Cuba puede influir en la pugna entre el candidato mexicano y el chileno por obtener la secretaría general de la Organización de Estados Americanos (OEA), pese a ser el único país del continente excluido de ese foro desde 1962.
A esa paradoja habría que añadirle otra, como es que inclinaría la balanza en sentido contrario al de México, que junto a Canadá se negara en los años 60 a interrumpir las relaciones diplomáticas con esta nación caribeña de sistema socialista.
El presidente de Cuba, Fidel Castro, arremetió el lunes por la noche en duros términos contra el canciller de México, Luis Ernesto Derbez, quien compite con el ministro del Interior de Chile, José Miguel Insulza, por la jefatura de la OEA
Castro opinó que Derbez es un presuntuoso y candidato frustrado y fracasado, apoyado por Washington en sus aspiraciones de dirigir esa porquería que es el organismo hemisférico integrado por 34 países, todos los del continente excepto Cuba.
Todos los gobiernos caribeños saben que es el candidato de Estados Unidos, dijo sentencioso, luego de recordar que el otro (Insulza) tiene la oposición de Washington.
En ese sentido, recomendó que se hable rápido con los caribeños y se impida que Derbez salga a politiquear y ofrecer promesas ni engaños a nadie.
Como parte de la ofensiva chilena para ganar la OEA, el subsecretario chileno de Relaciones Exteriores, Cristián Barrios, visita esta semana el área caribeña, en tanto el presidente de ese país, Ricardo Lagos, realiza una gira por Brasil, Venezuela y Colombia.
Expertos recordaron que Castro mantiene una relación estrecha con la mayoría de las naciones caribeñas, receptoras de valioso apoyo cubano en materia de salud y educación, entre otras áreas.
También es conocido su alineamiento con el gobierno venezolano de Hugo Chávez, partidario del candidato chileno y quien ha planteado la elección en la OEA como una lucha contra el imperialismo de Estados Unidos.
En ese sentido, medios periodísticos chilenos advirtieron que Lagos no gusta de tales extremos, pero con el apoyo de Brasil, primer país visitado por ese mandatario, logró restar protagonismos al presidente Chávez en este tema.
Insulza y Derbez empataron con 17 votos cada uno durante cinco rondas de votación en la sede de la OEA en Washington, donde se reunieron el 11 de este mes los cancilleres y otros jefes de delegación con ese fin.
En vista de ello, las delegaciones de todos los países miembros activos de la OEA se reunirán el próximo 2 de mayo para una nueva votación. No se descarta que antes de esa fecha surja un tercer aspirante al cargo.
Según Castro, la marginación de Cuba de la OEA sólo sirvió para demostrar lo que era ese foro y que su país podía resistir.
Tanto la OEA como Estados Unidos fracasaron, estamos aquí, a pesar de ellos, dijo el gobernante cubano.
El 30 de enero de 1962, los cancilleres de la OEA aprobaron por simple mayoría la suspensión de Cuba, con quien casi la totalidad de los gobiernos del continente interrumpieron, posteriormente, todo intercambio comercial directo o indirecto.
A la vez, Castro reiteró el desinterés de su país por retornar al seno de ese foro regional. Si alguna vez cambia, tal vez meditemos, reflexionemos sobre la conveniencia de participar en una institución de esa naturaleza, señaló.
Pese a la larga exclusión de la OEA, en la actualidad sólo El Salvador carece de todo tipo de nexos con Cuba, que en materia de política exterior concede hoy especial relevancia a sus lazos con Venezuela, en América Latina, y China, en Asia.
El coloso asiático es justamente la primera escala de una gira que por ese continente inició este lunes el primer vicepresidente y ministro de Defensa, Raúl Castro, hermano menor del presidente cubano.
Entre los primero puntos de la agenda de Raúl Castro, segundo hombre en la jerarquía política del país, en Beijing figura una entrevista con el presidente Hu Jintao, quien a fines del pasado año suscribió en La Habana importantes convenios económicos.
Al informar sobre el hecho, la prensa oficial cubana no dejó de aclarar que en ese encuentro se ratificó el principio de fomentar el desarrollo de cada país socialista con sus peculiaridades propias.
El mandatario cubano, de 78 años, está particularmente irritado por el voto mexicano, el pasado jueves, a favor de una resolución estadounidense contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas.
Esa moción, aprobada por 21 votos a favor, 17 en contra y 15 abstenciones, contó con el respaldo de países de la Unión Europea (UE), bloque también criticado fuertemente por La Habana.
Pero también está demandando que México investigue el presunto paso por esa nación, en tránsito hacia Miami, del anticastrista de origen cubano Luis Posada Carriles, autor confeso de ataques con bombas contra varios objetivos civiles de este país.
Castro ha dedicado la última semana varias comparecencias en la televisión estatal a sus denuncias sobre Posada Carriles, cuyo paradero se desconocía desde que en agosto pasado abandonó una cárcel de Panamá gracias al indulto de la entonces presidenta Mireya Moscoso, poco antes de finalizar su mandato.
Posadas Carriles y otros tres cubanos estaban en prisión desde fines de 2000, cuando encontrados culpables de la acusación del propio Castro de conspirar para asesinarlo, aprovechando su presencia en la Cumbre Iberoamericana, que ese año se realizó en Panamá.