La polémica sobre el ya retirado apoyo de España a la invasión de Estados Unidos a Iraq cobró fuerza otra vez, tras aprobarse en el Congreso de Diputados una moción que afirma que ese país árabe no poseía, ni estaba en condiciones de poseer, armas de destrucción masiva de naturaleza alguna.
La iniciativa, presentada por el oficialista Partido Socialista Obrero Español (PSOE), fue resuelta de modo favorable este miércoles por la Comisión de Asuntos Exteriores con el voto de los partidos de oposición, excepto el centroderechista Partido Popular (PP), que gobernaba en marzo de 2003 cuando se produjo la invasión.
Nuestro objetivo es que pasemos página de la mayor la confrontación política que se vivió en el parlamento español y en la sociedad, dijo a IPS Rafael Estrella, autor de la moción y portavoz del PSOE en dicha Comisión.
Estrella recordó que en aquél momento desde el gobierno presidido por José María Aznar (1996-2004), del PP, se argumentó que la posesión de armas de destrucción masiva suponía una amenaza inminente para la seguridad de España y que, por lo tanto, era una gran irresponsabilidad no apoyar la guerra.
Al presentar la moción, el PSOE enumeró nueve intervenciones de Aznar en 2003, asegurando que esas armas existían. El 30 de enero de ese año afirmó que decir que Iraq cuenta con armas de destrucción masiva no forma parte del terreno de la fantasía.
Días más tarde agregó que tenía información reservada que demuestra que Irak, con armas químicas y biológicas y conexiones con grupos terroristas, supone una amenaza para la paz y la seguridad mundial. Tenemos evidencias suficientes en ese sentido, aseguró el entonces líder del PP.
Después de la invasión aseguró que esas armas serían encontradas, lo que reiteró su sucesor al frente del PP hasta la actualidad, Mariano Rajoy.
Eduardo Zaplana, portavoz parlamentario y ex ministro del PP, al preguntarle IPS por qué votaron este miércoles en contra de la resolución, dijo que lo hicieron porque con la misma los socialistas quieren llamar la atención para que no se hable de su bajada de guardia ante la amenaza terrorista.
Sobre el contenido de lo aprobado por el Congreso guardó silencio, con una sonrisa de por medio.
El plenario del Congreso aprobó el martes una resolución, también con los votos en contra del PP, por la que el gobierno presidido por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero podrá negociar con el grupo terrorista ETA si el mismo previamente confirma de manera inequívoca su intención de abandonar la violencia.
Ante las voces que reclaman acciones para que Irán no fabrique armas atómicas, Estrella señaló que hay un trabajo de países europeos para lograr que ese país se someta voluntariamente a los mecanismos de control y verificación; respetando su derecho a desarrollar energía nuclear con fines pacíficos.
Añadió su convicción de que ese es el camino, y que sería muy difícil que países europeos volviesen a apoyar una aventura como la de Iraq, en cualquier lugar del mundo.
Zapatero resolvió poco después de asumir el cargo en mayo del año pasado retirar las tropas españolas que acompañaban las fuerzas militares de varios países encabezadas por Estados Unidos en Iraq y retiró su respaldo a la política belicista de Washington.
Pero hay varios países que poseen armas de destrucción masiva ¿qué habría que hacer a ese respecto?, se cuestionó.
El diputado socialista fue categórico y subrayó a IPS que no hay dudas de que se aplica un doble rasero. A algunos países se les exige que no las adquieran, que renuncien a producirlas, mientras con otros que ya las tienen se mira hacia otro lado. Y citó, entre esos países, a Israel y Pakistán.
Eso, prosiguió, produce una percepción hostil, de agravio comparativo y de rechazo por muchos ciudadanos de países del Sur.
En todo caso, plantea que el desarme debe estar permanentemente en la agenda internacional, pues llegará un momento en que, dados los avances tecnológicos y las posibilidades cada vez mayores de ocultar componentes letales, se tendrán que incrementar los sistemas de verificación.
Con ello, se avanzará en la reducción, pero la modernización de arsenales reabrirá la polémica incluso en los países que los poseen..
Siendo la amenaza terrorista un tema de actualidad, ¿cómo vincula esa disminución o eliminación de esas armas con el mantenimiento de la paz? , le preguntó IPS. Para Estrella, la experiencia demuestra que en la lucha contra el terrorismo la capacidad militar está en el último extremo de los recursos a utilizar.
Eso lo hemos podido comprobar aquí, en España, el 11 de marzo (de 2004). Si después de sufrir los atentados (en Madrid, que dejaron ese día 200 muertos) mirábamos alrededor a ver qué país podíamos atacar en represalia, no aparecía ninguno, explicó.
Detrás de los terroristas, y esto no es justificarlos, adicionó, hay injusticias sociales y políticas, falta de libertades, desconocimiento de los derechos humanos, que aprovechan sectores extremos para lanzar odio hacia Occidente.
Esas injusticias hay que corregirlas y al terrorismo combatirlo con medios policiales y de inteligencia, no con guerras, sostuvo el legislador socialista.
Zapatero, levanta la bandera de una alianza civilizaciones para combatir al terrorismo y asegurar la paz mundial. ¿Puede aplicarse efectivamente es estrategia?
La respuesta de Estrella es también categórica: Esa alianza entre diversas culturas tiene un efecto sociopolítico muy complejo. Nos negamos a aceptar que sea inevitable estar condenados a enfrentamientos entre el sur y el norte, entre musulmanes y cristianos.
En conclusión, frente al terrorismo, las desigualdades y los efectos negativos de la globalización necesitamos afirmar una alianza basada en los elementos que nos son comunes.