Las nuevas tasas cambiarias del dólar y demás monedas libremente convertibles en Cuba podrían echar por tierra las aspiraciones del área turística de recibir 2,3 millones de visitantes este año.
Varias medidas financieras aplicadas por el gobierno de Fidel Castro entre fines de 2004 y el primer trimestre de este año depreciaron en 18 por ciento el valor de cambio del dólar estadounidense y en ocho por ciento las demás unidades monetarias extranjeras.
Esos canjes monetarios se hacen en relación con el peso cubano convertible (CUC), que sustituyó al dólar en todas las operaciones desde que en noviembre se prohibió la libre circulación en el país de la moneda de Estados Unidos.
Antes de las medidas, el dólar se canjeaba por el CUC a una tasa de uno por uno, en tanto el euro y monedas como la libra esterlina, el dólar canadiense, yen o el peso mexicano, entre otras, variaban en paridad respecto del billete estadounidense.
"Para el turismo es desastroso, advirtió a IPS Gabriel de León, gerente general de la agencia uruguaya de viajes SIUR, quien añadió que hay incertidumbre respecto del futuro pese a la voluntad cubana de continuar desarrollando la industria.
Según explicó, por ahora, las turoperadoras y cadenas hoteleras de Cuba están asumiendo el impacto y respetando las tarifas pactadas con anterioridad, pero no está claro que pasará con compromisos ya hechos para el año próximo.
En su opinión, no caben dudas de que el turista no va a pagar más por venir en Cuba. "Se abstendrá de viajar o buscará un destino alternativo en el Caribe u otra región, consideró De León.
Se estima que 50 por ciento o más de los turistas que llegan a esta isla caribeña proceden de Europa, entre 17 y 20 por ciento de Canadá y el resto lo hacen de América Latina, Rusia y Japón.
Economistas han alertado que este encarecimiento pudiera conducir a la disminución de la capacidad competitiva de Cuba en el área del Caribe, donde existen polos turísticos con similares atractivos.
"Un fuerte competidor es República Dominicana, que ofrece sol y playa en la modalidad de todo incluido y tarifas más económicas que las cubanas, dijo, a su vez, María Teresa Antón, de la agencia francesa de viajes LVJ Voga. El turismo es la primera fuente de divisas de República Dominicana, que en 2004 recibió 3,5 millones de turistas, que equivalen a 29 por ciento de los 14 millones de personas que pasaron sus días de descanso en esta región.
"Cuba es un destino con potencialidades, tiene todo para atraer turistas: bonitas playas, arquitectura, historia, un sistema social que la gente quiere conocer y mucha magia, dijo Antón.
Sin embargo, la política cambiaria que encarece aún más los precios es un factor desestimulante, apuntó. El turismo francés en Cuba pasó de ocupar el cuarto lugar en 2003 al sexto en 2004 y en lo que va de año continuó descendiendo.
Pero la razón de esa caída tiene también una explicación interna. "Hay un descenso del poder adquisitivo de los salarios en Francia y mucha gente opta por viajes breves dentro de las propia Europa, que son más baratos, afirmó.
Cuba alcanzó en 2004 su varias veces postergada meta de dos millones de visitantes, registró un crecimiento de 7,6 por ciento y los ingresos totales por la llamada industria del ocio alcanzaron 2.237 millones de dólares.
Investigadores consideran que las posibilidades de continuar creciendo en 2005 se verán limitadas por las restricciones impuestas desde el pasado año por el gobierno de Estados Unidos a los viajes a Cuba.
En ese sentido, estiman que los viajeros desde Estados Unidos, donde la emigración de origen cubano supera el millón de personas, no pasarán esta año de unos 70.000, menos de la mitad de los que llegaban antes de las medidas.
De no existir el embargo estadounidense y las prohibiciones que pesan sobre los ciudadanos de esa nación para visitar Cuba, el número de visitantes a la isla podría alcanzar unos tres millones al año.
Esa cantidad de viajeros representaría un ingreso bruto para la economía de unos 5.000 millones de dólares.
Se estima que compañías estadounidenses operan el 90 por ciento de los cruceros que arriban al Caribe, una modalidad en la cual La Habana comenzó a dar sur primeros pasos con la reciente habilitación de una terminal en el puerto capitalino.
Según datos oficiales, unos 60.000 visitantes llegaron el pasado año por esa vía, en barcos operados por líneas europeas. Sin embargo, el denominado "crucerismo" parece chocar con posturas oficiales por su impacto ecológico.
"Vienen hoteles flotantes, restaurantes flotantes, teatros flotantes, diversión flotante, visitan los países para dejarles la basura, las latas vacías y los papeles por unos cuantos miserables centavos, dijo el jueves el presidente Castro.
Aunque sin especificar plazos ni otros detalles, el gobernante dijo en una alocución difundida por la radio y televisión estatales que su gobierno comunicó a los estados caribeños que "Cuba no aceptará cruceros.
Las declaraciones de Castro precedieron en cinco días al inicio en la urbe habanera de la feria internacional de turismo que se realiza anualmente para promover esa industria.
A diferencia de años anteriores, la prensa extranjera acreditada no tuvo acceso a la bolsa comercial, que presentó a China y Venezuela como potenciales nuevos mercados para la industria turística cubana.