ARGENTINA: ONG temen que España vuelva por merluza

– (Tierramérica) Organizaciones no gubernamentales (ONG) argentinas que velan por la pesca sustentable denuncian la presión de España por un nuevo acuerdo de cooperación con Argentina que podría tener impacto letal en caladeros del Atlántico Sur, sobreexplotados por la flota española en los años 90.

La señal de alerta surgió en mayo durante una visita a Argentina de la ministra de Pesca de España, Elena Espinosa, quien buscó interceder en un prolongado conflicto de empresas pesqueras españolas con sus trabajadores, que demandan mejores condiciones laborales.

Espinosa también se reunió con el ministro de Economía argentino Roberto Lavagna y con el subsecretario de Pesca, Gerardo Nieto. Según dijo en rueda de prensa, habló con ellos sobre ”futuros acuerdos de colaboración entre los dos países en temas de investigación” pesquera.

La sola mención de la palabra ”acuerdo” causó alarma entre ONG todavía traumatizadas por el impacto negativo que tuvo sobre el caladero de merluza (Merluccius hubbsi) un acuerdo de cooperación firmado en 1994 entre Argentina y la Unión Europea (UE), usufructuado principalmente por España.

Nieto debió salir a negar que hubiera ”ningún tipo de convenio o nueva propuesta de ayuda entre ambos países”, pero sus escuetas explicaciones no despejaron dudas de ONG y algunos funcionarios.

Ernesto Godelman, director de la ONG Centro en Defensa de la Pesca Nacional (Cedepesca), dijo a Tierramérica que España tiene una política de Estado muy agresiva en materia pesquera desde hace más de 40 años.

”El problema comienza cuando encuentran países vulnerables a sus cantos de sirena como es el caso de Argentina. Entonces debemos dar el grito de alerta”, afirmó.

Cedepesca manifestó en un comunicado su ”temor” ante las declaraciones de Espinosa. ”¿No fue suficiente el desastre ocasionado por el acuerdo firmado en los 90? ¿Tenemos que seguir desarrollando experiencias autodestructivas hasta que no quede nada en el mar argentino?”, preguntó.

En los años 90, y para bajar la presión de pesca en sus aguas, la UE subsidió la destrucción de buques españoles o su pasaje a operar en otras partes del mundo. En ese marco se produjo el convenio con Argentina, denunciado por Buenos Aires en 1998 debido a la acelerada depredación de recursos que provocaba en el Atlántico Sur.

En Argentina se formaron numerosas sociedades mixtas para la pesca de merluza en el Atlántico Sur que realizaron cuantiosas capturas, multiplicando el volumen por diez durante la vigencia del acuerdo, y la existencia de la especie cayó por debajo del nivel considerado crítico.

En 1998, cuando terminó el acuerdo, el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero argentina permitía la pesca anual de 400.000 toneladas de merluza, y en 2002 sólo autorizó 280.000 toneladas. La restricción para recuperar el recurso perjudicó a pescadores locales.

Actualmente la pesca permitida ha vuelto a 400.000 toneladas anuales.

”El caso argentino es un lamentable espejo donde deberían mirarse aquellos que sean tentados a signar acuerdos de transferencia de capacidad pesquera”, sostuvo el Fondo Mundial para la Naturaleza en un informe lanzado en 2003.

”Los países en desarrollo se ven particularmente afectados en la medida en que enfrentan la sobrecapacidad de pesca que países más ricos exportan desde sus pesquerías mermadas”, añadió.

Según Godelman, Madrid jamás acepta restricciones a la pesca, e incluso expresa dudas sobre informes de organismos científicos que al comienzo de cada temporada calculan volúmenes autorizables de captura para cada especie.

De todos modos, consideró ”difícil” que se pueda avanzar en un nuevo acuerdo de pesca porque ”sería escandaloso”.

Guillermo Cañete, coordinador del programa de pesca sustentable de la Fundación Vida Silvestre, también dijo a Tierramérica que si bien existen presiones de España, las condiciones políticas y del recurso ”cambiaron muchísimo” desde los años 90 y eso obstaculiza que la historia se repita.

Hace un año, en el marco de las negociaciones para un acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur (integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), Buenos Aires se negó de plano a suscribir un nuevo acuerdo de pesca con el bloque europeo, debido a la sobreexplotación causada por el de 1994.

Es aún peor la situación de otras dos especies de gran valor económico: el calamar illex (Illex argentinus) y el langostino (Penaeus kerathurus).

”Este año puede haber una fuerte presión sobre la merluza por la gran cantidad de buques que no van a capturar nada de las otras dos especies”, y por eso habrá que mantenerse alerta ante las presiones, anticipó Cañete.

* La autora es corresponsal de IPS. Publicado originalmente el sábado 11 de junio por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.

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