EGIPTO-ISRAEL: De la torridez a la calidez

Una serie de visitas de alto nivel, el regreso del embajador egipcio a Tel Aviv tras cuatro años de ausencia, la negociación de un acuerdo sobre energía y varios intercambios de prisioneros marcan la actual etapa de reconciliación entre Israel y Egipto.

El canciller israelí Silvan Shalom se entrevistó el martes en El Cairo con el presidente Hosni Mubarak, su contraparte egipcia Ahmed Aboul-Gheit y el jefe de inteligencia Omar Suleiman.

Aboul-Gheit le manifestó a Shalom su preocupación por lo que considera violaciones israelíes a la ”hoja de ruta”, el plan de paz auspiciado por Estados Unidos, Rusia, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea (UE).

Mientras, Shalom destacó el ”diálogo” bilateral por encima de las diferencias. ”Nuestra relación ha dado pasos sólidos en los últimos dos meses”, dijo en una conferencia de prensa después de la reunión.

La visita fue apenas la última en una serie apretada de gestos conciliatorios.

Israel ha establecido relaciones diplomáticas plenas con Egipto, Jordania y Mauritania, y tiene una presencia de bajo nivel en Qatar. Shalom se ha propuesto construir en este mismo año un vínculo formal con otras 10 naciones árabes.

Israel está enemistado y ha librado varias guerras con el mundo árabe desde su creación misma, en 1948. ”Aspiramos a normalizar nuestras relaciones con tantos países árabes como sea posible”, dijo a IPS la portavoz de la Embajada de Israel en Egipto, Ruth Landé.

El inicio del reacercamiento entre Egipto e Israel fue a mediados de diciembre, con la firma de un acuerdo denominado de ”zonas industriales calificadas” entre esos dos países y Estados Unidos.

El tratado permite la exportación a Estados Unidos libre de aranceles de productos egipcios que contengan al menos 12 por ciento de insumos israelíes.

El viceprimer ministro a cargo de la cartera de Comercio de Israel confió entonces en que el acuerdo fuera ”un precedente para muchos otros países en Medio Oriente”.

Desde entonces, a pesar del creciente malestar del público ante las políticas del gobierno de Ariel Sharon en los territorios palestinos ocupados, El Cairo continuó recibiendo a funcionarios israelíes de alto nivel.

El diputado israelí y presidente del partido ultraortodoxo judío Shas, Eli Yishai, visitó Egipto en febrero para reunirse con Aboul-Gheit, Suleiman y el presidente del parlamento, Fathi Sorour. En la oportunidad, se congratuló por los 26 años del acuerdo de paz entre Egipto e Israel, ”aun si, a veces, ésta es una paz fría”.

Yishai también aplaudió el rol crucial de El Cairo en el proceso de paz palestino-israelí y en el plan de Sharon de retirar las fuerzas militares israelíes y los asentamientos judíos de Gaza.

”Así como Mubarak dice que sólo Sharon puede hacer la paz, digo que sólo Mubarak puede hacer la paz en la región”, sostuvo el legislador.

En marzo, Reuven Rivlin, del gobernante partido conservador Likud, se convirtió en el primer presidente de la Knesset (parlamento israelí) que visita Egipto desde el establecimiento de relaciones diplomáticas.

Rivlin asistió entonces a una reunión de parlamentarios de la cuenca del Mediterráneo y de otros puntos de Europa.

Sorour concedió al legislador israelí el honor de pronunciar el primer discurso. Luego de la conferencia, Rivlin sostuvo que invitó a la Knesset a Sorour, quien prometió aceptar la invitación ”a su debido tiempo”.

A pesar de esos pasos hacia una reconciliación de todo el mundo árabe con Israel, la normalización de relaciones continúa siendo un asunto delicado en la mayoría de las capitales de Medio Oriente.

El canciller marroquí Mohammed Bin Eissa negó vehementemente el mes pasado que se hubiera alcanzado un acuerdo para abrir una oficina de enlace en Tel Aviv, como se rumoreaba.

Teherán y Damasco desmintieron agriamente las versiones de prensa según las cuales el presidente israelí Moshe Katsav había estrechado la mano de sus pares de Siria, Bashar al-Asad, e Irán, Mohammed Jatami.

A pesar de los pasos de El Cairo, la opinión pública egipcia parece abrumadoramente sólida en contra de la restauración plena del vínculo con Israel. ”Antes de hablar de paz y amistad, esperemos que ellos mejoren la vida de los palestinos”, dijo Tamer Azzam, un cairota de 30 años.

Incluso los movimientos que alientan la ”primavera árabe” (democratización) tras la invasión a Iraq, según la prensa occidental, se distancian de una eventual normalización.

George Ishaq, uno de los principales dirigentes que exigen el fin del gobierno de Mubarak, informó que su movimiento Kefiya no se relacionaría con ningún ”normalizador”.

El apresuramiento de El Cairo por la ”normalización” podría deberse a la intención de enmendar heridas en el vínculo con Estados Unidos, según el experto Mohamed Said, subdirector del Centro de Estudios Políticos y Estratégicos Al Ahram.

”Eso es verdad también en el caso de varios países árabes. Haciendo algo bueno por Israel, pueden liberar la presión estadounidense en otros frentes, como el de la reforma política”, consideró Said. (

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe