UZBEKISTÁN: Derechos violados son el origen de la revuelta

– El alzamiento popular y la represión gubernamental con centenares de muertos en la ciudad de Andiján, oriente de Uzbekistán, confirmaron las preocupaciones de la comunidad internacional por las violaciones a los derechos humanos en ese país de Asia central.

Uzbekistán vive bajo una dictadura, en las cárceles hay más de 6.000 presos políticos y la situación de los derechos humanos es deplorable, resumió en Ginebra Nozima Kamalova, presidenta de la organización no gubernamental Sociedad de Asistencia Legal, que tiene sede en Tashkent, la capital uzbeka.

La sociedad civil de Uzbekistán reclama a los gobiernos occidentales que presionen a Tashkent para que respete los derechos humanos, dijo la abogada uzbeka.

El país, que obtuvo la independencia en 1991 tras la desaparición de la Unión Soviética, ha sido férreamente gobernado desde entonces por el presidente Islam Karimov, que primero prohibió toda oposición y luego comenzó a reprimir la religión, dijo Kamalova, que integró una delegación de activistas humanitarios uzbekos de visita en Ginebra.

Karimov ha contado con apoyo occidental, en particular del gobierno de George W. Bush, que necesitaba aliados en esa región de Asia central cuando ejecutó a fines de 2001 la invasión a Afganistán.

Los episodios del fin de semana pasado en Andiján, una próspera ciudad ubicada en la frontera de Uzbekistán con Kirguizstán, dejaron una cantidad de víctimas hasta ahora incierta.

El jefe de la delegación en Tashkent del Comité Internacional de la Cruz Roja, Rolin Wavre, sostuvo que es en extremo difícil hacerse una idea precisa del número de muertos o de obtener información acerca de lo realmente ocurrido.

Sin embargo, las organizaciones no gubernamentales uzbekas que llegaron a Ginebra, invitadas por la Organización Mundial contra la Tortura (OMCT), mencionaron una cifra superior a 500 muertos.

Muchas víctimas eran mujeres y niños, porque los soldados del gobierno abrieron fuego contra ellos, afirmó Dilshad Tillamodjaev, del no gubernamental Centro para las Iniciativas Democráticas, con sede en la misma Andiján.

”Karimov ha sostenido que él no ordenó disparar contra los manifestantes, pero eso no es cierto”, aseveró Tillamodjaev.

El gobierno elevó a 169 la cantidad oficial de fallecidos. En cambio, fuentes periodísticas rusas dijeron que un partido uzbeko de oposición, el Ozod Dekhoniar (Campesinos Libres) había contado 745 víctimas, 542 en Andiján y 203 en la población aledaña de Pakhtaabad.

La revuelta popular de Andiján tiene raíces en las insurrecciones de los últimos tiempos contra los gobiernos de otras repúblicas ex soviéticas, como Georgia, Ucrania y Kirguizstán, dijo Kamalova.

En Andiján se vive un clima particular porque se trata de la ciudad de economía más floreciente del país, sostenida principalmente por su industria automotriz y por la aparición de una sólida clase media, desconocida en el resto de Uzbekistán, explicó.

En Tashkent nunca se repetiría una explosión popular semejante porque la capital del país de casi 26 millones de habitantes ”es muy conservadora”, arguyó.

Sin embargo, Tillamodjaev opinó que en cualquier región de Uzbekistán puede ocurrir un episodio similar a causa de la crisis política, económica y social que agobia al país.

Un estudio divulgado esta semana por el Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo que la pobreza abarca a 27,5 por ciento de la población, unos 6,8 millones de personas.

Laetitia Sédou, coordinadora para Europa de la OMCT, dijo a IPS que una de las categorías de violaciones a los derechos humanos en Uzbekistán es la que afecta a los grandes grupos de la población, incluidas mujeres y niños, en particular en las provincias del país.

La otra esfera principal de derechos humanos desconocidos es la que incluye los abusos contra miembros de organizaciones religiosas, en especial musulmanas, consideradas como grupos terroristas.

En la misma rama se ubican los ataques a defensores de los derechos humanos, a partidos políticos y a periodistas de actividad más notoria, precisó Sédou.

El clima de efervescencia en Andiján comenzó con la detención, el año pasado, de 23 empresarios exitosos, encarcelados bajo cargos relacionados con su fe religiosa, dijo Kamalova.

La protesta estalló en la noche del 12 al 13 de mayo, cuando un grupo de hombres armados irrumpió en la cárcel de Andiján para liberar a los 23 empresarios musulmanes, que habían sido acusados de ”extremismo islámico” porque cumplían con el precepto de caridad establecido por su religión, mencionó.

Junto con los 23 empresarios salieron también en libertad otros 1.200 presos más, dijo un informe de Amnistía Internacional divulgado este martes.

Horas después, se produjo el incidente más grave, cuando los soldados rodearon a una multitud concentrada en la plaza principal de la ciudad, que reclamaba justicia, libertad y el fin de la pobreza.

Amnistía dijo que los informes hablaron de un intercambio de fuego entre civiles armados y soldados y de disparos dirigidos contra la multitud.

Kamalova insistió en que el jefe del gobierno, Karimov, impartió la orden de abrir fuego. ”Creo que éste es el comienzo del fin para el gobierno”, manifestó.

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