Vicente Fox logró gran prestigio internacional al poner fin a 72 años de gobiernos del PRI, en elecciones limpias y sin violencia. Pero ese bono, que prometió usar para posicionar a México en el terreno de la diplomacia, está agotado casi un lustro después, según opositores.
Diputados que consideran que la política exterior mexicana afronta el peor momento desde 2000 lograron el miércoles recabar votos suficientes para citar al parlamento al canciller Luis Ernesto Derbez, quien deberá explicar su actuación y los planes del gobierno en materia de relaciones internacionales.
La comparecencia, a concretarse dentro de los próximos 10 días, fue acordada luego que Derbez retirara su candidatura para secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), dejando así el camino libre para que fuera elegido el 2 de este mes el otro competidor, el ministro del Interior de Chile, José Miguel Insulza.
La postulación del canciller mexicano al foro regional, finalmente abortada, sembró o ahondó las tensiones de México con varios países de la región, entre ellos Brasil, Chile y Cuba, otrora aliados cercanos, pero que abierta o veladamente apoyaron a Insulza.
"La política exterior del gobierno de Fox ha sido un completo desastre. El resultado de la candidatura de la OEA sólo es una pieza más de ese desastre", dijo a IPS la senadora Silvia Hernández, militante del PRI (Partido Revolucionario Institucional) que integra la Comisión de Relaciones Exteriores de su cámara.
En un discurso ante sus colegas legisladores, Hernández propuso llamar a rendir cuentas a Derbez, pues a su entender en los últimos cinco años el gobierno destrozó el prestigio del país.
Con tal postura coincidió Adolfo Aguilar, el ex representante de México ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), puesto que el país ocupó en 2002 y 2003.
Por sus errores, perdió "México su capacidad de negociación y su poder de convocatoria" internacional, señaló el ex diplomático.
Según el otrora colaborador de Fox, el gobierno ahondó el deterioro de la imagen internacional del país por su errático desempeño en el caso del popular alcalde de la capital y aspirante a candidato presidencial, el izquierdista Andrés López Obrador.
En los medios de comunicación internacionales, el gobierno proyectó la imagen de que deseaba sacar al alcalde de México de la contienda preelectoral con recursos legales ilegítimos, una estrategia similar a los que usó el PRI contra opositores cuando era gobierno, sostuvo Aguilar.
La fiscalía general, que depende del gobierno, acusó a López Obrador de un desacato judicial y promovió su desafuero, que aprobaron diputados en abril para dejar así al funcionario con un pie fuera de la contienda presidencial. Sin embargo, y tras 46 meses de tensiones y multitudinarias manifestaciones de apoyo al alcalde, este miércoles la fiscalía decidió no acusar al funcionario.
Fox llegó a la presidencia de México bajo una lluvia de aplausos y un fuerte apoyo internacional, pues fue el primero que logró sacar al PRI del gobierno desde 1929 y tras un proceso de transición pacífico.
México nunca buscó en el pasado ocupar puestos de alta jerarquía diplomática como las secretaría de la OEA, con lo que ganó fama de independiente. Pero Fox, que culminará su gestión en diciembre de 2006, anunció que su estrategia era otra y que buscaba posicionar a su país en puestos de liderazgo.
Con el impulso de su triunfo, poco después de asumir el mandatario propuso a su vecino Estados Unidos suscribir una acuerdo migratorio, tema nodal en la relación.
Sin embargo, tras recibir promesas de atender el tema, Washington cambió su discurso, se distanció de México cuando el gobierno de Fox se opuso a la invasión a Iraq en 2003, y las posibilidades del acuerdo quedaron en un nivel mínimo.
Además, en Estados Unidos avanzan ahora diferentes iniciativas de ley que buscan frenar la llegada de mexicanos y en los últimos meses grupos contrarios a los inmigrantes, como el de voluntarios Minuteman, desplegaron acciones de vigilancia en la frontera entre ambos países.
Unos 400.000 mexicanos logran cada año insertarse en el sistema productivo estadounidense a pesar de que la mayoría no cuenta con documentos migratorios. Más de un millón fracasan y regresan a sus lugares de origen.
En otro frente, durante los primeros cinco años de gestión de Fox, México se distanció de Cuba por sus cuatro votos anuales consecutivos contra la isla en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, además de que hubo otros roces que dejaron la otrora estrecha relación tan deteriorada que el gobierno hoy no tiene ni siquiera embajador en La Habana.
Con la Unión Europea, con la que México tiene un acuerdo de libre comercio y cooperación política, la relación es fría y distante, sostuvo Aguilar, a quien Fox pidió su renuncia a la diplomacia en 2003, luego que el entonces representante en el Consejo de Seguridad de la ONU declarara que su país seguía siendo percibido como "el patio trasero" de Estados Unidos.
Tras su frustrado intento de llevar a la OEA a su canciller, el gobierno abrió una nueva página de tensiones con algunos de los países latinoamericanos.
Anunció que en las próximas semanas impondrá visas a los ciudadanos brasileños que deseen llegar a México, hecho que el embajador de ese país, Luiz Augusto de Araujo, consideró que sería una decisión "unilateral y lamentable".
Con Brasil, el gobierno de Fox mantiene posturas contrarias en temas de comercio y disputa la posibilidad de tener un sitio permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU a nombre de América Latina, tema que depende de una reforma del organismo, ahora en discusión.
Con Chile, la relación también se vio deteriorada. Según fuentes diplomáticas a la que IPS tuvo acceso, pero que prefirieron no identificarse, los vínculos se enfriaron cuando México postuló a Derbez a la OEA, lo que sorprendió al gobierno chileno, pues previamente Fox habría prometido a su par, Ricardo Lagos, que apoyaría a Insulza.
En una gira que esta semana realizó por Bolivia y Jamaica, e incluyó una breve escala en Perú, Fox expresó su apoyo a la demanda boliviana de obtener una salida soberana al océano Pacífico, a lo que se opone Chile, que privó a su vecino de ese derechos al arrebatarle su litoral costero en una guerra registrada a fines del siglo XIX.
Bolivia y Perú no apoyaron la elección de Insulza a la OEA y México se abstuvo de votar a su favor.
En la primera ronda de elección del secretario de la OEA realizada en abril, Derbez e Insulza empataron en cinco ocasiones consecutivas, revelando así que sus candidaturas dividieron a los países de la región.
Derbez es un fracasado que responde a los intereses de Estados Unidos, declaró el presidente cubano Fidel Castro, cuyo país es el único del hemisferio occidental que está suspendido de la OEA, desde 1962.
Antes de la segunda ronda de votaciones, efectuada el lunes, el mexicano anunció su declinación "para favorecer la unidad regional". De forma previa, Paraguay y República Dominicana anunciaran que cambiarían su voto para apoyar a Insulza.
En su renuncia a la candidatura de Derbez, habría jugado la presión de Washington, que tenía claro que el mexicano no podía ganar.
"Vergüenza" es lo que sienten los mexicanos por su derrota en la OEA y, dijo el analista político Enrique del Val.
Para Hernández, "el desenlace desastroso de la OEA no es más que el resultado de esa ausencia de política. La política exterior ha sido la política sin política, la política sin estrategia y para comprobarlo basta con repasar lo que ha pasado en las diferentes regiones".