Mientras el rey Gyanendra Bir Bikram Shah de Nepal encabeza un régimen que encarcela a cientos de opositores, continúan sin aparecer al menos 1.200 personas desaparecidas en los últimos cinco años, supuestamente por apoyar a la insurgencia maoísta.
Hace casi un año, el gobierno de Nepal prometió ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU poner fin a las desapariciones, perpetradas en el marco de una guerra civil entre las fuerzas de seguridad y el maoísta Partido Comunista de Nepal, en que murieron 11.000 personas.
El compromiso aún no fue cumplido, ni por el gobierno centrista de Sher Bahadur Deuba, depuesto el 1 de febrero, ni por el rey Gyanendra, quien asumió ese día el control total del poder.
Los compromisos continúan siendo declaraciones vacías, sin sostén en esfuerzos reales para detener las violaciones, indicó este martes Human Rights Watch (HRW), organización de derechos humanos con sede en Nueva York.
La acusación figura en Clara culpabilidad: Desapariciones a manos de las fuerzas de seguridad de Nepal, informe de 84 páginas publicado por HRW en vísperas de la sesión anual de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
Desde entonces, cambió radicalmente el panorama político nepalés. Al asumir el poder total, el rey Gyanendra suspendió las libertades constitucionales y encarceló a dirigentes políticos, sindicales y estudiantiles.
Nepal, otrora percibido en Occidente como un montañoso reino paradisíaco y nevado, se ha convertido en uno de los países del mundo donde más desapariciones se perpetran, según declaró el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Desapariciones Involuntarias y Forzosas
Los investigadores de HRW documentaron 203 casos en una misión en Nepal en septiembre y octubre pasados.
El informe de esta institución también menciona estudios de organizaciones no gubernamentales locales según las cuales desde mayo de 2000 se cometieron 1.200 desapariciones, 368 en 2003.
Casi todos los arrestos y detenciones que derivaron en desapariciones son desarrolladas por unidades regulares del ejército y de la policía, concluyó HRW.
Al menos 16 personas desaparecieron después de ser arrestadas por el Real Ejército Nepalés (RNA) y la Fuerza Policial Armada (APF) en una operación a gran escala entre el 20 y el 22 de octubre de 2002 en Rajapur, distrito de Bardia, indicó HRW.
Las fuerzas de seguridad apostadas en el campamento temporal del ejército Manpur Tapara lanzaron la ola de arrestos en respuesta a la destrucción por parte de maoístas de muchas oficinas estatales en los meses anteriores, agrega.
Testimonios de varios testigos indican que los detenidos desaparecidos fueron conducidos a la escuela secundaria Manpur Tapara, ocupada por el RNA como su 'campamento temporario Manpur Tapara',
Los familiares acudieron día a día a la escuela y vieron a los detenidos con los ojos vendados en una de las aulas. Muchos reconocieron a sus parientes por la vestimenta que tenían en el momento del arresto. Después del desmantelamiento del campamento temporario Manpur Tapara, el 25 de octubre, los 16 detenidos nunca volvieron a ser vistos.
El informe de HRW asegura que el gobierno no ha hecho lo suficiente para impedir las desapariciones.
Aun si el gobierno no pidió directamente a sus fuerzas de seguridad a cometer desapariciones como parte de su campaña contra los maoístas, su omisión en tomar medidas razonables para acabar con esa práctica o para llamar a las perpetradores a la responsabilidad convierte en cómplices a las autoridades civiles, advirtió HRW.
A la luz de esa inacción, las desapariciones pueden ser caracterizadas con justicia como política de gobierno, concluyó.
HRW publicó el informe en momentos en que el rey Gyanendra continúa avalando el encarcelamiento de dirigentes políticos, sindicales y estudiantiles y activistas de derechos humanos, e impidiendo que esas personas dejen Katmandú.
Miembros de los principales partidos políticos fueron encarcelados el domingo en varias ciudades, luego de que se manifestaran públicamente contra el estado de emergencia impuesto por el gobierno del rey Gyanendra.
También el domingo, las autoridades impidieron a Subodh Raj Pyakurel, presidente de la organización de derechos humanos Centro de Servicios del Sector Informal, viajar de Katmandú al medio oeste del país para participar en un seminario, informó el diario The Himalayan Times.
Pero el gabinete impuesto por el monarca reitera en cada oportunidad que se le presenta que Gyanendra está comprometido con la democracia y que restaurará los derechos suspendidos tan pronto como los terroristas maoístas y la corrupción política hayan sido sojuzgados.
La comunidad internacional advirtió que suspenderá la asistencia militar y al desarrollo de Nepal si el rey Gyanendra no restaura las libertades civiles en breve.
India y Gran Bretaña ya suspendieron la ayuda militar, y Estados Unidos, uno de los principales respaldos de la batalla del gobierno contra los maoístas, urge a volver a la normalidad en 100 días.
El anterior gobierno creó una comisión de cinco miembros en julio pasado para investigar el destino de los desaparecidos, luego de una huelga de hambre emprendida por sus familiares.
Pero esa comisión solo dio respuestas por una pequeñísima parte de los 203 casos documentados por HRW, e incluyó en la lista nombres de desaparecidos y de personas que ya habían sido liberadas.
El informe también cuestiona el desempeño de la insurgencia maoísta en materia de derechos humanos.
Si los abusos de los maoístas no ocupan más lugar en un informe sobre desapariciones es porque éstos suelen ejecutar abiertamente a aquellos a quienes secuestran, acusándolos de espías, enemigos de clase o de desafiar al régimen maoísta, explicó.
En 28 casos de desapariciones documentadas en este informe, las familias de las víctimas creen que éstas fueron asesinadas luego de ser llevadas en custodia por las fuerzas de seguridad, indicó HRW. (