Los precios del petróleo volvieron a cruzar la barrera de los 50 dólares por barril este miércoles, después que el gobierno de Venezuela admitió que produce 100.000 barriles diarios por debajo de sus compromisos internacionales.
La Organización de Países Exportadores e Petróleo (OPEP) decidió en su reunión del 16 de marzo en Isfahán, Irán, llevar la producción de 10 países miembros, es decir todos excepto Iraq, de 27 a 27,5 millones de barriles de 159 litros por día. En ese marco, Venezuela debía aumentar su volumen de oferta en 58.000 unidades para llegar a 3.165.000.
Tenemos un problema. Estamos (en) 100.000 barriles diarios por debajo de la producción estimada en el presupuesto (nacional) de este año y acordada en la OPEP, reconoció el presidente venezolano, Hugo Chávez.
Venezuela es el único país latinoamericano integrantes de la OPEP, que además componen Arabia Saudita, Argelia, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Irán, Kuwait, Libia, Nigeria y Qatar. La invadida Iraq también forma parte de este bloque, pero está fuera de los acuerdos sobre producción y cuotas.
Invariablemente desde fines de 2004, los portavoces oficiales venezolanos dieron cuenta de una producción diaria de 3,1 millones de barriles, aunque la Agencia Internacional de Energía (AIE), de países industrializados, había estimado entre 2,6 millones de unidades y 2,7 millones.
Parte del problema es que en Petróleos de Venezuela (Pdvsa), el gigante estatal que produce dos tercios del crudo de este país, hay una caja negra informativa: no se rinden cuentas claras, ni se informa a los trabajadores y a la sociedad cuál es la verdadera situación, explicó a IPS el profesor de economía petrolera Francisco Mieres.
La situación se agravó en el occidente porque a fines de abril Pdvsa canceló acuerdos con compañías contratistas, para distintos servicios y operaciones, y anunció que de los 12.000 operarios que emplean esas empresas sólo ocupará 4.500 a partir de mayo, destacó Mieres, quien visitó la zona la última semana.
Es posible que desde dentro de Pdvsa o de sus orillas, es decir, de las empresas contratistas, provengan acciones de enlentecimiento o sabotaje. Pero el gobierno no debe encerrarse en su caja negra, sino presentar la información clara ante los trabajadores y la calle, apuntó Mieres.
Chávez dijo que en los últimos tres meses se ha recuperado la producción en unos 100.000 barriles diarios en los campos del occidente, pero todavía esa parte del país no alcanza a entregar la cantidad de barriles por día que fueron presupuestados.
Hemos detectado sabotajes. Hay gente que insiste en sabotearnos, aparecen válvulas rotas, se reparan y vuelven a aparecer dañadas. Es imposible que eso sea accidente, dijo Chávez. He metido a la Fuerza Armada y a (los organismos de) inteligencia a detectar, agregó.
El ministro de Defensa, general Jorge García, dijo que desde el 20 de abril se activó la llamada Operación Oro Negro, con 1.000 soldados, lanchas y helicópteros, que vigilan intensamente las instalaciones en la cuenca del noroccidental lago de Maracaibo.
El plan se desarrolla contra el sabotaje, y para preservar las instalaciones y todo el sistema de suministro de gas y petróleo en esa área.
En el oriente del país, donde están los campos más nuevos y productivos, el general Francisco Enrich Trujillo, comandante de una brigada de cazadores (unidad contrainsurgencia), dijo que sus efectivos redoblaron el patrullaje para evitar robos de bienes petroleros y otras actividades de sabotaje.
Empero, el ministro venezolano de Energía, Rafael Ramírez, negó desde Houston, Estados Unidos, que hubiese una militarización de la industria petrolera, pues la Fuerza Armada está permanentemente involucrada en el resguardo de instalaciones estratégicas.
No existe ninguna situación que pudiera provocar alarma en torno a la situación de nuestras operaciones petroleras, dijo Ramírez a periodistas. Hace dos semanas anunció la remoción de 40 gerentes medios de la industria, que emplea a casi 40.000 personas.
Mientras, en Nueva York, los precios a futuro del crudo West Texas Intermediate (WTI), marcador estadounidense, repuntaron 65 centavos de dólar por barril este miércoles, cerrando las operaciones a 50,15 dólares la unidad. Por su parte, el Brent, referencia europea, ganó 45 centavos en el mercado londinense y se transó a 50,97 dólares la unidad.
Agencias especializadas de esos mercados atribuyeron el alza de los precios a la recurrente aprensión porque el aprovisionamiento de crudo sea suficientemente holgado este año, cuando el consumo mundial de petróleo crecerá dos por ciento, para ubicarse entre 84,2 y 84,3 millones de barriles por día.
Venezuela suministra casi 15 por ciento del petróleo que consume Estados Unidos.
Las noticias desde Caracas no son precisamente un bálsamo para los operadores, porque portavoces de oposición, como el parlamentario Julio Montoya, del centrista Movimiento al Socialismo, dan cuenta de que en el occidente venezolano la caída en la producción es de varios centenares de miles de barriles.
En el occidente no se extraen ni 700.000 barriles por día, mientras que en 2002 la zona producía 1,4 millones de barriles por jornada, aseguró Montoya.
El sindicalista petrolero Francisco García, identificado con el oficialismo, dijo no conocer los números exactos, pero hay falta de interés por parte de algunos gerentes. Varios pozos pierden calidad de producción.
Otro sindicalista, el opositor Rafael Zambrano, declaró que la producción en occidente no llega a 300.000 barriles diarios. En comparación con hace tres años han disminuido los taladros y lasa gabarras de perforación.
Tiene que haber una mano negra y peluda en los problemas detectados, insistió Chávez, mientras el general Melvin López, secretario del Consejo de Defensa de la Nación, abrió la posibilidad de que la CIA (Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos) haya infiltrado gente en la industria para sabotaje.
Pero los daños se han minimizado desde que se inició la Operación Oro Negro, afirmó López.