Kapil Shrestha, miembro de la Comisión de Derechos Humanos de Nepal, estaba a punto de abordar un avión que se dirigía a una localidad cercana a la frontera con India, pero las fuerzas de seguridad se lo impidieron
La intención de Shrestha no era escapar de Nepal, donde rige el estado de excepción tras el golpe de Estado de la semana pasada, sino inaugurar una nueva oficina de la Comisión, un órgano independiente creado por el parlamento, en la occidental localidad de Biratangar.
Esto ocurrió el lunes, pero Shrestha decidió informarlo a la prensa sólo el miércoles, ya que temía ser víctima de represalias.
Este incidente demuestra cómo los defensores de los derechos humanos en este pequeño país del Himalaya tienen grandes limitaciones para luchar contra los abusos cometidos por las fuerzas del rey Gyanendra, quien condujo el golpe de Estado el martes 1.
El monarca destituyó al gobierno por su supuesta falta de firmeza en la lucha contra la insurgencia, declaró el estado de emergencia y asumió plenos poderes por tres años.
El clima de miedo que reina desde entonces ha impedido el trabajo de varias organizaciones de derechos humanos.
Todas las fuerzas democráticas y los líderes políticos deben unirse para proteger la democracia del país, dijo el rey en un discurso transmitido por la televisión estatal el día del golpe.
Niños inocentes fueron encontrados masacrados, y el gobierno no ha logrado avances positivos. La corona tiene la responsabilidad de defender la soberanía, la democracia y el derecho del pueblo de vivir en paz, añadió.
Grupos maoístas luchan para derrocar el gobierno de Nepal desde 1996. Más de 10.500 personas han muerto desde entonces.
Poco después del discurso del rey, todas las líneas de teléfonos fueron cortadas, dejando al país virtualmente aislado del resto del mundo.
El ejército además confiscó teléfonos satelitales en varias embajadas y oficinas de la Organización de las Naciones Unidas en Katmandú.
El miércoles, policías vestidos de civil detuvieron al presidente de la Sociedad para la Paz y los Derechos Humanos de Nepal, Krishna Pahadi, un día antes de una protesta callejera contra Gyanendra convocada por esa organización.
Cientos de estudiantes fueron detenidos y 54 líderes políticos puestos bajo arresto domiciliario —incluido el depuesto primer ministro, Sher Bahadur Deuba— desde el golpe de Estado, según informó la Sociedad.
También hay varios periodistas y abogados detenidos.
En los últimos días, unos 1.000 activistas políticos, estudiantes y sindicalistas fueron detenidos en redadas del ejército en todo el país, dijo a IPS el presidente del Partido del Congreso Nepalés, Arjun Narsingh.
Muchos lograron cruzar la frontera con India y otros permanecen en la clandestinidad.
Antes del golpe, la Comisión recibía un promedio de siete denuncias diarias de desapariciones, amenazas, torturas o detenciones arbitrarias. Desde el golpe de Estado sólo ha recibido dos, una sobre un secuestro al parecer perpetrado por maoístas y otra sobre la desaparición de un soldado.
El lunes, el Ejército Real de Nepal anunció que se preparaba para acabar con los maoístas, con quienes descartó cualquier tipo de negociación.
El portavoz del ejército, Dipak Gurung, señaló que todos los detenidos podrían permanecer en esa condición hasta al menos tres meses.
Mientras, el independiente Grupo Internacional de Crisis, con sede en Bruselas, advirtió que el golpe de Gyanendra provocará a los maoístas y agravará la guerra civil.
El rey Gyanendra justificó su golpe señalando la necesidad de derrotar a los maoístas, pero eso tendrá el efecto opuesto. Una monarquía absoluta que socave la democracia sólo ayudará a los maoístas a acercarse al poder, advirtió el presidente del Grupo, Gareth Evans.
Gyanendra se jugó entero pensando que el mundo no lo criticaría tan duro ni quitaría apoyo a Nepal mientras los insurgentes siguieran siendo una amenaza seria. Pero, de acuerdo con lo ocurrido en las últimas semanas, parece que la apuesta le salió mal, añadió.
Estados Unidos reiteró esta semana su preocupación por la supresión de las libertades civiles en Nepal y la imposición del estado de emergencia.
Estamos en verdad preocupados por el retroceso de la democracia en Nepal. Vamos a seguir haciéndole saber nuestra postura al gobierno de ese país, señaló el lunes el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan.
Instamos a todos a seguir avanzando en las reformas democráticas, y eso incluye al gobierno de Nepal, añadió. (