Organizaciones no gubernamentales españolas expresaron su satisfacción porque el gobierno ordenó a la firma farmacéutica estadounidense Pfizer la suspensión de experimentos de un nuevo medicamento contra el sida, y el Congreso reclamó que se destinen más fondos a la búsqueda de una vacuna eficaz para esa enfermedad.
La orden de suspender los experimentos está basada en el conocimiento de los riesgos que los estudios de la mayor transnacional farmacéutica del mundo implicarían para los afectados por el virus de inmunodeficiencias humana (VIH), causante del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
Eso significa otorgar más importancia a la ética que a los intereses comerciales y marca un hito histórico, dijo este jueves a IPS Xavier Franquet, presidente de la organización no gubernamental (ONG) Foro Español de Activistas en Tratamientos del VIH.
Franquet subrayó que Pfizer antepone sus intereses comerciales a la salud de las personas, porque incluir a personas con sida y alto riesgo de progresión de la enfermedad y muerte en una investigación sobre un fármaco sobre el que se dispone de escasos datos es irresponsable y éticamente cuestionable, siendo que esas personas tienen otros tratamientos disponibles de probada eficacia y seguridad.
Las prisas de la transnacional se deben a que quiere tener resultados antes que las otras dos grandes compañías que investigan el mismo tema, las también estadounidenses GlaxoSmithKline y Schering-Plough, explicó a IPS Esther Inés, integrante del Foro de Activistas en Tratamientos.
El fármaco que desarrolla Pfizer pertenece a una nueva clase de antirretrovirales, cuyo nombre genérico es maraviroc. Franquet admite que si se demostrase su seguridad y eficacia podría ser útil para personas que han desarrollado resistencia a otras clases de fármacos disponibles en la actualidad, pero enfatiza que es preciso hacer las investigaciones correspondientes con responsabilidad.
Pfizer alegó en un comunicado que se necesita una minuciosa evaluación del maraviroc en una población representativa de individuos que inician hoy terapia anti VIH.
Eso, en un ensayo clínico bien controlado con bases en su protocolo que incluyan claramente la interrupción por parte de cada paciente, proporcionará datos valiosos que guíen a los médicos y afianzará la seguridad de cada paciente en el ensayo, arguyó.
IPS consultó a la oficina de prensa de la firma, que no quiso comentar la suspensión de la investigación ordenada.
Por su parte, la estatal Agencia Española del Medicamento confirmó que lo mismo dispusieron los gobiernos de Francia, Alemania y algunos distritos de Italia.
En todos los casos la decisión se adoptó como respuesta a presentaciones de entidades integradas en la ONG Grupo Europeo de Tratamientos del SIDA (EATG, por sus siglas en inglés).
La protesta de los activistas de varias ONG, y en especial del Foro de Activistas en Tratamientos, se basa en que sin tener más datos que una prueba de diez días en una docena de personas, la transnacional pasaría a realizar los estudios en personas con su sistema inmunitario muy debilitado.
En una persona sana, la cantidad de linfocitos CD4, células inmunitarias humanas que protegen de infecciones, es de aproximadamente 1.000 a 1.500 por microlitro en la sangre periférica. Las personas a las que se iba a someter a ese estudio tienen menos de 200 de esos linfocitos por microlitro, lo que significa que tienen diagnosticado el sida y eso implica un alto riesgo para su vida, puntualizó Franquet.
Esther Inés reconoció la importancia de que se abran nuevas líneas de investigación, pero sin que se ponga en peligro a pacientes que necesitan opciones de tratamiento con eficacia y seguridad probadas.
Otro problema es que los pacientes que se inscribiesen para esos estudios tendrían que esperar varias semanas antes de recibir el maraviroc, ya que deberían superar unas pruebas genéticas especiales que sólo se realizan en el único laboratorio habilitado para ello, ubicado en Estados Unidos, alegó.
Contradictoriamente, en Estados Unidos algunas ONG apoyan los estudios de Pfizer. Eso se explica porque en aquél país no hay sanidad gratuita para todos, como en España y en general en la Unión Europea. Por eso, algunas personas que no tienen recursos para afrontar los gastos se someten a un estudio que todavía no ha sido experimentado y corren el riesgo de perder la vida, comentó Franquet.
0Sensibilizado por la situación y la urgente necesidad de avanzar en la investigación de esta enfermedad, el Congreso de los Diputados de España aprobó este martes una proposición de ley de apoyo a los esfuerzos de investigación a favor de una vacuna preventiva contra el VIH/sida, impulsada por el Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH.
La propuesta fue aprobada en la Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo y recibió el apoyo de todos los grupos parlamentarios.
En la resolución, los diputados piden al Poder Ejecutivo que se adopten en la actual legislatura (2004-2008) las medidas adecuadas para dar apoyo a impulsar los esfuerzos de investigación a favor de una vacuna preventiva contra el VIH/sida.
También apelan a que se pongan en marcha los mecanismos necesarios para que la vacuna, una vez desarrollada, llegue a las personas que más la necesitan en el menor tiempo posible, garantizada su producción y distribución a un precio asequible, por los canales adecuados. Y en especial, que se colabore con las iniciativas internacionales en marcha para descubrirla.
Joan Talada, presidente del Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH, señaló que se ha dado un gran paso adelante, del que nos congratulamos. Ahora sólo hace falta que el Gobierno le haga caso al Congreso, dedique recursos a la investigación y desarrollo de candidatas a vacunas, y se integre en las iniciativas internacionales que trabajan en esta línea.
Marion Zibelli, coordinadora del grupo sobre vacunas de la misma organización, entiende que la posición adoptada por el Congreso muestra que todos coincidimos en que ha llegado el momento para que el gobierno español muestre liderazgo en este asunto.
La declaración parlamentaria consigna que la vacuna preventiva es la mejor esperanza de encontrar una solución definitiva para acabar con esta pandemia.
Hay aproximadamente 38 millones de personas afectadas por el VIH/sida, de las que 8.000 mueren cada día, en tanto que otras 14.000 se infectan.