Los partidos políticos de Nepal acordaron con la guerrilla maoísta iniciar un proceso de reforma constitucional que contemple el fin de la monarquía, en una inédita alianza para acabar con la dictadura del rey Gyanendra.
En una reunión a puertas cerradas en Bangkok, representantes de los principales partidos nepaleses se comprometieron a luchar sin pausa contra el rey, quien el 1 de febrero encabezó un golpe de Estado.
Ésta será nuestra batalla definitiva contra el rey. No habrá más concesiones. Eso es lo que decidimos: no más concesiones, dijo a IPS Sujata Koirala, delegada del centrista Partido del Congreso Nepalés, que comandó el gobierno hasta el golpe del rey Gyanendra Bir Bikram Shah.
Seguiremos en las calles. Al principio (del régimen autoritario), los nepalíes tenían miedo de manifestarse, pero ahora no. Debemos luchar contra este sistema autocrático, dijo Koirala.
El fin de semana, el Partido del Congreso Nepalés, del Congreso Nepalés Democrático, el Partido Comunista (Marxistas-Leninistas Unidos), el Partido Frente Popular y el Partido Sadbhavana acordaron exigir la convocatoria de una asamblea constituyente.
También se comprometieron a luchar por el derrocamiento del rey Gyanendra.
La asamblea constitucional decidirá si tendremos o no tendremos rey, dijo Ramesh Rizal, dirigente del Congreso Nepalés Democrático.
El monarca del único reino hindú del mundo cuestionó la capacidad del gobierno encabezado hasta el 1 de febrero por Sher Bahadur Deuba para restaurar la paz en el país, asolado por una guerra civil entre fuerzas gubernamentales y una guerrilla maoísta.
El rey Gyanendra declaró entonces el estado de emergencia y suspendió las libertades civiles, incluida la de expresión. Días después, puso a gran cantidad los líderes políticos bajo arresto domiciliario, incluido el depuesto primer ministro, liberado el fin de semana.
El insurgente Partido Comunista Maoísta, inspirado en la guerrilla peruana Sendero Luminoso, actúa desde 1996 en distritos rurales con la finalidad de abolir la monarquía. A causa de los combates entre fuerzas del gobierno e insurgentes han muerto 11.000 personas.
La guerrilla ha reclamado para la instauración de una república la convocatoria a asamblea nacional constituyente.
Manifestaciones en contra del golpe de Estado se desarrollan en Nepal desde el lunes. Según la Alianza Democrática Nepalesa, al menos 700 manifestantes han sido arrestados por participar en las concentraciones en Katmandú y en otras 22 ciudades.
La mayor cantidad de detenidos se registró en Janakpur, en la frontera oriental con India. Marxistas-Leninistas Unidos aseguró que unos 500 integrantes del partido fueron arrestados allí.
Llamamos a la comunidad internacional a suspender la asistencia a Nepal hasta que el rey devuelva el poder al pueblo, dijo Koirala.
Desde el golpe de Estado, el rey Gyanendra es objeto de creciente presión internacional por el arresto de cientos de dirigentes políticos, sindicales y estudiantiles y de periodistas.
Observadores internacionales temen que el giro autoritario de la monarquía juegue en favor de los maoístas, pese a sus intenciones declaradas.
Sin democracia, no creo que pueda haber negociaciones con los maoístas, dijo Rajan Battarai, dirigente de Marxistas-Leninistas Unidos. Los maoístas dejaron muy en claro que no mantendrán ningún diálogo con el trono.
El independiente Grupo Internacional de Crisis, con sede en Bruselas, advirtió que el golpe de Gyanendra provocará a los maoístas y agravará la guerra civil.
El rey Gyanendra justificó su golpe señalando la necesidad de derrotar a los maoístas, pero eso tendrá el efecto opuesto. Una monarquía absoluta que socave la democracia sólo ayudará a los maoístas a acercarse al poder, advirtió el presidente del Grupo, Gareth Evans.
La demanda principal de los insurgentes ha sido la convocatoria a elecciones para una asamblea constitucional. Y todos los partidos políticos reunidos en Bangkok han accedido a esa demanda, indicó Bhattarai.
Cómo conducir esas elecciones es algo que debemos negociar con los maoístas, añadió.
El secretario general del Partido Frente Popular, Nava Raj Subedi, recordó que la convocatoria de una asamblea nacional constituyente es un asunto pendiente desde hace 54 años.
En 1951, el rey Tribhuvan, abuelo de Gyanendra, prometió la asamblea, pero nunca se celebró. En 1990 se acordó de nuevo, pero en esa ocasión personas designadas por el entonces rey Birendra fueron los encargados de redactar la constitución. No hubo nadie elegido por el pueblo para hacerlo, dijo Subedi.
Los cinco partidos políticos participantes en el cónclave en Bangkok acordaron formar un gobierno interino tras el derrocamiento de Gyanendra. Ese gobierno será el encargado de organizar la convocatoria a elecciones rumbo a la asamblea constituyente.
El retraso económico y social, la injusticia y los gobiernos ineficientes han sido propicios para que nepalíes pobres se incorporaran a la guerrilla maoísta.
El ingreso promedio por habitante en Nepal es de 240 dólares anuales, y 42 por ciento de la población vive por debajo de la línea de pobreza.
La insurgencia comenzó en febrero de 1996 en los remotos distritos montañosos del medio oeste de Nepal, en forma de protestas contra la profundización de la brecha entre ricos y pobres y la marginalización de las castas inferiores determinadas por la religión hindú,
Las manifestaciones se convirtieron poco a poco en una guerra popular que ya va por su décimo año. Hoy, los insurgentes tienen importante presencia en todos los distritos de Nepal.
El reino de Nepal fue fundado en el siglo XVIII por el rey Prithvi Narayan Shah, fundador de la dinastía Shah, que aún está en el trono del país. Ese monarca unió a las tribus gorkha por medio de la espada.
En 1990, el centrista Partido del Congreso se alió con radicales y moderados comunistas para acabar con la monarquía absoluta.
Ese mismo año, ante las multitudinarias manifestaciones populares, el entonces rey Birendra se despojó de sus poderes absolutos sin oponer lucha y acordó convertirse en monarca constitucional.
En junio de 2001, el rey y toda su familia fue asesinada a tiros por el príncipe heredero Dipendra, en la más sangrienta matanza en la historia de las familias reales del mundo.
Pero ese acontecimiento calamitoso no puso en peligro la monarquía, como sí lo hizo el golpe de Estado de febrero, según observadores.
Ésta fue la segunda vez en dos años que Gyanendra, quien heredó tras la masacre la corona emplumada de Nepal, despojó del gobierno al primer ministro Sher Bahadur Deuba. (