El enfrentamiento entre partidarios de Fidel Castro y representantes de la oposición interna agrega un nuevo elemento a la ofensiva diplomática impulsada por Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que sesiona en Ginebra.
Hay una guerra andando entre el gobierno de George W. Bush, que promueve la subversión interna en Cuba, y la inmensa mayoría de la población cubana que defiende la revolución, aseguró este lunes el canciller cubano Felipe Pérez Roque.
El ministro de Relaciones Exteriores consideró legítimo que el pueblo defienda sus calles y se oponga a los que trabajan en Cuba para el gobierno de los Estados Unidos y, al mismo tiempo, estimó que cualquier enfrentamiento debe excluir los excesos.
La vieja consigna de la calle es de los revolucionarios fue rescatada este fin de semana durante una manifestación de más de cien mujeres contra una caminata de unas 30 Damas de Blanco, esposas de algunos de los 75 disidentes presos en abril de 2003.
Se oye, se siente, el pueblo está presente, corearon las integrantes de la Federación de Mujeres Cubanas. Mientras, Bertha Soler, esposa del disidente preso Ángel Moya, reivindicó el derecho a expresarse como mujeres pacíficas.
Los incidentes sucedieron al anuncio de un grupo de medidas gubernamentales de amplio alcance, que incluyen la distribución social de bienes a precios subsidiados y una posible alza salarial en determinados sectores.
La manifestación contra las Damas de Blanco fue posterior a la denuncia del médico disidente Darcy Ferrer Ramírez, quien aseguró haber sido golpeado el sábado por colocar un mural en su casa a favor de la liberación de un grupo de presos políticos.
El gobierno de Cuba considera a los opositores como mercenarios al servicio de Estados Unidos, cuyo gobierno aprobó en 2004 un presupuesto de 59 millones de dólares para apoyar cambios políticos en la isla.
Justamente sobre el uso de mercenarios como medio de violación de los derechos humanos de otros pueblos tratará una de las nueve resoluciones que promoverá Cuba este año ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
La Habana es criticada por Estados Unidos y la Unión Europea (UE), entre otros, por no garantizar derechos humanos básicos como la libertad de expresión y de asociación.
El gobierno cubano cuenta con apoyo de otros países en la Comisión, que defienden la necesidad del cese de la politización de ese órgano especializado de la ONU y la no singularización de casos de países específicos.
En este contexto, Pérez Roque consideró como una muestra del fracaso de Washington, que éste se haya visto obligado a presentar una propuesta de resolución sobre Cuba ante la Comisión.
Pese a esfuerzos intensos, el gobierno estadounidense no ha podido encontrar un país latinoamericano o de Europa del Este que se preste a presentar la resolución como había ocurrido en los últimos cinco años, comentó el canciller cubano.
Desde 1990, con la única excepción de 1998, todas las resoluciones sobre la situación de los derechos humanos en Cuba fueron aprobadas en Ginebra y, en los últimos años, fueron patrocinadas por diferentes países.
El foro de Ginebra actúa con representación de 53 países que se rotan periódicamente. Este año, los 11 latinoamericanos son Argentina, Brasil, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Paraguay y Perú.
A juicio del funcionario, se ha desinflado la teoría sobre la preocupación de la comunidad internacional por las violaciones de derechos humanos en Cuba, y Estados Unidos teme ser derrotado este año en la Comisión.
Pérez Roque aseguró que la propuesta que circula en Ginebra no condena a la isla por situaciones específicas sino que reconoce tener como principal objetivo mantener vivo el tema cubano en la agenda de la Comisión hasta la próxima sesión.
Para el canciller, mantener el caso cubano en la agenda responde a la necesidad de Washington de justificar su política de sanciones económicas decretadas contra La Habana hace más de 40 años y endurecidas en la pasada década.
A diferencia de años anteriores, el canciller evitó referirse a la posición específica de los países latinoamericanos integrantes de la Comisión y consideró que, en algunos casos, la abstención sería un gesto heroico.
Al mismo tiempo, afirmó que los gobiernos de la UE votarán a favor de la resolución estadounidense porque no pueden apartarse de tal posición. Privilegian su relación con el poderoso y votan a favor de él, aseguró.
Tras una crisis de más de año y medio entre Cuba y la UE, Pérez Roque aseguró que Cuba ha propuesto un cambio en el marco actual de las relaciones bilaterales que incluya un acuerdo sobre derechos humanos concertado y mutuamente aceptable.
El canciller cubano consideró como principales obstáculos a esta iniciativa el voto de la UE en Ginebra y el mantenimiento de la posición común sobre Cuba, que condiciona cualquier acuerdo del bloque europeo a cambios políticos en la isla.
En tanto, aseguró que no le otorgaba ninguna importancia a la celebración este lunes en La Habana de un encuentro entre representantes de la oposición interna y diplomáticos de los países de la UE.
Uno de los asistentes al encuentro, el disidente Oswaldo Payá, comentó al salir de la reunión que si la UE va a tener un diálogo con el gobierno cubano debe incluir el tema impostergable de la liberación de los presos políticos.