Estados Unidos deberá tolerar la ley anti-secesión aprobada en China, que permite el uso de la fuerza para mantener las riendas de Taiwan, si pretende que Beijing presione a Corea del Norte para que suspenda su programa nuclear.
Es la ley natural de intercambio en política internacional, coincidieron analistas chinos al término de la visita oficial a Beijing de la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Condoleezza Rice, el domingo y el lunes.
Si las autoridades estadounidenses quieren más presión a Pyongyang, entonces deben considerar las demandas de Beijing para que Washington deje de apoyar a Taiwan y de intervenir en los asuntos internos chinos, afirmó el analista Wang Zuedong, de la Universidad de Zhongshan.
Los principales periódicos chinos ya habían hecho una detallada evaluación de Rice en sus editoriales previos a la visita.
La consideraron una wen guan (experta) de la situación en Asia oriental, pero también una pragmática, cualidades necesarias para comprender las ambiciones regionales de Beijing.
Los diarios también la compararon con su antecesor, Colin Powell, a quien calificaron de wu guan (líder militar), conocedor de primera mano del equilibrio de poder en la región pero sin la perspicacia necesaria para entender la intrincada política interna china.
Siempre está presente el temor de que, al ser una experta en temas relacionados con Rusia, Condoleezza Rice permita que resabios de la guerra fría influyan en sus decisiones, señaló el periódico The Beijing News en su editorial.
Pero, también como una persona con profundo conocimiento de Asia oriental, Rice tiene muy presente que si China despierta, un país gigante y con una historia tan larga, tendrá grandes perspectivas de desarrollo, añadió.
La canciller se reunió con el presidente Hu Jintao, a quien solicitó que utilizara su influencia para que Pyongyang regrese a la mesa de negociaciones multilaterales sobre su programa nuclear, de la que también participan Corea del Sur, Japón y Rusia.
Corea del Norte se retiró de las conversaciones en febrero, luego de que Rice dijera que ese país era un emblema de tiranía.
La capital china fue la última escala de una gira de Rice por Asia, que incluyó visitas a India, Pakistán, Afganistán, Japón y Corea del Sur.
La secretaria de Estado reconoció la creciente influencia de Beijing en el campo internacional, pero dejó en claro que Washington seguiría de cerca todo movimiento militar chino y apoyaría los esfuerzos de Japón para tener más influencia en la región y el mundo.
Días atrás, Rice había llamado a los aliados de Estados Unidos en Asia a crear un ambiente político adecuado para inducir a China a adoptar reformas democráticas.
El lunes, la canciller también expresó su oposición a la intención de la Unión Europea (UE) de levantar su embargo de armas a Beijing, y advirtió sobre el peligro de las nuevas amenazas chinas a Taiwan.
La funcionaria claramente trazó el terreno al pedirle a la UE que no afectara el equilibrio de poder en Asia oriental. Siempre fue Estados Unidos, no Europa, quien defendió al Pacífico, afirmó.
El gobierno de George W. Bush está preocupado por los planes de la UE de transferir tecnología militar a China, justo cuando ese país muestra hostilidad hacia Taiwan.
La Asamblea Nacional del Pueblo de China aprobó la semana pasada una ley anti-secesión que permite usar la fuerza para aplastar todo intento de Taiwan de alcanzar su independencia.
También aprobó un incremento de 12,6 por ciento en su presupuesto militar para este año.
Los líderes comunistas desean reducir el número de soldados que integran el Ejército Popular de Liberación y en cambio dotarlo de una más avanzada tecnología.
Rice calificó de inoportuna la ley anti-secesión.
Cualquier medida unilateral que aumente la tensión, como es el caso de esta norma, nunca es buena. China y Taiwan no serán capaces de resolver esta crisis por sí solos. Necesitarán de la ayuda de otro país, afirmó.
Mientras, señaló, la UE no debe hacer nada que contribuya a la modernización del ejército chino.
Hay mucha preocupación por el aumento del gasto militar chino y por la eventual sofisticación de su poder, dijo Rice.
La UE impuso el embargo a Beijing en 1989, en rechazo a la matanza de estudiantes disidentes perpetrada por las autoridades en la plaza de Tiananmen.
Los efectos de la implacable oposición de Estados Unidos a la intención de la UE ya se hicieron sentir esta semana.
El canciller de Gran Bretaña, Jack Straw, señaló el domingo que la ley anti-secesión china creó un ambiente político muy difícil.
Ya había problemas políticos, y éstos ahora se han vuelto más complejos afirmó.