GRAN BRETAÑA: Nubes iraquíes empañan victoria de Blair

El primer ministro de Gran Bretaña, Tony Blair, logró un histórico tercer triunfo electoral consecutivo, pero su alianza con Estados Unidos en la invasión de Iraq provocó una sensible reducción de su mayoría parlamentaria.

”Sé que Iraq es un tema que ha provocado divisiones en este país, pero espero que ahora podamos estar unidos y mirar hacia el futuro”, dijo el líder del Partido Laborista, en una declaración que fue interpretada como señal de que se propone mantener el rumbo de su política exterior.

Cuando faltaban pocos escaños parlamentarios por declarar este viernes, el gobernante Partido Laborista había obtenido 353 (47 menos que en las elecciones de 2001), el Partido Conservador, 197 (31 más que en los anteriores comicios), y el Liberal-Demócrata, opuesto a la guerra en Iraq, 62 (10 más).

Blair, que este viernes cumple 52 años, se transformó así en el segundo jefe de gobierno británico que obtiene tres victorias electorales consecutivas, después de la conservadora Margaret Thatcher (1979-1990), y en el primero del Partido Laborista que lo consigue.

Sin embargo, la fuerte oposición a Iraq se hizo sentir en las elecciones generales del jueves y afectó a Blair en su propia circunscripción de Sedgefield, donde fue desafiado por un candidato independiente, Reg Keys, cuyo hijo fue muerto en la guerra de Iraq.
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Blair obtuvo 24.421 votos, y Keys, 4.252. Esto significa que por cada seis votos que consiguió el primer ministro, Keys logró al menos uno. En comparación con las últimas elecciones generales de 2001, los votos para Blair cayeron seis por ciento.

”Hubiera llorado mi pérdida, en lugar de hacer campaña, si esta guerra estuviera de acuerdo con el derecho internacional”, declaró Keys, explicando por qué decidió participar en la contienda.

”Hubiera llorado mi pérdida, en lugar de hacer campaña, si se hubieran hallado armas de destrucción masiva en Iraq”, dijo, en alusión al principal argumento utilizado por Estados Unidos y Gran Bretaña para lanzar la guerra contra Iraq, que resultó falso.

”Deseo de corazón que un día el primer ministro sea capaz de pedir perdón”, agregó el candidato derrotado.

Así como Keys fue un recordatorio constante de Iraq para Blair durante toda la campaña en su propia circunscripción, en el Parlamento el primer ministro debió enfrentar a George Galloway, quien derrotó al candidato laborista en el distrito de Bethnal Green, en Londres.

Para Galloway, que fue expulsado del Partido Laborista por su presunto apoyo al depuesto presidente iraquí Saddam Hussein, Iraq fue el tema clave. El candidato obtuvo un fuerte respaldo de la numerosa comunidad musulmana de su circunscripción.

A juzgar por su discurso tras conocer el resultado electoral, Galloway será un duro opositor de Blair en su tercer mandato.

”Señor Blair, esto es por Iraq, y todas las derrotas que su Partido Laborista ha sufrido este día son por Iraq. Todas las personas que usted ha matado y todas las mentiras que ha dicho vuelven ahora para perseguirlo. Lo mejor que puede hacer es renunciar”, dijo Galloway.

El único partido político que se opuso a la invasión de Iraq, el Liberal-Demócrata, obtuvo un aumento de 3,9 por ciento de su caudal electoral, pero ese incremento no se reflejó proporcionalmente en los escaños ganados, porque en el sistema electoral británico, el partido que obtiene más votos se queda con la mayoría.

Durante la campaña, Iraq fue por momentos el tema dominante. Los liberal-demócratas defendían su oposición a la guerra, mientras que los conservadores, que la apoyaban, atacaban a Blair por sustentar la invasión con mentiras.

El laborismo perdió más votos en distritos con alta población musulmana, como Bethnal Green, o de estudiantes. Ambos grupos estuvieron a la vanguardia de las protestas contra la guerra.

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