Como los viejos jefes del narcotráfico, el mexicano Joaquín el Chapo Guzmán atrae toda la atención de la policía y el ejército y sale triunfante de una cacería sin cuartel, dejando un tendal de muertos.
Es el narcotraficante del sexenio (período presidencial de Vicente Fox), dicen algunos.
Guzmán, cuya fotografía está expuesta desde fines de febrero en carteles públicos donde se ofrece cinco millones de dólares por su captura, fue uno de los jefes del narcotráfico de los años 90. Detenido en 1993 y preso siete años, en 2001 se fugó de una prisión de alta seguridad para regresar a su negocio y reconquistar su poder.
Es el narcotraficante retador, como los de antaño, es de los que gustan la fama y disfruta de la adrenalina que le produce el peligro, dijo a IPS Rosa Ezequiel, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
De 47 años y 1,55 de estatura, su aspecto personal no responde al estereotipo del asesino o el mafioso identificado por el imaginario colectivo, pero según la policía mexicana es uno de los más sanguinarios narcotraficantes del país.
En los carteles donde se ofrece recompensa por su captura, aparecen también fotografías de 36 de sus secuaces. Si bien hay testigos que presenciaron la colocación de los carteles por parte de soldados en varias ciudades, la Procuraduría (fiscalía) General no ordenó esa acción y sostuvo no saber quién es el autor de los mismos.
En esos anuncios aparece un número de teléfono para reportar información y un sitio de Internet denominado delate al narco. IPS llamó a esos teléfonos, pero la persona que respondió se negó a informar si ese destino correspondía a oficinas del gobierno.
Estamos investigando quién puso los carteles, pero está bien, pues de todas formas esas imágenes son una ayuda para perseguir a este delincuente, dijo el procurador general, Rafael Macedo.
En su vuelta a la acción, Guzmán arrasó a sangre y fuego con pequeñas y discretas bandas de narcotraficantes locales y con competidores que prefieren vender actuar en las sombras. Hoy es el más buscado en México y Estados Unidos, país que ofrece también cinco millones de dólares por su captura.
En su guerra por conquistar el poder y mantenerse libre, más de 200 personas fueron ejecutadas en lo que va de este año, especialmente en los estados mexicanos fronterizos con Estados Unidos.
Jesús Blancornelas, director de la revista Zeta de Tijuana, cuyas investigaciones sobre narcotráfico costaron la vida a dos de sus periodistas, sostiene que El Chapo es el más poderoso entre los jefes del narcotráfico mexicano. No hay nadie como él, afirma.
Mientras, José Ortega, presidente de la Comisión Nacional de Seguridad Pública de la Confederación Patronal de la República Mexicana, afirma que Guzmán es el narcotraficante del sexenio del presidente Fox.
A su entender, el jefe criminal cuenta con algún tipo de protección de la policía o el ejército.
Investigaciones de la Procuraduría General indican que en los últimos cuatro años Guzmán logró desarrollar una amplia red con sus similares de América del Sur y América Central.
Desde su fuga en enero 2001 de la prisión de alta seguridad de Puente Grande, hasta la fecha, su organización contrabandeó más de 40 toneladas de cocaína a Estados Unidos, según varias estimaciones.
Los narcotraficantes mexicanos, entre ellos el Chapo, son responsables de 70 por ciento de la cocaína que se consume en Estados Unidos
Muchas veces, el procurador general ha declarado que Guzmán pronto será detenido, pero el arresto no se materializa, a pesar de que su hijo y varios de sus cómplices fueron apresados.
Guzmán fue aprehendido en 1993 en Guatemala y luego enviado a México donde recibió una sentencia de más de 20 años de prisión por soborno y asociación delictiva. Además, esperaba sentencia por otros procesos.
Pero el 20 de enero de 2001, tras sobornar a funcionarios del presidio que ocupaba, se ocultó en un pequeño carro de ropa sucia que luego fue pasado a un camión en el que finalmente salió de la cárcel. Desde entonces, la policía no ha podido detenerlo.
Guzmán es el primer narcotraficante de renombre que logró fugarse de una prisión de alta seguridad en México.
En libertad, regresó a su pasado desafiante, violento y escurridizo, estilo que ha decaído desde fines de los años 90 entre los criminales de México y de gran parte de América Latina.
De hecho, todos los célebres jefes del narcotráfico, que gustaban del derroche y la atención pública y con quienes delinquió o se enfrentó el Chapo, ya salieron de escena.
Entre ellos están el señor de los cielos, Amado Carrillo, jefe del cartel de Juárez, quien murió en 1997 durante una operación para cambiar su identidad, y Benjamín Arellano, detenido en 2002.
Otros importantes narcotraficantes fueron Juan García Abrego, extraditado a Estados Unidos y condenado allí en 1996, Héctor Palma, detenido en 1995, y Rafael Caro Quintero, quien purga desde 1992 una condena de casi 100 años de reclusión en un establecimiento mexicano.
Seguramente la vida de Guzmán será corta, apuntó Ezequiel, de la UNAM. Antes de ser detenido, caerá abatido por policías o por sus propios colaboradores, vaticinó.
Mientras, por aire, mar y tierra, la policía y el ejército mexicano continúan tras la pista del narcotraficante.