ELECCIONES-PORTUGAL: Sin novedad en el frente

En Portugal será necesario que todo cambie para que todo siga igual. Esta podrá ser la premisa dominante de la nueva composición de fuerzas que emane de las elecciones legislativas anticipadas de este domingo.

Todos los análisis publicados por la prensa local coinciden en que no es posible identificar diferencias sustánciales entre el proyecto del Partido Socialista (PS), posible vencedor de los comicios según las encuestas, y el gobernante Partido Socialdemócrata (PSD), de orientación conservadora pese a su nombre.

El primer ministro Pedro Santana Lopes y el secretario general del PS, José Sócrates, líderes de los partidos que aspiran a ocupar el sillón del Poder Ejecutivo, accedieron a las máximas dirigencias proselitistas por inesperadas vicisitudes de la política y por un perseverante trabajo de imagen mediática.

En realidad, el ingeniero civil Sócrates Carvalho Pinto de Sousa, nacido en 1957 en la pacata aldea septentrional de Vilar de Maçada, no formaba parte hasta hace poco del grupo de dirigentes máximos del PS y difícilmente podía imaginar que algún día se convertiría en primer ministro de Portugal, como pasará después del domingo según parece.

Fue el ex jefe del Poder Ejecutivo Antonio Guterres (1995-2002) quién lo ascendió a ministro y a miembro de la comisión nacional del PS, mientras el periodista Emidio Rangel, en esa época director del principal canal privado de televisión, se encargó de convertir a los ahora dos principales aspirantes a primer ministro en estrellas de la pantalla pequeña.

En los programas de televisión que protagonizaba con Santana Lopes fue donde Sócrates consiguió la enorme popularidad que ahora tiene dentro y fuera del PS.

El tratamiento de la imagen incluía también hacer algo con el nombre. En los países de lengua portuguesa, la ley obliga a utilizar todos los apellidos, pero en la práctica diaria, se usa sólo el último, que corresponde al del padre, el que en el caso del líder del PS es demasiado común.

Pero su segundo nombre propio, el poco frecuente Sócrates, le daba una mayor visibilidad social. De esta forma, José de Sousa eliminó de un plumazo los apellidos de sus padres y en política pasó simplemente a usar sus dos nombres de pila.

En septiembre, tras dos meses de campaña electoral interna donde salieron a flote todos los fantasmas del pasado, en especial acusaciones mutuas de ”izquierdismo” y ”neoliberalismo”, los militantes del PS eligieron a Sócrates como alternativa válida de llegar al poder robando votos a la derecha.

Sin embargo, en las elecciones internas para enfrentar a la izquierda del PS, Sócrates fue la tercera opción dentro del sector más conservador del PS al que pertenece. No aceptaron el desafío Antonio Vitorino, ex comisario de la Unión Europea (UE), y los ex ministros Antonio Costa y Jorge Coelho, dirigentes con mayor peso en el aparato partidario.

En su discurso de victoria, tras verificar que había sido favorecido por 79,6 por ciento de las preferencias, Sócrates destacó que ”los militantes expresaron sin ambigüedad, el camino que desean seguir”, que es el de ”la izquierda moderna”, la que dice representar.

Se confiesa admirador de otro líder de la misma familia política que está en los antípodas de un líder clásico de la izquierda: ”Tony Blair es el político que más admiro, por su gran contribución al desarrollo de la izquierda europea”, apuntó recientemente.

Esta declaración causó la ira del ex presidente Mario Soares (1986-1996), fundador del PS portugués, quién puso en duda que Sócrates fuese de izquierda, sino más bien ”un producto mediático” con una notoria ”falta de firmeza en sus ideas”.

La respuesta de Sócrates no se hizo esperar, sorprendiendo a la opinión pública, ya que nunca antes un líder del PS había osado criticar a Soares. ”Los guardianes del templo de la ortodoxia hacen el papel ridículo de conservadores de un museo que ya nadie visita”, replicó.

Pero al mismo tiempo, para tranquilizar a un vasto sector de militantes, incluso parte de los que habían votado por él, se vio obligado a incluir en su programa estratégico un punto de honor, donde se compromete a no formar alianzas con la derecha en el gobierno.

A pesar de ser etiquetado de exponente de la ”derecha” del PS, muchas de sus causas han sido de izquierda, como defender la despenalización del consumo de drogas, los derechos del consumidor y de la práctica del nudismo, y en el parlamento fue el precursor del debate sobre la lucha para prevenir el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida).

