El ex soldado nazi alemán Paul Schaefer, jerarca de la Colonia Dignidad y prófugo desde hace siete años de la justicia chilena, fue capturado en Argentina y deberá rendir cuentas por crímenes contra los derechos humanos y al menos 26 casos de abusos sexuales a menores.
Es una demostración de que la justicia tarda, pero llega, dijo el abogado de derechos humanos Hugo Gutiérrez a propósito de la aprehensión de Schaefer, lograda este jueves en un operativo conjunto de 30 policías chilenos y argentinos en una localidad conocida como Las Acacias, a unos 40 kilómetros de Buenos Aires.
Schaefer, prófugo desde que el 20 de mayo de 1997 eludió una vasta diligencia policial para arrestarlo, era el hombre más buscado de Chile, como fundador en 1961 de la Colonia Dignidad, un misterioso y controvertido enclave agroindustrial de emigrantes alemanes situado al este de la ciudad de Parral, 340 kilómetros al sur de Santiago.
Desde sus orígenes, Colonia Dignidad fue denunciada como centro de rituales nazis por emigrantes que se fugaron del lugar, y tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 el lugar sirvió de centro de detención, torturas y desapariciones de militantes de izquierda, según testimonios de víctimas ante organismos internacionales.
Con la detención de Paul Schaefer podemos llegar a establecer una verdad más contundente, con sus testimonios (acerca) de que la Colonia Dignidad y la DINA estaban vinculadas, señaló el abogado Gutiérrez a radio Cooperativa de Santiago.
La DINA (Dirección de Inteligencia Nacional), policía secreta de los primeros años de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) disuelta en 1978, contó con el apoyo de Schaefer y de la infraestructura de Colonia Dignidad, que incluía un aeródromo, para sus labores represivas.
El arresto de Schaefer fue posible gracias a una orden de captura internacional que emitió el juez Joaquín Billard, de la Corte de Apelaciones de Santiago, quien investiga la desaparición en 1974 desde Colonia Dignidad de Álvaro Vallejos, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria.
El ex soldado nazi fue visto en junio de 1997 en un hotel de Bariloche, sur de Argentina, donde eludió también a la policía y se mantuvo oculto hasta que las autoridades recibieron nuevos datos sobre su paradero de los periodistas del programa Contacto, del Canal 13 de Santiago.
Esta información, más los antecedentes aportados por los trabajadores del condominio Las Tortuguitas, donde se ocultaban Schaefer y sus cuatro guardaespaldas también alemanes, permitió materializar la captura de acuerdo a la orden del juez Billard.
Gutiérrez destacó que la acción del magistrado demuestra la efectividad de los jueces asignados con dedicación exclusiva a casos de violaciones de derechos humanos.
El juez Hernán González, a cargo de 26 casos de abusos contra menores en Colonia Dignidad, condenó en noviembre de 2004 a diferentes penas a 20 directivos del enclave y dictó un sobreseimiento (cierre) temporal del juicio a Schaefer en este proceso hasta establecer su paradero.
Ahora, el magistrado podrá hacer efectivos los cargos que representan la faz más sórdida no solo de la personalidad de Schaefer, sino de las prácticas que implantó en Colonia Dignidad con los hijos de los emigrantes alemanes como con niños de las familias campesinas llevados a la escuela agrícola de ese lugar.
Paul Schaefer Schneider, de 83 años, nacido el 4 de diciembre de 1921 en Sieburg, Alemania, ingresó a temprana edad a la juventud del partido nazi y sirvió durante la segunda guerra mundial en el ejército de su país, donde alcanzó el grado de cabo, y creó en 1959 la Misión Social Privada, una supuesta entidad de beneficencia.
Allí fue acusado en 1959 de abusos sexuales contra niños, ante lo cual huyó de Alemania con sus colaboradores, para aparecer en 1961 en Chile, donde el gobierno de la época, encabezado por el conservador Jorge Alessandri, lo autorizó a crear en Parral la Sociedad Benefactora Dignidad en un predio agrícola.
Heinz Kuhn, un joven colono, huyó de la colonia en 1968, pero sus denuncias sobre rituales nazis y retención de personas contra su voluntad fueron desatendidas por las autoridades chilenas, aunque quedaron registradas posteriormente ante la justicia alemana, que en 1996 formalizó también cargos contra Schaefer por abusar sexualmente de menores.
Kuhn, quien regresó a Chile para establecerse en la ciudad de Los Ángeles, 540 kilómetros al sur de Santiago, celebró este jueves la captura de Schaefer. Me siento como un soldado cuando se gana la guerra, declaró a la prensa.
Nuevas denuncias y fugas en los años 80 fueron igualmente ignoradas por la justicia y el gobierno de Pinochet, lo cual reforzó las sospechas de colaboración entre Colonia Dignidad y el régimen dictatorial.
Una vez restablecida la democracia, en marzo de 1990, la colonia y Schaefer siguieron contando con una virtual protección, tanto de los tribunales como de dirigentes políticos de derecha, que restaron crédito a las denuncias y destacaron la obra benéfica de Colonia Dignidad.
Entre los principales defensores de Colonia Dignidad se contó en esos años al actual presidente del Senado, Hernán Larraín, del partido Unión Demócrata Independiente, la mayor fuerza de la oposición derechista.
Solo en 1997, y luego de profundos cambios en la composición del Poder Judicial, los tribunales acogieron las denuncias contra Schaefer, quien sin embargo eludió los operativos policiales de captura gracias a una poderosa red de protección, según el senador socialista Jaime Naranjo.
Este jueves 10 de marzo terminó en Argentina la prolongada fuga de Schaefer. (