Al menos 25 periodistas han muerto en distintas partes del mundo en lo que va de este año por cumplir con su labor, mientras cada vez más gobiernos de África ponen cerco a los medios de comunicación, sostuvo el Instituto Internacional de la Prensa (IPI, por sus siglas en inglés).
Unos 400 delegados participan en Nairobi, desde el domingo y hasta este martes, de la 54 Asamblea General del IPI, donde analizan la situación de la libertad de prensa en el mundo.
El IPI, con sede en Viena, es una red de periodistas, editores y otros trabajadores de los medios de comunicación que luchan por una mayor libertad para realizar su labor y por mejorar la calidad de la tarea periodística.
La libertad de prensa es socavada por los gobiernos, y ésta es una señal muy peligrosa, dijo el director de IPI, Johann Fritz, al inaugurar el encuentro, y señaló que cada vez hay más gobiernos que adoptan leyes represivas para controlar la labor de los reporteros.
Según IPI, 25 periodistas han sido asesinados desde enero. El año pasado fueron 78 los reporteros muertos en todo el mundo, contra 64 de 2003 y 54 de 2002.
En la inauguración del encuentro, el presidente keniata Mwai Kibaki aseguró que su gobierno está comprometido con la libertad de prensa.
Tenemos un debate en marcha sobre la necesidad de crear consensos en torno a un marco legal apropiado que proteja la libertad de prensa, mientras se establecen todas las salvaguardas necesarias para garantizar que las libertades sean ejercidas con responsabilidad para el bien de la prensa y del público en general, afirmó.
Sin embargo, no todos tienen una visión tan positiva de la situación en Kenia, sobre todo luego de una serie de incidentes con la prensa en los últimos días, como el ataque a golpes a un camarógrafo por parte de la esposa del propio mandatario, Lucy Kibaki, a comienzos de este mes.
Paradójicamente, este incidente ocurrió en la víspera del Día Mundial de la Libertad de Prensa, el 3 de mayo. Al parecer, la señora Kibaki se quejaba por un informe periodístico sobre su familia.
El año pasado, el gobierno prohibió a varios funcionarios públicos hablar con la prensa luego de que algunos medios informaran sobre un supuesto caso de corrupción en la administración de Kibaki.
Miembros del gabinete fueron implicados en un escándalo de conflicto de intereses en las licitaciones para la elaboración de pasaportes y la construcción de un laboratorio forense.
La organización estadounidense Freedom House, que supervisa la libertad de prensa en el mundo, le otorgó la calificación de no libre a la situación del periodismo en Kenia en su informe del mes pasado. El año anterior, este país había recibido la nota de parcialmente libre.
La situación de Nigeria también fue discutida en la asamblea general del IPI. El activista y premio Nobel de Literatura nigeriano Wole Soyinka presentó un informe sobre los constantes hostigamientos que sufren los periodistas en su país. También denunció varios casos de torturas durante el régimen del último dictador militar nigeriano, Sani Abacha (1993-1998).
Soyinka exhortó a los periodistas africanos a unirse para condenar la represión contra los medios de comunicación en todo el continente.
Por su parte, el presidente de Ruanda, Paul Kagame, acusó a los medios de prensa internacionales de concentrar su cobertura en los aspectos negativos de África.
Una de las razones por las cuales África no ha sido capaz de atraer inversión extranjera directa es la constantemente negativa cobertura de la prensa, dijo Kagame en su ponencia, titulada La información sobre África de los medios occidentales.
El mandatario subrayó que las cadenas internacionales le dedicaron mucho más espacio al genocidio en Ruanda, en 1994, que a los esfuerzos de su gobierno para reconstruir el país durante los 10 años siguientes.
Más de 800.000 integrantes de la minoría tutsi y hutus moderados murieron en el conflicto civil ruandés.
Ahora le estamos mostrando al mundo que tenemos la voluntad y la firmeza para emerger de las cenizas. Hemos repatriado y reubicado a cerca de cuatro millones de refugiados. Lamentablemente, esto es algo que los medios de prensa occidentales no ven, afirmó.