El reconocimiento público de Corea del Norte sobre su programa de armas nucleares para afrontar un eventual ataque de Estados Unidos puso a China en situación incómoda.
La actitud de Beijing, como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con poder de veto, es clave para resolver la tensión creada por Corea del Norte, su viejo aliado.
El gobierno chino ha bloqueado todos los intentos para censurar a Pyongyang desde que éste expulsó en 2003 a un grupo de inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).
En cambio, impulsó una serie de conversaciones con ese país, más Corea del Sur, Estados Unidos, Japón y Rusia, para encontrar una salida a la crisis.
La disposición de Beijing a actuar como mediador internacional fue vista por muchos como un cambio importante en su diplomacia, por lo general de bajo perfil.
Sin embargo, tres rondas de diálogo no han producido resultados tangibles hasta ahora.
Corea del Norte anunció la semana pasada que suspendía en forma indefinida su participación en las conversaciones debido a la actitud hostil de Estados Unidos. Pyongyang además señaló que fortalecerá su arsenal nuclear para proteger la ideología, el sistema, la libertad y la democracia escogida por su pueblo.
La situación en la península coreana se agravará aun más si Estados Unidos decide llevar el caso al Consejo de Seguridad de la ONU, alertó el analista Shen Jiru, de la Academia China de Ciencias Sociales.
Corea del Norte ha dicho que consideraría eso como una declaración de guerra, añadió.
Beijing siempre ha criticado el unilateralismo de Washington y respaldado la primacía del Consejo de Seguridad de la ONU para resolver crisis internacionales.
China sostiene que se debe respetar el principio de no interferencia en los asuntos internos de estados soberanos y que el uso de la fuerza para resolver crisis va contra la ley internacional.
Pyongyang fue motivo de tensión internacional también en los años 90, cuando amenazó con retirarse del Tratado de No Proliferación Nuclear.
En 1994, el entonces presidente estadounidense Bill Clinton (1993-2001) persuadió al líder norcoreano Kim Jong Il para que firmara un acuerdo en el que se comprometía a congelar su programa nuclear a cambio de asistencia energética.
Pero el gobierno norcoreano abandonó el tratado en 2003 y expulsó a los inspectores de la AIEA luego de que los servicios de inteligencia de Estados Unidos lo acusaran de haber llevado adelante en secreto un programa de enriquecimiento de uranio.
La semana pasada, Beijing intentó minimizar el impacto del último anuncio norcoreano.
El periódico The Beijing News sostuvo que el anuncio simplemente fue una táctica para atraer atención y ayuda internacional. Lo calificó de sorprendente, pero en línea con el habitual comportamiento provocativo e imprudente de Pyongyang.
Ningún país del mundo va a pensar que Corea del Norte está hablando en serio, ya que siempre emplea este tipo de tácticas, añadió el diario.
El canciller chino Li Zhaoxing prometió a su par de Estados Unidos, Condoleezza Rice, que usará todos los canales de comunicación para persuadir a Corea del Norte a que regrese a las conversaciones multilaterales.
China siempre ha creído que la península coreana debe estar libre de armas nucleares para garantizar la paz y la estabilidad en la región, dijo Li a Rice en un diálogo por teléfono el fin de semana.
El gobierno chino es presionado para que resuelva la crisis sobre todo luego de que los servicios de inteligencia estadounidenses acusaran a Beijing de haber ayudado en el pasado a Pyongyang a adquirir tecnología militar.
Funcionarios de Washington aseguran que varias empresas estatales chinas aún venden a Corea del Norte componentes para la fabricación de misiles, así como a otros países acusados de llevar adelante programas de proliferación nuclear.
En una conferencia realizada el 8 de este mes en Tokio, el subsecretario de Estado estadounidense, John Bolton, afirmó que China es el principal vendedor de tecnología militar de Irán, Libia, Corea del Norte y Pakistán.
En varias ocasiones hemos expresado nuestra preocupación sobre esas entidades del gobierno chino. Lamentablemente, seguimos viendo transferencias de componentes para misiles a esos estados hostiles , dijo Bolton.
Por su parte, Rice, en una audiencia el mes pasado ante el Senado estadounidense, llamó a Corea del Norte puesto de avanzada de la tiranía
Beijing aún cuestiona la veracidad de las amenazas de Pyongyang, aunque la mayoría de los observadores creen que el régimen de Kim Jong Il tiene suficiente material nuclear como para fabricar armas.
De hecho, el Grupo Internacional de Crisis, con sede en Bruselas, asegura que el gobierno norcoreano ya cuenta con al menos 10 armas nucleares.
Si esto es verdad, Japón y Corea del Sur pueden decidir mantener su propio arsenal. Esto significaría el colapso del Tratado de No Proliferación Nuclear, sostuvo Shen.
Seúl admitió el año pasado que había producido en secreto pequeñas cantidades de plutonio y uranio enriquecido, además de realizar experimentos nucleares. (