Trabajadores comunitarios en Vietnam criticaron un proyecto de ley que obligaría a las personas con sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) a informar su estado de salud a sus parejas.
El texto, todavía discutido en el Comité Permanente de la Asamblea Nacional, indica que, en caso de que un portador o portadora de VIH (virus de inmunodeficiencia adquirida, causante del sida) se resista a informar a su pareja su condición de salud, el centro sanitario local tendrá la responsabilidad de hacerlo dentro de los 30 días de realizado el examen de sangre.
Es irreal. Ya es difícil decir al paciente que tiene VIH. No sé cómo podré pedirle que le dé las malas noticias a su pareja, dijo a IPS una trabajadora comunitaria en el área de la salud, Hoang Thi Hanh.
Por su parte, Nguyen Oanh, un joven de 26 años portador de VIH, señaló que muchas veces los pacientes tienen dificultades para que los trabajadores de la salud revelen los verdaderos resultados de sus exámenes..
Cuando los médicos comenzaron a tratarme de forma rara y se distanciaban, entonces me di cuenta de que algo andaba mal. No pudieron decirme que tenía VIH hasta que se los pregunté, recordó.
En 1990 se detectó el primer caso de VIH en Vietnam, y hoy hay 88.400 personas portadoras registradas, de las cuales 14.000 desarrollaron el sida, según datos oficiales. Pero agencias internacionales señalan que el número real es mucho mayor.
La Organización Mundial de la Salud estimó que 200.000 vietnamitas se infectaron con el VIH el año pasado, sobre todo a través del consumo de drogas intravenosas y debido a la falta de protección en las relaciones sexuales y en las transfusiones de sangre.
Hace muy poco que la sociedad vietnamita comenzó a tomar conciencia de que las mujeres amas de casa en las zonas rurales también son vulnerables al sida.
Con frecuencia, sus esposos deben trasladarse a las ciudades en busca de trabajo, donde contraen la enfermedad. Luego contagian a sus esposas que, sin saberlo, la transmitirán a sus futuros hijos.
El proyecto, una versión revisada de la primera Ley sobre Sida promulgada en 1995, intenta poner freno a esta situación.
La presidenta del Comité de Asuntos Sociales de la Asamblea Nacional, Nguyen Hoai Thu, sostuvo que el proyecto será inviable si las personas siguen considerando al sida como un mal social, asociado con la prostitución y la delincuencia, y por tanto estigmatizando a los enfermos y a sus familias.
Activistas señalan que la estigmatización y la discriminación perpetúan la cultura del silencio y del miedo que rodea a la enfermedad, disuadiendo a los enfermos de hacerse los exámenes y someterse a tratamientos.
Thu sostuvo que la nueva ley debería estimular a los jóvenes a que se realicen exámenes de sangre antes de casarse y a las mujeres antes de que decidan quedar embarazadas.
El viceministro de Salud, Tran Chi Liem, aseguró que el proyecto de ley procura combatir la discriminación y la estigmatización de los enfermos.Respeta los derechos humanos y los principios básicos de la ley internacional sobre prevención del VIH/Sida, subrayó.
Pero la trabajadora comunitaria Hanh discrepa.
Si el proyecto de ley dice que el examen de VIH es obligatorio para las personas en general antes de que se casen, o para las mujeres antes que tengan un hijo, entonces está en contra de los principios básicos de la ley internacional sobre prevención del sida, afirmó.
Hanh señaló que la nueva ley procura hacer obligatorio lo que ya han venido realizando en forma gratuita y voluntaria los centros de asesoramiento distribuidos en distintos puntos de Vietnam.
El centro establecido en el Hospital Bach Mai, de Hanoi, con el apoyo de la organización Salud Familiar Internacional y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, hasta ahora ha atendido a unas 3.100 personas.
Todos los datos de los clientes son confidenciales, dijo el médico Ngo Quang Huy, y señaló que se realizan reuniones semanales entre los expertos para seguir de cerca cada uno de los casos.
Ta Kim Anh, un voluntario de 24 años en el centro de asesoramiento del Hospital Bach Mai, convenció a Nguyen Van Thanh, joven de 22 años adicto a las drogas, de que se realizara un examen de VIH.
La primera reunión es la más importante, porque el consejero ayuda al paciente a entender claramente la naturaleza del VIH y sus implicaciones. Esto ayuda a preparar la mente de la persona para el examen, explicó Kim Anh.
El centro luego aconseja a los enfermos que ingresen a grupos de ayuda, como Futuro Brillante y Girasol.
Hanh instó al gobierno a trabajar de la misma manera que los centros de asesoramiento, sin coaccionar a las personas. (