo de Mitovsky, 34 por ciento de entrevistados consideró que el partido con más posibilidades de ganar la presidencia era el PRD.
Esa firma, una de las más prestigiosas de México, indicó que 18 de cada 100 ciudadanos dicen sentirse "muy interesados en política", la proporción más alta desde 2001, cuando empezaron a realizarse mediciones al respecto.
Según una encuesta realizada en 2004 por el Latinobarómetro, con sede en Chile, 75 por ciento de los mexicanos están convencidos de que la política ha sido secuestrada por las elites y que la democracia beneficia sólo a unos pocos.
Ese desencanto con la democracia tuvo una de sus expresiones el 6 de julio de 2003, cuando a las elecciones legislativas federales acudieron a votar menos de 60 por ciento de habilitados, lo que representó una abstención sin precedentes.
Pero ahora parece haber mayor interés, sobre todo porque el horizonte señala comicios presidenciales, los primeros en la era "post PRI", dijo Pelayo.