Alegre por los avances aunque no cree posible formular una teoría definitiva sobre el origen del universo, el físico Stephen Hawking presentó en España su último libro Brevísima historia del tiempo y participó en los actos por los 25 años de creación de la Fundación Príncipe de Asturias.
De acuerdo con las leyes de la ciencia, el universo es creado espontáneamente de la nada, como surgen las burbujas sobre el agua hirviendo, respondió Hawking ante la pregunta de IPS de cómo es posible que algo surja de ese modo.
¿Y qué es el universo?. El universo es el universo, respondió. Cuando después, en rueda de prensa, se le interrogó acerca del papel de Dios en esa creación, eludió una respuesta directa manifestando que sería aburrido ser Dios, sin nada más por descubrir.
Hawking, profesor de matemáticas y física teórica en la británica Universidad de Cambridge, dio una conferencia en el marco de los actos realizados en la noroccidental ciudad española de Oviedo, capital de Asturias.
Con 63 años en la actualidad, padece desde hace 40 de esclerosis lateral atrófica, que le afecta los músculos. Mueve sus ojos, apenas los labios para insinuar una sonrisa y dos dedos de su mano derecha.
Para hablar se vale de una computadora, con la cual lentamente arma las frases y después el altavoz incorporado a ella las emite en un inglés con acento de Boston, Estados Unidos, de donde es originario el programa informático que utiliza.
Considerado uno de los más destacados científicos del mundo, en 1989 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Ciencias, otorgado por la fundación del mismo nombre que preside Felipe de Borbón, el heredero de la corona de España.
Su teoría de que el Universo no tuvo ningún principio ni registra un momento exacto de su creación es compartida por muchos científicos pero también negada por otros.
Uno de los críticos es el científico español Javier Igea, doctorado en la Universidad de Nueva York, quien afirma que la hipótesis de Hawking aplicada a la creación, concluiría que el origen del universo estaría dentro del propio universo, lo cual sería falso pues nada puede darse a sí mismo el Ser.
Tampoco coincide Igea sobre la nada como origen, ya que la nada no fluctúa, luego no podría ser origen de nada, tampoco del Cosmos, agregó el científico español.
El universo surgió a partir de una gran explosión (Big Bang), su estado inicial debe ser establecido por la física cuántica y no puede haber sido anterior a unos 14.000 millones de años, señaló Hawking en la conferencia que pronunció el martes en el primer acto de las conmemoraciones.
Para conocer lo que ocurrió entonces, afirma que se debe trabajar del presente hacia el pasado, lo que significa que las historias del universo dependen de lo que está siendo medido, al revés de la idea habitual de que el universo tiene una historia objetiva, independiente del observador.
Tras puntualizar que el universo tiene muchas historias alternativas, añadió que para conocer la historia real del mismo hay que adoptar un planteamiento positivista.
Ese planteamiento señala que una teoría es tan solo un modelo matemático para describir las observaciones y no tiene derecho a identificarse con la realidad, sea lo que sea lo que esto signifique.
Explicó también que, según la filosofía positivista, el conjunto de historias que conducen a un estado con un espacio interno dado, definen un modelo matemático consistente. Hay un modelo para cada espacio interno y por lo tanto un número muy elevado de universos posibles.
El científico concluyó su exposición con un dejo de ironía diciendo que vivimos en una región permitida antrópicamente, en la cual la vida es posible, pero creo que habríamos podido escoger un lugar algo mejor.
El presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Carlos Martínez, haciendo un símil con Hawking, recordó en el acto que en una oportunidad le preguntaron a San Agustín que hacía Dios antes de crear el universo y que éste contestó que estaba ocupado creando el infierno para los que hacían tales preguntas.
Por su parte, José Luis Iglesias Riopedre, consejero (ministro) de Educación y Ciencia de Asturias, también aludió a las contradicciones sobre el origen del universo y expresó que antes sólo teníamos respuestas filosóficas o teológicas, mientras que ahora hay también científicas. Hace falta humildad, ya que aún no tenemos una teoría definitiva, añadió.
En la presentación de la edición en español del libro Brevísima historia del tiempo, que precede a las demás e incluso al texto original en inglés, el científico británico sostuvo que no parece posible formular una teoría definitiva para comprender el universo, aunque sí se harán cada día aproximaciones mejores.
Pero la casi imposibilidad de llegar a una conclusión final le alegra porque, sostuvo, si se lograse ese objetivo, hacer después ciencia sería como practicar ahora el montañismo en el Everest.
En cuanto a sus aportaciones científicas, cree que la principal es su descubrimiento de que los agujeros negros no son totalmente negros sino que irradian energía como cuerpos incandescentes.
La teoría cuántica permite sostener que el universo no tiene una sola historia, sino todas las posibles, cada una de las cuales con su propia amplitud de probabilidad, expuso.
Por eso, concluyó que habrá una historia en que la Luna esté hecha de queso verde, aunque quizás su probabilidad sea muy pequeña.