CHILE: Todo apunta a un cuarto gobierno de coalición oficialista

Mientras el candidato presidencial de la oposición derechista chilena, Joaquín Lavín, cae ”como una piedra” en las encuestas para las elecciones de diciembre, la opción de triunfo de la gobernante coalición de centroizquierda aumenta por la exitosa gestión económica del presidente Ricardo Lagos.

Salvo imprevistos, el oficialismo debe triunfar en los comicios de fin de año, lo cual sentará dos hitos inéditos en la política de este país: por primera vez los chilenos serán gobernados por una mujer y la Concertación de Partidos por la Democracia se consolidará como la coalición más estable en el poder en 195 años de vida republicana.

La Concertación, conformada por cuatro partidos, llegó a un acuerdo el día 22 para que el 31 de julio se realice la elección primaria entre las dos precandidatas del conglomerado: la socialista Michelle Bachelet, ex ministra de Salud y de Defensa, y la demócrata cristiana Soledad Alvear, ex ministra de la Mujer, de Justicia y de Relaciones Exteriores.

Casi al mismo tiempo, en la opositora Alianza por Chile, el partido Unión Demócrata Independiente (UDI), de Lavín, lograba que su aliado, el Partido Renovación Nacional (PRN), desechara los llamados de algunos de sus dirigentes para que surgieran otros precandidatos y realizar también comicios primarios en la derecha.

”El acuerdo concertacionista para las primarias aparece como una legitimación de métodos democráticos en su interior, mientras la derecha sigue proyectando una imagen autoritaria, de decisiones cupulares, que la sigue asimilando a la dictadura de (el general Augusto) Pinochet (1973-1990), a la cual apoyó la UDI”, dijo a IPS el analista político Adolfo Rodríguez.

Las primarias oficialistas del 31 de julio tendrán el mismo formato que las que se realizaron en 1999 cuando Lagos, abanderado de los partidos Socialista, Por la Democracia y Radical Socialdemócrata, derrotó al senador Andrés Zaldívar, postulante del Partido Demócrata Cristiano.

Serán unas primarias abiertas para los militantes de las cuatro colectividades e independientes, con un padrón de votantes del que sólo se excluirá a quienes figuran en el Registro Electoral nacional como militantes de otros partidos.

La confrontación de Bachelet y Alvear será antecedida de once diálogos de ambas precandidatas con organizaciones políticas y sociales en distintas regiones de este país de 15,6 millones de habitantes, y por dos debates que serán transmitidos por televisión a todo el país.

La última encuesta sobre percepciones políticas, publicada a comienzos de marzo por la consultora Times Research, ratificó la ventaja de Bachelet, pediatra, socialista e hija del general Alberto Bachelet, de la Fuerza Aérea, un defensor de la Constitución asesinado en ka represión posterior al golpe de Estado de 1973.

Según ese sondeo, Bachelet, apoyada por los partidos Socialista y Por la Democracia, derrotaría a Lavín por 61 contra 35 por ciento, y en una confrontación con Alvear, Lavín también perdería, con 36 contra 56 por ciento.

El comando de Lavín intentó restar importancia a esos datos, y la directora de su campaña, Cristina Bitar, sostuvo que ”la única encuesta válida es la que se hará (en la elección de) el 11 de diciembre” junto con asegurar que la derecha recuperará posiciones en el electorado para esa fecha.

Pero a la luz de los datos de Times Research, que confirman el avance de tendencias registradas en sondeos anteriores, el senador del PRN Carlos Cantero advirtió que ”las encuestas son elocuentes, vamos cayendo como una piedra”, mientras en el interior de ese partido surgían voces a favor de la presentación de un precandidato propio para competir con Lavín en primarias de Alianza por Chile.

El PRN es considerado como la expresión liberal de la derecha en contraposición al conservadurismo de la UDI (Lavín es miembro supernumerario de la secta católica Opus Dei).

El exitoso empresario y ex senador Sebastián Piñera fue mencionado como la carta presidencial del PRN y como promotor de los cuestionamientos a Lavín, pero en círculos políticos se piensa que su objetivo es más bien presionar para que la alianza derechista le garantice el retorno al Senado.

”El hecho de que se realicen al mismo tiempo elecciones de senadores y diputados en diciembre, sumado a la casi irreversible derrota en las presidenciales, hace que la negociación en la derecha tienda a concentrarse en la pugna legislativa, estimulada por el sistema binominal”, comentó Rodríguez.

El sistema binominal, impuesto por la dictadura de Pinochet, determina que los legisladores se elijan a razón de dos por cada una de las correspondientes circunscripciones electorales, que son 19 para votar senadores y 60 para votar diputados. Ese mecanismo favorece a las grandes coaliciones, y mantiene al margen del Poder Legislativo a partidos menores, como el Comunista y el Humanista.

Aunque esos partidos sumen cantidades significativas de votos en el país, quedan excluidos del parlamento si no logran el segundo lugar en alguna circunscripción.

El Partido Comunista fue determinante para que Lagos derrotara en la segunda vuelta de enero de 2000 a Lavín, cuando el cuatro por ciento de electores que había votado en la primera vuelta a la candidata presidencial comunista, Gladys Marín (fallecida este mes a los 64 años) apoyó al actual mandatario contra su contrincante derechista.

”La derecha, con Lavín, llegó a su mayor potencial electoral en las anteriores presidenciales, en un cuadro de depresión económica motivado por los impactos de la crisis asiática en los últimos años del gobierno de Eduardo Frei (1994-2000), pero ese cuadro cambió diametralmente”, señaló a IPS el economista Ángel Cruz.

El experto destacó que según datos difundidos este miércoles por el Banco Central, el producto interno bruto (PIB)de Chile creció 6,1 por ciento en 2004, el mayor aumento desde 1997, y que las proyecciones para este año apuntan a un nuevo incremento del orden de 6,25 por ciento.

Eso se debe en buena medida a que la demanda interna ha crecido 7,9 por ciento, y también a un aumento de la inversión, que se situó en el equivalente a 25,2 por ciento del PIB.

El PIB por habitante se situó en 5.900 dólares, con un crecimiento real de 9,5 por ciento en relación con 2003.

El ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, proclamó que han terminado ”los años de vacas flacas”, mientras desde el comando de Lavín se observaban los últimos datos económicos como otro obstáculo, prácticamente insalvable, para la decadente candidatura de la derecha. (

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