En tanto, Santana Lopes, ya saca las cuentas de una clamorosa derrota en los comicios del domingo, pese al apoyo del ex líder del PSD, José Manuel Durão Barroso, quien, contrariando las reglas establecidas por la Comisión de la Unión Europea que preside, optó por apoyar públicamente a su delfín a quién entregó el mando antes de trasladarse en julio a Bruselas.

Pero la aparición de Durão Barroso en la campaña no alcanzó para bajar del primer lugar de la intención de votos al PS, que en las últimas encuestas divulgadas este viernes le dieran entre 45 y 46 por ciento de adhesión, lo que proyecta obtener entre 118 y 124 diputados, la mayoría absoluta de los 230 lugares del hemiciclo unicameral de São Bento.

El PSD de Santa Lopes lograría sólo entre 30 y 31 por ciento, mientras los otros tres partidos, el Comunista, el Bloque de Izquierda y el Centro Democrático Social (nacionalista de derecha aliado del PSD en el gobierno), obtendrían entre 5,7 y 7,1 por ciento.

La analista Clara Ferreira Alves apunta, en una columna publicada este viernes en el Diario Digital de Internet, que el apoyo de Durão Barroso demuestra bien la incomodidad que el presidente de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la Unión Europea, debe sentir ”al ver el lío en que metió al país y a los portugueses” cuando consignó el poder a Santana Lopes.

La intervención de un presidente de la Comisión de la UE en política doméstica ”no es muy deseable”, porque se supone imparcial, sostuvo Ferreira Alves.

Pero que Durão Barroso era de derecha, ”como reclaman los socialistas europeos en comunicado reprobador del gesto, ya lo sabíamos y lo sabían los europeos y no vale la pena caer en falacias: por ser de centro-derecha y pro americano (estadounidense) es que fue elegido”, añadió la analista.

Cuando Durão Barroso decidió entregar el poder a Santana Lopes, el pasado verano boreal, en realidad abría las puertas al regreso del PS al gobierno, ya la administración del PSD fue tan errática y contradictoria, rayando en lo cómico, que se convirtió en la chacota del periodismo humorístico.

Poco a poco, el PS fue subiendo en las encuestas hasta llegar a la situación actual de victoria anunciada. Sin embargo, nadie en Portugal se aventura a vaticinar grandes cambios en el país.

Consultado por IPS, el vicerrector de la Universidad de Lisboa, el sociólogo Manuel Vilaverde Cabral, deploró que ”la base de reclutamiento de la clase política sea tan pobre como las alternativas políticas reales, cada vez más limitadas por la globalización financiera y económica y por la integración europea”.

El académico no ve grandes diferencias entre Sócrates y Santana Lopes, porque debido a su profesionalización, la política ”se convirtió básicamente en un modo de vida, tendencia que es universal, pero que en Portugal se ve agravada debido a su pequeña dimensión, a la escasez de recursos y al hermetismo de las oligarquías partidarias”.

”Sócrates no es (José Luis Rodríguez) Zapatero ni tiene el coraje para imitar a este líder del PSOE (Partido Obrero Socialista Español), sino un profesional sin vocación ni visión, que fue escogido por poco más de 20.000 miembros de un aparato partidario que no espera de él otra cosa que ganar las elecciones”, sostuvo.

En cuanto a Santana Lopes, para Vilaverde Cabral ”no llega siquiera a ser un político, pues se sirve de esta profesión sólo como trampolín para otras actividades, tales como el fútbol (fue presidente de CF Sporting-Lisboa), la vida nocturna y la comunicación social”.

El primer ministro y líder del PSD logró acceder al poder porque ”es el ejemplo acabado de la confusión entre notoriedad mediática y efectiva popularidad política”, pese sus ôclamorosas limitaciones personales”, concluyó el vicerrector de Universidad de Lisboa.

Una opinión similar recogió IPS del director de cine y columnista habitual de varios periódicos lusos, José Fonseca e Costa, al aseverar que ôSócrates y Santana Lopes, son las dos caras de la misma moneda que el próximo 20 de febrero vamos a lanzar al aire. Ambos son auténticos, pero la moneda es falsa y lo que Portugal necesita no es mudar de cara, sino cambiar la moneda”. (

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