Académicos y activistas de Rusia y otros países exhortaron al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, a presionar a su homólogo ruso Vladimir Putin para que corrija su rumbo autoritario, en vísperas de una cumbre entre ambos mandatarios.
Los dos presidentes se reunirán este jueves en Bratislava, la capital de Eslovaquia, en el marco de una gira de Bush por países de la Unión Europea.
Su próxima cumbre con el presidente Vladimir Putin es una oportunidad importante de fortalecer su compromiso declarado con la defensa de las libertades y los derechos humanos en todo el mundo, dice la carta, escrita por unas 60 personalidades de Rusia, Estados Unidos y Gran Bretaña.
Como parte de esa política, le exhortamos a usted y a Estados Unidos a desafiar públicamente el curso autoritario de la gestión del presidente Putin. Le exhortamos a hacer de los derechos humanos, las prácticas democráticas y el estado de derecho elementos esenciales del diálogo con Moscú y una precondición para la profundización de los vínculos bilaterales, agrega la misiva.
Pero los firmantes parecen olvidar que Bush pasó por encima de libertades, prácticas democráticas y normas internacionales en la guerra contra el terrorismo que lanzó a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.
También olvidan que Putin se convirtió en un importante aliado de Bush tras esos atentados, en los que el mandatario ruso vio su gran oportunidad de acabar con el movimiento separatista de la república autónoma de Chechenia, de mayoría islámica.
Entre otras medidas, Putin compartió información secreta con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos, y facilitó la instalación del ejército estadounidense en antiguas bases militares soviéticas en Asia Central.
Con la esperanza de ganarse el apoyo occidental a su guerra en Chechenia, Putin también ayudó a Estados Unidos a preparar la guerra de Afganistán, en 2001, y aceptó la anulación del tratado antimisiles de 1972.
Ese apoyo dio un fuerte impulso a las relaciones entre Bush y Putin, aunque los vínculos luego se deterioraron por la oposición de Moscú a la invasión de Iraq, la campaña de Putin contra la empresa petrolera Yukos y la intervención rusa en las últimas elecciones presidenciales de Ucrania.
Muchos rusos consideran que la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia Europa oriental es una amenaza a los intereses de seguridad de Moscú.
La carta de los académicos y activistas pide al mandatario estadounidense que tome nota de la necesidad en Rusia de restaurar el pluralismo político, poner fin a la persecución gubernamental a las organizaciones no gubernamentales, crear medios de prensa independientes, abiertos a la opinión de la oposición, promover los derechos humanos básicos y redefinir la política hacia la república autónoma de Chechenia.
El pedido de la carta de los académicos está de acuerdo con los reclamos de activistas de los derechos humanos, tanto rusos como extranjeros.
La organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional denunció que, en su guerra contra los separatistas chechenos, las fuerzas rusas han llevado a cabo ataques contra los civiles y cometido 'desapariciones', ejecuciones extrajudiciales, violaciones y otros actos de tortura, todo ello sin temor a castigo alguno.
Además, en la Federación Rusa la tortura y los malos tratos son prácticamente rutinarios en las comisarías de policía, y las condiciones que prevalecen en los centros de detención preventiva del país, incluso de menores de edad, son tan espantosas que no pueden considerarse sino trato cruel, inhumano o degradante, afirmó Amnistía, con sede en Londres.
Las autoridades tampoco actúan de forma apropiada para combatir la violencia racista y la actuación discriminatoria de la policía, acusó la organización.
La actitud de Rusia hacia la democracia y el imperio de la ley crean gran preocupación dentro y fuera de Rusia, dijo a IPS Lilia Shevtsova, del Centro Carnegie de Moscú.
La comunidad internacional ha cuestionado los ideales democráticos de Rusia, cuyas autoridades deben demostrar su compromiso con la democracia aceptando las críticas, exhortó Shevtsova.
Pero a juzgar por declaraciones de funcionarios de Moscú, Putin no cambiará de postura.
Alexander Yakovenko, portavoz de la cancillería, dijo a IPS que las relaciones con Estados Unidos son buenas, pero a veces se vuelven tensas por las presiones sobre Washington para que adopte una línea dura contra Moscú.
Existe en general un dinamismo positivo que ha caracterizado las relaciones bilaterales. No es secreto que hay fuerzas que exigen que el gobierno (estadounidense) cambie su política hacia Rusia, agregó.
La cancillería rusa declaró la semana pasada en un comunicado de prensa que Europa debe dejar de vigilar a Rusia, y señaló que este país ha cumplido todos los requisitos de reforma judicial y legislativa.
La realidad del mundo moderno, global y diverso, descarta cualquier monopolio en cuestiones de democracia o relaciones internacionales, observó el canciller Sergey Lavrov en un comentario publicado en el diario oficialista Rossiiskaya Gazeta.
Lavrov manifestó que Rusia está cansada de recibir lecciones de democracia de Occidente.
Estamos dispuestos a discutir cualquier asunto con Estados Unidos, no sólo a darle respuestas, sino también a hacer preguntas, pero la democracia no es una papa que se pueda transplantar de una chacra a otra, advirtió el canciller.
La secretaria de Estado (canciller) estadounidense Condoleezza Rice, dijo en su primer viaje a Europa en ese carácter este mes que Rusia debe mostrar más compromiso con el estado de derecho, una justicia independiente y la libertad de prensa. (