En un acto sin precedentes elogiado por activistas, las agencias de viaje japonesas aceptaron someterse a un código de conducta como parte de una campaña internacional contra la explotación sexual infantil.
Convencer a los agentes de viaje japoneses para que se unan a una campaña que han ignorado por mucho tiempo fue algo excepcional, señaló el director de la organización Acabemos con la Prostitución, la Pornografía y el Tráfico Infantil con Fines Sexuales (ECPAT, por sus siglas en inglés), Junko Miyamoto.
El turismo sexual es un problema mundial acompañado de la industria de la pornografía, que se aprovecha de los avances tecnológicos, e involucra otros negocios, como las compañías aéreas, las agencias de viajes y los hoteles.
El Código de Conducta para la Protección de Niños y Niñas de la Explotación Sexual en el Turismo fue creado el año pasado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la Organización Mundial del Turismo y la oficina estadounidense de ECPAT.
Varias asociaciones de agencias de viajes en Occidente suscribieron el código desde entonces, pero las japonesas hasta ahora lo habían ignorado.
El código exige a las agencias que expresen abiertamente su repudio a la explotación sexual infantil, rechacen todo tipo de contacto con redes de prostitución locales y capaciten a sus empleados sobre reglas de ética en los países donde éstas tienen mayor influencia.
Unicef calcula que más de dos millones de niños y niñas son víctimas de las redes de prostitución infantil y del turismo sexual. Un tercio de las prostitutas de Camboya son menores de 18 años.
La Asociación de Agencias de Viaje de Japón (JATA, por sus siglas en inglés), que representa a 80 por ciento de las compañías turísticas, decidió aceptar el código este mes.
El acuerdo es un claro mensaje de la industria turística sobre su compromiso en la lucha contra la explotación sexual de niños y niñas. Ahora tenemos que trabajar para aplicar las medidas requeridas, dijo a IPS Hiromi Yonetani, de JATA.
La decisión de las agencias de viaje japonesas llegó dos años después de que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, promulgara la Ley de Protección, que establece penas de hasta 30 años de cárcel contra los ciudadanos estadounidenses que participen del turismo sexual en otros países.
En su discurso ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en septiembre de 2003, Bush pidió a todos los países que adoptaran leyes para castigar a los colaboradores de la brutalidad clandestina de la prostitución infantil.
El código es un paso concreto y crucial para prevenir el abuso sexual de niños y niñas por parte de turistas japoneses, y fortalecerá nuestras leyes internas en ese sentido, afirmó el jefe de la oficina en Tokio de Unicef, Hiromisa Nakatani.
Actualmente, 11 japoneses son juzgados en Tokio acusados de haber mantenido relaciones sexuales con niñas en Camboya, Filipinas y Tailandia.
En enero, otro japonés de 53 años fue detenido por haber pagado 40 dólares a una niña de 16 años para que tuviera sexo con él.
Es muy difícil detener a japoneses acusados de explotar sexualmente a niños y niñas en otros países. Por eso la ayuda de las agencias de viaje es vital, dijo Miyamoto.
El abogado Setsuko Tsuboi, un destacado activista contra el turismo sexual, sostuvo que lo más importante de la campaña es hacer que la población entienda que estos delitos son violaciones a los derechos humanos.
En una sociedad predominantemente masculina, las mujeres y las niñas son objetos sexuales. Tenemos que cambiar esta discriminación tan arraigada, afirmó.
Mientras, cada vez más activistas japoneses expresan preocupación por el creciente problema interno de la pornografía infantil, la prostitución adolescente y una reciente ola de asesinatos de niños y niñas cometidos por pedófilos.
A comienzos de este mes, un hombre de 36 años fue detenido por secuestrar y matar a una estudiante de primer año de secundaria. La casa del homicida estaba repleta de material pornográfico.
La Agencia Nacional de Policía informó que en 2004 se perpetraron 1.844 crímenes vinculados con la pornografía infantil, y fueron detenidos muchos abogados, profesores y políticos pedófilos.