Brasil y Venezuela sellaron una alianza estratégica, con 26 compromisos de cooperación y negocios en petróleo, petroquímica, agricultura, minería, transporte, tecnología y aviación militar.
Los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, y Hugo Chávez, de Venezuela, reunidos este lunes en Caracas, inscribieron la alianza en sus planes de combatir la pobreza, buscar la integración sudamericana y promover una nueva geografía política, económica y comercial mundial.
Lula estuvo apenas un día en Caracas, pues siguió viaje a la vecina Guyana, para pactar acuerdos de infraestructura y comercio, y a Suriname, donde participará en la cumbre de mandatarios de la anglófona Comunidad del Caribe.
Esta no es una reunión más, compañero Chávez, estamos concretando una alianza estratégica profunda y sólida, dijo Lula delante de su anfitrión y un grupo de empresarios de ambos países. La solución a nuestros problemas no está en el Norte ni más allá del océano, sino entre nosotros mismos, agregó.
Chávez, satisfecho, elogió el esfuerzo que Lula está haciendo hacia adentro del Brasil para un nuevo mundo posible, necesario, como hace unas semanas cantábamos y decíamos en el Foro Social Mundial de Porto Alegre, y puso a la orden de Brasil el potencial energético de Venezuela, con las mayores reservas petroleras del mundo.
Una comisión binacional, mecanismo estrenado por los predecesores de Lula y Chávez, Fernando Henrique Cardoso (1995-2003) y Rafael Caldera (1994-1999), hará seguimiento a los compromisos en 13 áreas, la primera de las cuales cubre energía, petróleo y gas.
Los firmantes se comprometieron a cooperar en negocios de etanol, biodiesel, en la construcción de plataformas y navíos petroleros, y abren campo para que la estatal Petróleo Brasileiro (Petrobras) participe en proyectos de gas natural en el Caribe y el Atlántico venezolanos, y de crudo pesado en la sudoriental faja del Orinoco.
Petróleos de Venezuela (Pdvsa) podría incursionar en el mercado brasileño de lubricantes, y las corporaciones petroleras estatales estudiarán la instalación de una refinería conjunta, un proyecto acariciado desde mediados de la década de los 90.
El presidente de Petrobras, José Eduardo Dutra, dijo que la destilería tendría una capacidad para refinar entre 150.000 y 200.000 barriles de crudo por día, requerirá inversiones de unos 2.000 millones de dólares y, aunque su emplazamiento será objeto de estudio, posiblemente sería en el nordeste brasileño.
Trabajar en conjunto con una de las mayores empresas petroleras del mundo permite consolidar nuestra actividad en América del Sur, destacó el director internacional de Petrobras, Néstor Cerveró.
A la actividad sobre productos se agrega un acuerdo de cooperación en el transporte de combustible, de negocios petroquímicos entre la venezolana Pequiven y las brasileñas Petrobras y Braskem, y otros acuerdos menores.
La lista de compromisos siguió con entendimientos en las áreas de carbón, hierro, bauxita, tributación y aduanas, y de cooperación financiera, incluidos los acuerdos de compensación de pagos recíprocos que prevé la Asociación Latinoamericana de Integración, alternativa al uso del dólar en transacciones.
También hubo compromisos de cooperación en agricultura, industria y comercio, turismo, acuicultura y pesca, cooperación técnica, ciencia y técnica, tecnología militar y espacial y comunicación e información.
El brasileño Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social dará cobertura a nuevas inversiones de ese país, por 235 millones de dólares, para la construcción en Venezuela de una presa hidroeléctrica, de una línea del transporte subterráneo de Caracas y para equipamientos agrícolas.
Hubo una mención genérica a la cooperación en materia de difusión radiovisual, pero sin explicitar la participación brasileña en la Televisión del Sur, Telesur, que lanzará Venezuela en marzo con apoyo de la televisora estatal argentina.
El comercio bilateral se ha duplicado, de 800 millones de dólares en 2003 a 1.600 millones en 2004, recordó Lula, quien espera llevarlo en 2005 a 3.000 millones de dólares. La balanza es favorable a Brasilia en más de 330 millones de dólares.
En el campo militar destacó el anuncio de Chávez de que Venezuela, que en el pasado se proveía de aviones brasileños Tucano, para entrenamiento y apoyo a comandos de infantería, comprará una flotilla de aparatos SuperTucano.
Venezuela destinaría entre 120 y 180 millones de dólares para los SuperTucano, aviones que Brasil utiliza para sus labores de vigilancia de la Amazonia, y que la firma fabricante, Embrear, presenta como excepcionalmente adecuados para operar en ambientes hostiles y con hasta 1.500 kilos de armamento de distinto tipo.
Venezuela, finalmente, reiteró su respaldo para que Brasil ocupe un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas. (