RELIGIÓN-ASIA: El Papa de los postergados y oprimidos

La Iglesia Católica cuenta en Asia del Pacífico con unos 100 millones de fieles. Este rebaño creció en el papado de Juan Pablo II, quien le dedicó a la región siete de sus 104 viajes pastorales y era considerado un abanderado de los postergados.

Su figura era venerada no solo en países de mayoría católica, como Filipinas y Timor Oriental, sino también en aquellos donde el catolicismo afronta la hostilidad de las autoridades, como la comunista China o India en los años de gobierno nacionalista e hinduista.

En sus 26 años de pontificado, Juan Pablo II visitó 16 países de la región.

El actual gobierno de India decretó tres días de luto oficial, en un detalle que va muchísimo más allá del hecho de que la dirigente más poderosa del oficialismo, Sonia Gandhi, es una católica nacida en Italia. Apenas dos por ciento de los 1.000 millones de indios son cristianos.

Juan Pablo II visitó dos veces este país, en 1986 y en 1999. En la segunda de esas oportunidades gobernaba este país el partido hinduista Bharatiya Janata, que a menudo alentaba violentas campañas contra las ”conversiones inducidas” que ”perpetraban” iglesias cristianas.

En 1986, Juan Pablo II visitó el mausoleo del héroe nacional y adalid del pacifismo indio, Mahatma Gandhi. El Papa estaba tan concentrado en la oración, que debió ser sacudido por su secretario para continuar con el programa establecido.

En 1999, Bharatiya Janata alcanzó el poder en una campaña en que caracterizaron a Sonia Gandhi como una agente del Vaticano. Una vez en el gobierno, simpatizantes del partido hinduista lanzaron violentos ataques contra instituciones cristianas y católicas.

Fue entonces que Juan Pablo II repitió su visita y enfatizó en su mensaje pastoral que la evangelización era un derecho y un deber de la Iglesia Católica.

El Papa firmó en Nueva Delhi su exhortación apostólica ”Ecclesias in Asia”, en que llamó a ”recoger una gran cosecha de fe en Asia en el tercer milenio cristiano”, lo que fue considerado una patada a los dientes de Bharatiya Janata.

Juan Pablo II también ignoró los llamados hindúes a que pidiera perdón en nombre de la Iglesia Católica por las atrocidades cometidas en nombre de la Inquisición por los portugueses en su colonia en Goa.

Pero más que por sus peregrinaciones, el Papa será mejor recordado por la acelerada santificación de la madre Teresa de Calcuta, fundadora de las Misioneras de la Caridad conocida por su labor piadosa hacia los pobres de Kolkata (ex Calcuta). El tortuoso proceso insumió apenas seis años.

Los medios de comunicación estatales de China apenas publicaron algunos detalles sobre la muerte de Juan Pablo II este sábado. Este país, de gobierno comunista, permite a sus católicos celebrar reuniones religiosas solo en grupos oficialmente autorizados y sin vínculos con el Vaticano.

Al informar sobre la muerte del pontífice, la agencia nacional de noticias Xinhua apuntó que el Colegio de Obispos Católicos y la Asociación Patriótica Católica de este país enviaron un telegrama de condolencias al Vaticano.

”Supimos con mucha pena que el papa Juan Pablo II fue llamado por Dios a descansar en el Señor. Es una gran pérdida para el trabajo pastoral y evangélico de la Iglesia Universal”, dice el telegrama, según Xinhua.

Las autoridades comunistas de China, que tomaron el poder luego de que el gobierno nacionalista huyó a Taiwan en 1949, expulsaron en 1951 al nuncio apostólico (embajador del Vaticano), arzobispo Antonio Riberi, y cortaron relaciones con la Iglesia Católica.

La nunciatura apostólica en China está, desde los tiempos de Riberi, en Taiwan, a cuyas autoridades el Vaticano considera el gobierno de China.

En los años siguientes a la Revolución China, encabezada por el patriarca comunista Mao Zedong, los católicos fueron condenados por ”antirrevolucionarios”. Gran cantidad de sacerdotes, obispos y fieles fueron encarcelados.

En cambio, en Timor Oriental, el país más flamante del mundo, el Papa era una figura amada y recordado por haber sembrado la semilla de las manifestaciones masivas contra la otrora potencia ocupante, Indonesia.

El primer ministro Mari Alkatiri declaró duelo de tres días en este país, 90 por ciento de cuyos 600.000 habitantes profesan la fe católica. Las campanas tocaron a rebato cuando se supo de la muerte de Juan Pablo II.

”Para el pueblo timorense, es un héroe. En octubre de 1989, cuando éramos oprimidos por los indonesios, visitó el país. La juventud asumió la visita como una oportunidad para protestar contra la ocupación. Ése fue el inicio de las manifestaciones organizadas por el movimiento clandestino”, dijo a IPS el periodista timorense Antonio Belo.

En mayo de 2002, Timor Oriental se convirtió en nación independiente luego de dos años de administración a cargo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), luego del abrumador resultado del plebiscito de 1999.

En la predominantemente católica Filipinas, el papa Juan Pablo II también tiene un lugar especial en el corazón de los habitantes. Muchos le atribuyen la inspiración de la revuelta del Poder Popular, lanzada contra el dictatorial régimen de Ferdinando Marcos.

El periodista filipino Ahmed Toledo recordó que el apoyo brindado por el Papa al sindicato polaco Solidaridad en tiempos del bloque prosoviético marcó el camino a los opositores de Marcos.

”El papa nos hizo saber así que una nación católica puede remover a los dictadores”, indicó Toledo. (

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe