Las incursiones de narcotraficantes en aguas y espacio aéreo de Cuba parecen haber disminuido ante un más rígido sistema de vigilancia en esta nación caribeña vulnerable al tráfico hacia los principales mercados de drogas ilícitas desde centros productores.
Para Cuba la droga es un problema de seguridad nacional, se trata de un fenómeno que corrompe a la sociedad, y de la misma forma en que estamos defendiendo nuestro territorio, también estamos defendiendo el pedazo que nos corresponde en el enfrentamiento a este delito internacional, dijo a periodistas un militar cubano.
El teniente coronel Miguel Guilarte, jefe antidrogas de la Dirección Nacional de Tropas Guardafronteras, y otros oficiales de esa institución armada conversaron con corresponsales extranjeros de prensa en Holguín luego de la incineración de 610 kilogramos de marihuana, capturada frente a las costas de esa provincia oriental.
La droga, dividida en paquetes cilíndricos y cúbicos cuidadosamente envueltos en material plástico, fue rescatada de las aguas en noviembre de 2004, tras la detención de los tres tripulantes de origen jamaiquino de la lancha rápida Nuff Respect, que al verse perseguidos intentaron deshacerse del cargamento.
La operación, de la que participaron más de 2.000 efectivos guardafronteras, fue posible gracias a informes de los servicios de guardacostas de Estados Unidos y de Jamaica. Los tres detenidos, Robert Wallace, Malsom Cambell y Rudolf Allen Black, enfrentan cargos por tráfico internacional de drogas.
Nuestra misión es evitar que la droga llegue a la costa (de Cuba) y si llega, ocuparla. Casi 100 por ciento de la droga es incautada, aseguró el coronel Juan Antonio Galindo, jefe de destacamento de Guardafronteras Oriente – Norte, que abarca Holguín y su vecina Las Tunas.
En un gesto inédito, las autoridades mostraron esta semana a periodistas el procedimiento de incineración de la marihuana, que comienza por la comprobación de que el cargamento que se va a quemar es el mismo cuyos datos constan en el acta levantada al momento de ser almacenada.
Una vez realizadas las comprobaciones, los paquetes fueron trasladados hasta el horno de una fábrica de acero de Las Tunas. Las llamas devoraron en pocos minutos la carga y las cenizas quedaron luego sepultadas por chatarra fundida. Toda la droga que se incauta es incinerada, dijo Guilarte a IPS.
Galindo y Guilarte insistieron en el carácter defensivo de las operaciones contra el narcotráfico. En el marco de la operación Aché III, el año pasado se confiscaron 3.080 kilogramos de drogas, 2.758 kilogramos de marihuana y 307 de cocaína.
A partir de que se ven perseguidos y hostigados tanto por los medios nuestros como por el servicio de Guardacostas estadounidense, fundamentalmente, los narcotraficantes arrojan al mar sus cargamentos, que luego son movidos por las corrientes marinas hacia las costas de Cuba, explicaron.
La demostración siguió a la realización en La Habana del tercer Curso Regional Contra la Droga, auspiciado por Gran Bretaña con la cooperación de Francia, al que asistieron unos 30 policías antinarcóticos del país anfitrión, Curazao, Haití, República Dominicana, Belice y Jamaica.
El encuentro fue similar a otros celebrados en 2001 y 2002 como parte del Plan de Acción de Barbados para la Cooperación en el Caribe sobre Drogas, vigente desde 1996, y tuvo como principal objetivo profundizar la formación de las fuerzas que combaten el narcotráfico.
En 2004 se detectaron en Cuba 50 cargamentos arrastrados por las aguas, muchos menos que los 330 de 2003, y la cantidad más baja de drogas así incautados en los últimos 15 años. La policía antinarcóticos frustró nueve operaciones de contrabando en aeropuertos internacionales.
Las terminales aéreas y portuarias son reforzadas con nuevos dispositivos técnicos, como un equipo de rayos X chino de alta tecnología, instalado desde enero en el puerto habanero para inspeccionar los contenedores de mercancías.
En el aeropuerto internacional de la capital funcionará en breve un equipo escáner de alta sensibilidad que permite localizar drogas y explosivos, y las autoridades afirman que proveerán a las principales terminales del país de fluoroscopios para detectar dentro del cuerpo humano envases con droga.
Por el entorno geográfico de Cuba pasan algunas de las principales rutas de la droga desde América del Sur, Central y el Caribe. Son frecuentes las incursiones ilegales de aeronaves y embarcaciones con esas cargas, especialmente en la porción más oriental del archipiélago.
La apertura al turismo y la inversión extranjera y el incremento y diversificación de las relaciones comerciales hicieron al país más vulnerable a los peligros del tráfico de estupefacientes, según las autoridades. A inicios de 2003, el gobierno admitió la existencia de un incipiente mercado interno.
Informes de la Oficina de las Naciones Unidas para la Fiscalización de Drogas y la Prevención del Delito estiman que 40 por ciento de la cocaína que ingresa a Estados Unidos procede del Caribe, 10 por ciento más que en la década de los años 90.
Esa fuente calcula que más de 60 por ciento de la cocaína producida en América de Sur destinada a mercados extranjeros, transita por jurisdicciones caribeñas y las aguas internacionales de la Cuenca del Caribe.
Cuba concede especial importancia a la colaboración con organismos internacionales y con países que sufren el impacto del narcotráfico. Más de la mitad de los 33 convenios de cooperación suscritos con ese objetivo están en la órbita de América Latina y el Caribe.
(*) Esta versión corrige el tercer párrafo de la nota transmitida a las 03.13 GMT.