ARGENTINA: Rumsfeld pide permanencia militar en Haití

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, elogió este martes el compromiso de Argentina con la misión militar de la ONU en Haití, pero nada dijo sobre la demorada ayuda de las naciones ricas a ese devastado e inseguro país caribeño.

”El pueblo argentino debe estar muy orgulloso del papel vital que tienen sus militares en Haití”, sostuvo Rumsfeld en Buenos Aires, tras reunirse con su par de Defensa, José Pampuro. Argentina está prestando ”un servicio muy importante al hemisferio” y ”a la seguridad global”, añadió..

Bajo comando brasileño, fuerzas militares de Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay, forman parte de una misión de mantenimiento de la paz dispuesta por la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en Haití, el país más pobre del hemisferio, cuyo presidente constitucional fue derrocado el 29 de febrero de 2004.

Cada día se hace más difícil la tarea de los cascos azules, ante la renovada ola de violencia.

Pampuro sostuvo que la tarea que fuerzas sudamericanas llevan a cabo en Haití ”es un ejemplo de responsabilidad regional”, y además ”el único caso de un país latinoamericano que recibe la ayuda conjunta de otros países de la región”.

El ministro advirtió que la cooperación regional en la cuestión ”trae aparejadas ventajas pero también mayores responsabilidades” a los participantes.

En cuanto a Haití, Washington quiere que los países sudamericanos continúen dentro de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah), e inclusive incrementen su presencia ante las elecciones previstas para noviembre en ese país, explicó el analista político argentino Rosendo Fraga, del Centro Nueva Mayoría.

El pedido de Rumsfeld se efectúa en momentos en que empeoran las condiciones de seguridad. El domingo murieron dos soldados de la ONU en choques con ex militares del ejército que había sido disuelto por el derrocado presidente Jean-Bertrand Aristide.

Pero el secretario de la Defensa no se pronunció públicamente sobre las urgentes contribuciones financieras para la reconstrucción de la infraestructura haitiana, requeridas por el representante especial del secretario general de la ONU, el chileno Juan Gabriel Valdés.

Pampuro y Rumsfeld hablaron del asunto en privado. En su comparecencia ante la prensa no se permitieron preguntas de los periodistas locales y extranjeros presentes en el auditorio del edificio del Estado Mayor Conjunto.

La Minustah está conformada por algo más de 7.000 efectivos militares y policiales de 34 países y sucedió, en junio de 2004, a la Fuerza Multinacional Provisional, mayoritariamente integrada por tropas de Estados Unidos y Francia. Su mandato expira el 1 de junio de este año.

En junio de 2004, el Congreso legislativo argentino aprobó el envío de unos 600 efectivos, vehículos militares y un hospital móvil a Haití. El aval parlamentario estuvo precedido de un intenso debate en el que miembros de la oposición cuestionaron una misión que sucedería al controvertido derrocamiento de Aristide.

El mandatario haitiano, bajo crecientes críticas de la oposición, fue asediado por bandas armadas y miembros del desaparecido ejército que fueron tomando progresivo control del territorio en los últimos meses de 2003. El 29 de febrero del año pasado, cuando esos grupos rodearon la capital, Aristide fue trasladado en un avión estadounidense a República Centroafricana.

La versión oficial, admitida por la ONU, fue que el mandatario había dejado una carta de renuncia. Pero Aristide denunció haber sido obligado a abandonar su cargo y su país por marines (infantes de marina) estadounidenses.

La Comunidad del Caribe avaló la denuncia de Aristide y reclamó a la comunidad internacional una investigación independiente de lo ocurrido. En esas condiciones, quedaba en entredicho la legitimidad de las sucesivas misiones de la ONU.

El experto argentino en relaciones internacionales Juan Tokatlián consideró entonces que la misión de la ONU convalidaba un golpe de Estado. Si bien el Consejo de Seguridad del foro mundial había aprobado la intervención, se trataba de una resolución ”legal pero ilegítima”.

El sociólogo Emilio Taddei, del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, dijo a IPS que la misión latinoamericana en Haití ”es un hecho de extrema gravedad” en la región. ”Por primera vez, ejércitos latinoamericanos, a pedido de Estados Unidos y Francia, intervienen en otro país de la región”, opinó.

Para Taddei, miembro del consejo internacional del Foro Social Mundial, las ”misiones humanitarias son el nuevo maquillaje de las viejas invasiones coloniales que llegan para legitimar un golpe de Estado”. Ahora el asunto es más grave, pues la situación haitiana ”se empantanó”, dijo.

Nueve meses después de despachados los efectivos argentinos, la inestabilidad persiste y la reconstrucción haitiana, que dependía de fondos prometidos por instituciones financieras multilaterales y países desarrollados, se demora.

En enero, cuando Argentina presidió el Consejo de Seguridad, el mandato de la misión fue reafirmado, pero sus responsables reclamaron medidas ”urgentes” para establecer la seguridad interna, y renovaron el pedido de desembolso ”sin demora” de los fondos prometidos.

En julio del año pasado, representantes de la ONU, el Banco Mundial, Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea participaron de una conferencia de donantes para Haití en Washington en la que se aprobó un presupuesto de ayuda de 1.370 millones de dólares.

Ahora Valdés asegura que sólo se ha desembolsado una quinta parte de lo prometido, unos 250 millones. Los donantes volvieron a reunirse el fin de semana en Guayana Francesa y reiteraron el compromiso de asistir casi 400 proyectos por unos 700 millones de euros (920 millones de dólares).

”Estaría muy decepcionado si nos vamos de Haití sin poner ese dinero sobre la mesa”, dijo Valdés a los donantes.

La visita de Rumsfeld a América del Sur, que continuará este miércoles en Brasil, tiene como objetivo el impulso a la agenda de seguridad hemisférica de Washington, que se concentra en dos prioridades: terrorismo y narcotráfico, según destacó una semana atrás el jefe del Comando Militar Sur de Estados Unidos, general Bantz Craddock.

El analista Fraga también ubicó el viaje del jefe del Pentágono en los intentos de Washington por contener lo que considera influencia perniciosa del presidente venezolano Hugo Chávez en la región, y por evitar la desestabilización de Bolivia, donde el presidente Carlos Mesa amenazó con renunciar.

Pampuro y Rumsfeld intercambiaron opiniones sobre el retorno de ejercicios militares conjuntos en Argentina, que deben ser aprobados por el Congreso. Washington exige a los países con los que realiza este tipo de maniobras la inmunidad de sus uniformados ante la jurisdicción de la Corte Penal Internacional, que se ocupa de crímenes de lesa humanidad.

Hasta el momento, el parlamento argentino ha negado tal posibilidad.

Los dos ministros analizaron proyectos de cooperación científica y tecnológica para el control del espacio aéreo contra el narcotráfico y el terrorismo.

Rumsfeld agradeció la hospitalidad de Argentina, que albergará en noviembre la Cumbre de las Américas. Equipos de los dos gobiernos comenzaron a trazar el plan de seguridad que rodeará al presidente George W. Bush cuando participe de la cita hemisférica.

Grupos izquierdistas argentinos recibieron con protestas al secretario, custodiado por un equipo de más de 60 guardaespaldas. Las manifestaciones incluyeron bloqueos de carreteras, actos de repudio y la detonación de un explosivo con panfletos en una sucursal del banco estadounidense Citibank.

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