Japón descubre a India como socio estratégico con el que hacer buenos negocios, en tiempos en que China vuelve a echarle en cara sus crímenes de la segunda guerra mundial (1939-1945).
Japón e India se necesitan más que nunca para crecer y prosperar, dijo el primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, tras reunirse el viernes en Nueva Delhi con su par indio, Manmohan Singh.
El título de la declaración conjunta emitida entonces por los dos gobernantes —Alianza India-Japón en la nueva era asiática: Orientación estratégica — parece decirlo todo.
La visita de Koizumi, que concluyó el sábado, ocurrió cuando aún no se acallaban los ecos de la realizada a mediados de abril a Nueva Delhi por el primer ministro de China, Wen Jiabao.
El gobernante chino había aprovechado la ocasión para manifestar su oposición a la candidatura de Japón a un escaño permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU y su apoyo a India para ocupar ese lugar.
Junto con Alemania y Brasil, India y Japón integran el Grupo de los Cuatro aspirantes a puestos permanentes en el Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), para el caso de que se concrete la reforma del foro mundial hoy en debate.
El viernes, Japón e India acordaron brindarse apoyo recíproco en sus aspiraciones al respecto.
Reconozco que India emerge estridentemente como una potencia mundial, asistida por un robusto crecimiento económico, y que se ha convertido en un país esencial para la paz, la estabilidad y la prosperidad de Asia y más allá de la región, dijo Koizumi al diario indio The Hindu.
En su declaración conjunta, Koizumi y Singh manifestaron el reconocimiento, firmemente compartido, de que Japón e India son legítimos candidatos a puestos permanentes en un Consejo de Seguridad ampliado.
Resulta fácil para Koizumi deshacerse en elogios hacia India porque Japón no carga en ese país con antecedentes colonialistas, al contrario que en China y Corea del Sur, donde aún no cicatrizan las heridas de las atrocidades de los soldados japoneses en la segunda guerra mundial.
En India hay una gran buena voluntad hacia Japón, pero los políticos en Tokio sólo ahora la advierten, dijo a IPS el experto en asuntos internacionales y desarme Matin Zuberi.
Miles de chinos salieron a las calles de Beijing para expresar su indignación pues Japón se niega a reconocer atrocidades cometidas en la región durante el período colonial, en especial en la ocupación militar de China, entre 1931 y 1945, e incluso las reivindicó en textos escolares.
Por otra parte, muchos indios creen que el imperialismo japonés, que tuvo su punto culminante en la segunda guerra mundial, les ayudó en su lucha de más de dos siglos contra el colonialismo británico.
El denominado Ejército Nacional Indio luchó junto con el Ejército Imperial Japonés durante la conflagración. El fundador de esa organización armada fue Subhash Chandra Bose, una figura venerada casi a la misma altura que Mahatma Gandhi.
Pero le tomó a Japón más de medio siglo y el oprobio de los países de su patio trasero redescubrir a India como socio estratégico. Tokio comenzó hace relativamente poco a tomar medias para romper el bloqueo comercial entre las dos naciones. El intercambio estuvo estancado en 4.000 millones de dólares en los últimos seis años.
Durante la visita de Wen, el primer ministro chino destacó el hecho de que el comercio entre China e India ha crecido consistentemente en el último decenio. Hoy, son 14.000 millones de dólares anuales, a pesar de las disputas limítrofes en su extensa frontera.
Una de las razones del estancamiento en el vínculo económico indio-japonés es la disconformidad de Tokio con las pruebas nucleares realizadas por Nueva Delhi en 1988.
Japón, que sufrió dos ataques nucleares estadounidenses que pusieron fin a la segunda guerra mundial en 1945, fue uno de los pocos países que impuso sanciones a India por esas pruebas.
De todos modos, Koizumi dijo a The Hindu que Japón e India comparten el objetivo final de eliminar todas las armas nucleares.
Zuberi consideró altamente probable que Japón, un estrecho aliado estadounidense desde 1945, coopere con Washington en una estrategia que consistiría en consolidar su vínculo con India en respuesta a la creciente influencia china.
La declaración del jueves incluye la previsión de una reunión anual de los primeros ministros de India y Japón y de entrevistas ministeriales regulares, con énfasis en la seguridad energética y la inversión.
Japón se dispone a brindar asistencia a proyectos de infraestructura de gran escala en India, incluido un tren rápido entre los puertos de Mumbai (ex Bombay) y Kolkata (ex Calcuta).
Ambos países también suscribieron un acuerdo de seguridad marítima, por el cual Tokio ayudaría en la modernización de la armada india a cambio de protección para los buques mercantes japoneses que pasen a través del estrecho de Malaca. (