EEUU-VENEZUELA: ONG como arma arrojadiza

La imagen más vista por los venezolanos esta semana muestra a María Corina Machado, líder de la organización no gubernamental opositora Súmate, estrechando la mano del presidente estadounidense George W. Bush, ambos sonriendo ante una nube de fotógrafos, en el Salón Oval de la Casa Blanca.

El presidente venezolano Hugo Chávez nunca fue recibido por sus homólogos estadounidenses —Bush y su antecesor Bill Clinton (1993-2001)— desde que asumió el poder en 1999. Washington y Caracas mantienen un fuerte enfrentamiento retórico y político.

Mientras se mantiene la exportación venezolana de 1,5 millones de barriles diarios de petróleo a Estados Unidos, la confrontación verbal escaló unos peldaños en las últimas semanas, luego de que Caracas pidió a Washington la extradición del terrorista cubano-venezolano Luis Posada Carriles, y Chávez amenazó con revisar la relación si no se satisfacía el pedido.

Bush ”dijo que, como otros líderes en el mundo, está preocupado por las informaciones sobre las violaciones de los principios democráticos y de la Constitución por parte del gobierno venezolano”, declaró Machado tras su entrevista con el mandatario, el martes.

”Hemos visto una tendencia muy preocupante del gobierno, de violar los principios de la democracia, como el Estado de derecho, derechos humanos básicos, y hasta la posibilidad de tener elecciones libres”, añadió la dirigente.

El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, dijo que en la reunión Bush y Machado ”analizaron el importante trabajo de Súmate en defensa de los derechos constitucionales en Venezuela, y especialmente sus esfuerzos para salvaguardar la integridad y la transparencia del proceso electoral en ese país”.

”La lectura (del encuentro) es que Venezuela y Estados Unidos seguirán teniendo relaciones imposibles. Es un espaldarazo a la oposición, y un mensaje para América Latina, al decir que Bush está interesado y sigue de cerca los asuntos latinoamericanos y a los gobiernos que no están bien vistos en Washington”, dijo a IPS la profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad Central, María Teresa Romero.

Para Carlos Romero, también profesor de asuntos internacionales, este es ”un caso de 'photo opportunity', de impacto visual, como si Washington quisiera convertir a Machado en una nueva Violeta Chamorro”, la nicaragüense que desbancó al presidente Daniel Ortega en los comicios de 1990.

El canciller venezolano Alí Rodríguez dijo que la entrevista Bush-Machado fue ”una doble provocación: primero a la oposición venezolana, porque se podría decir que se trata de una plataforma de lanzamiento de la candidatura de la señora Machado para las próximas elecciones” presidenciales, en diciembre de 2006.

Pero también al gobierno, ”porque hasta ahora no ha sido posible que el embajador de Venezuela, Bernardo Álvarez, el legítimo representante de la República, sea recibido por el Departamento de Estado”, cancillería estadounidense.

”Súmate, un partido político disfrazado de organización no gubernamental (ONG), si alguna duda quedaba en el país, se revela ahora más nítidamente como una simple agencia de Estados Unidos en Venezuela”, afirmó el canciller.

Súmate, dirigida por ex alumnos venezolanos de la estadounidense Universidad de Stanford, donde fue profesora la secretaria de Estado (canciller) Condoleezza Rice, actuó en 2003 y 2004 como brazo técnico-electoral de la coalición opositora Coordinadora Democrática, que buscó sin éxito revocar el mandato del presidente Hugo Chávez.

De cara a los comicios municipales del 7 de agosto y los parlamentarios de diciembre, Súmate y grupos de oposición reclaman una renovación del poder electoral y depuración de los listados de votantes, y protestan por procesos judiciales abiertos a militares, empresarios y activistas acusados de violar la Constitución y leyes.

Contra Machado hay un proceso abierto en que se la acusa de haber apoyado y firmado el decreto de disolución de los poderes públicos emitido por Pedro Carmona, el empresario golpista que fungió como presidente durante dos días de abril de 2002, cuando un golpe de Estado apartó fugazmente a Chávez del gobierno.

También se investiga si es legal que Súmate haya recibido 53.000 dólares del National Endowment for Democracy, una fundación del Congreso legislativo estadounidense que dirige.

Varios parlamentarios oficialistas pidieron esta semana enjuiciar a Machado por traición a la patria, en tanto la oposición repartió sus opiniones entre el elogio a su actuación ante Bush y la crítica a la injerencia de Estados Unidos.

”La Casa Blanca tuvo un gesto de reconocimiento con una ONG que trabaja por la transparencia de la democracia. Hay mucha gente envidiosa por esa entrevista”, dijo el socialcristiano Eduardo Fernández, en tanto Armando Díaz, del grupo izquierdista Bandera Roja, lamentó que ”Estados Unidos se inmiscuya en la situación de Venezuela”.

Pero Súmate no fue la única ONG que esta semana se atravesó en la confrontación entre Washington y Caracas.

La organización Provea, la más conocida de las defensoras de derechos humanos en Venezuela, protestó ante Estados Unidos por ”el despliegue de política que amenaza el derecho a la autodeterminación del pueblo venezolano”.

En una carta al embajador estadounidense William Brownfield de la que entregó copia a IPS, Provea recordó su condición crítica frente a distintos gobiernos venezolanos desde hace 17 años y sus periódicos reclamos a Chávez por utilizar el discurso de soberanía para evadir debates sobre derechos humanos.

”Desde esa misma perspectiva, expresamos nuestra preocupación por el tono, la frecuencia y las posibles implicaciones de las declaraciones de altos voceros de la actual Administración de Estados Unidos, sobre Venezuela, señalada junto con su gobierno como un peligro para la región”, asentó Provea.

La organización destacó que ”en el pasado, éste y otros gobiernos de Estados Unidos han creado matrices de opinión que buscaron legitimar una intervención directa en países con los que tiene algún conflicto económico o político, justificándose en la democracia y en los derechos humanos”.

Entretanto, el diferendo bilateral espera por otra jornada crítica, el 13 de junio, cuando un tribunal estadounidense examinará el ingreso ilegal a ese país de Posada Carriles y podría señalar si es extraditable o no a Venezuela.

Mientras escala la confrontación política, los negocios siguen su marcha, y el Ministerio de Industrias Ligeras y Comercio promueve una rueda de negocios venezolano-estadounidense, similar a la efectuada con empresarios de Argentina, Brasil, China, Colombia, Irán y Rusia, en la que espera reunir, el 29 de junio en Caracas, a 400 importadores y exportadores de las dos naciones.

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