Pedro, de 10 años, y su papá recorren con dificultad la Calle de Correo Mayor, en el Centro Histórico de la capital mexicana, inundada por miles de vendedores informales que se apoderaron de las aceras al pagar 900 o más dólares por metro cuadrado, según empresarios.
La irregular venta de espacio público es responsabilidad de líderes barriales que, junto con algunos funcionarios, se benefician de más de 54,5 millones de dólares mensuales repartidos en dádivas por los comerciantes callejeros, aseguraron las fuentes.
El niño insistió e incluso lloró para que le compraran un automóvil de juguete que había visto en la televisión, y su papá, que percibe un salario bajo, decidió comprarlo en el Centro.
En la misma zona de la capital está el barrio de Tepito, con altos índices delictivos y donde se puede comprar a bajo precio drogas, armas de fuego, artículos robados, legales o de importación.
Cifras oficiales señalan que en la ciudad de México unas 300.000 personas se dedican al comercio informal, que según se calcula evade impuestos por valor de más de 872,2 millones de dólares al año, y que es señalado como responsable del cierre en 2004 de negocios que empleaban a más de 15 mil trabajadores.
Tras caminar varias calles, Pedro y su papá no encontraron el juguete que buscaban, con control remoto y capaz de pasar por encima de obstáculos.. La mayoría de los pequeños autos que vieron eran de plástico delgado y se veían frágiles.
El niño se conformó con otro juguete, impresionante pero con aspecto de ser poco sólido. El precio estuvo al alcance de su padre, que aprovechó para comprarse una camiseta por casi tres dólares, y un pequeño juego de herramientas por casi dos dólares.
La industria del juguete mexicana ha recibido un fuerte golpe con el ingreso masivo de productos importados que se venden en el mercado informal. De 400 fábricas registradas en 1985, sólo 30 por ciento se han salvado de la quiebra, de acuerdo con un informe del independiente Grupo de Economistas y Asociados (GEA).
Electrodomésticos, ropa, juguetes, bisutería, calzado, herramientas y artículos para el hogar y de belleza, entre otros productos evaden el pago de impuestos al triangular su ingreso al país: la mercancía procede principalmente de Asia, pero pasa por Estados Unidos y entra libremente a México, amparada por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que abarca a esos dos países y a Canadá.
Comerciantes asiáticos y mexicanos han logrado implementar trampas de ese tipo para que ingresen al país productos de China y de otras naciones asiáticas, explicó a IPS el diputado federal Obtulio Ávila, del gobernante Partido Acción Nacional y miembro de la Comisión del Distrito Federal de su Cámara.
El comercio informal fija sus propias reglas. Un puesto (espacio sin infraestructura para vender en la vía pública) puede costar de 450 a más de 900 dólares.
El salario de un vendedor callejero varía según el producto que ofrezca y el acuerdo a que llegue con el empleador. Recelosos, algunos comentaron a IPS que ganan de nueve a 27 dólares por día, con jornadas de 10 a 12 horas y sin ningún tipo de seguridad social o derechos laborales. El salario mínimo nacional es casi cinco dólares por día.
Delia tiene más de 50 años de edad y vende comida en la vía pública. En entrevista con IPS, comentó que por su edad ninguna empresa la contrata, y que así satisface las necesidades de su familia.
Alicia dijo que paga unos cinco dólares por semana a funcionarios de su alcaldía para que le permitan instalar una rudimentaria estufa en la vía pública y vender quesadillas (obleas de masa doradas en aceite), y que esa actividad le permite costear los estudios universitarios de su hijo y el salario de una persona que le ayuda.
La Cámara de Comercio de la Ciudad de México, que agrupa a pequeños y medianos empresarios formales, insiste en que la venta callejera es ilegal de por sí y comete además varios delitos al evadir impuestos, no pagar el uso de energía eléctrica, incumplir normas sanitarias, fomentar la delincuencia y propiciar la quiebra del comercio formal.
La Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, que aglutina a grandes empresas, asegura que funcionarios públicos toleran esta actividad informal debido a que reciben por ello más de 54,5 millones de dólares al mes.
De acuerdo con organismos empresariales, el comercio informal realiza ventas diarias por valor de casi 12 millones de dólares, y se fortalece conforme aumentan los índices de desempleo en el país.
Las industrias mexicanas más golpeadas por el comercio informal son la del vestido, el calzado y los juguetes.
Los mexicanos gastan al año más de 16.295 millones de dólares en la compra de ropa, y de esa cifra, cerca de 9.451 millones de dólares van a parar al comercio informal, según el estudio del GEA.
Dicho informe señala que cada año ingresan al país unos 250 millones de pares de zapatos, en su mayoría procedentes de China, lo que ocasiona que la industria mexicana del calzado pierda más de 100.000 empleos directos. Según el GEA, el mismo fenómeno causa la pérdida de 140.000 puestos de trabajo en la industria textil.
El mismo estudio indica que la industria discográfica ha sido una de las más vulnerables a la piratería, ya que un disco compacto copiado ilegalmente se vende a cerca de un dólar, y uno original cuesta de 10 a 20 dólares en comercios formales. (