Venezuela investiga si agentes colombianos secuestraron en esta capital al dirigente de las insurgentes FARC que fuera presentado como capturado en el vecino país, lo cual sería de suma gravedad por ser violatorio de la soberanía, reiteró este jueves el ministro del Interior y Justicia, Jesse Chacón.
El guerrillero apresado es Rodrigo Granda, también conocido como Ricardo González, y segundo de Raúl Reyes en la Comisión Internacional o cancillería de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).
La policía de Colombia reivindica que lo aprehendió el 14 de diciembre mientras el insurgente caminaba por una calle de Cúcuta, ciudad del nordeste colombiano en la frontera con Venezuela y distante unos 900 kilómetros por carretera de Caracas.
Estamos a la espera del resultado de las investigaciones que realizan los cuerpos de inteligencia del Estado, y, de producirse resultados concretos, la cancillería fijará posición, señaló el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Alí Rodríguez.
El secuestro es un delito éticamente condenado y castigado por la normativa legal de todos los países, aclaró Rodríguez.
Empero, en Bogotá, el ministro colombiano de Defensa, Jorge Uribe, reiteró este jueves que la captura del guerrillero Rodrigo Granda fue realizada en la ciudad fronteriza de Cúcuta por la policía colombiana de forma exclusiva, sin ningún tipo de cooperación por las autoridades venezolanas.
Uribe agregó que la policía colombiana no es policía secuestradora y realizó la captura de un criminal buscado, sindicado de narcoterrorismo desde hace muchos años y conocido como uno de los hombres importantes del grupo terrorista FARC.
El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, también comentó este jueves que estos individuos de las FARC, el 1 de enero asesinaron a 17 campesinos, secuestran permanentemente, ejecutan actos terroristas a diario, violan los derechos humanos y negocian con droga, y cuando los capturan salen a decir que los secuestraron y que les violan los derechos humanos.
La referencia de Uribe es a una matanza de campesinos que festejaban el Fin de Año en el departamento de Arauca, fronterizo de Venezuela, atribuida por las autoridades a esa guerrilla izquierdista, la mayor del país, pero que activistas humanitarios aún dudan sobre quienes fueron los autores en una zona donde operan también los paramilitares derechistas y bandas armadas de contrabandistas.
A todo esto, en Venezuela se ha levantado una polvareda política a medida que sus cuerpos de seguridad rastrean lo que pudo ser el secuestro de Granda en el centro de Caracas el 13 de diciembre, y su posible traslado en el baúl de un automóvil hasta Cúcuta.
Las FARC emitieron un comunicado el 30 de diciembre denunciando que Ricardo fue secuestrado en Caracas el día 13 de ese mes con la asesoría 'gringa' (Estados Unidos) y la complicidad de sectores corruptos de la policía venezolana.
También demandaron en ese texto al gobierno venezolano de Hugo Chávez garantías para las organizaciones bolivarianas que eventualmente visiten su país.
Según la guerrilla, Granda participó en el Congreso Bolivariano de los Pueblos, que reunión a organizaciones sociales y políticas de izquierda de América Latina que respaldan el proceso político liderado por Chávez y que se desarrolló en varias ciudades de este país los días 8 y 9 de diciembre.
El diario venezolano Vea, de seguidores de Chávez y dirigido por el veterano izquierdista Guillermo García Ponce, divulgó el comunicado de las FARC, consideró el secuestro de Granda una de las peores noticias de 2004 y dio por cierta la versión de que se trató de una operación combinada de la CIA (Agencia Central de Inteligencia estadounidense) y la policía colombiana.
La diputada Marelis Pérez, del gobernante Movimiento V República, admitió que Granda se presentó a una reunión del Congreso Bolivariano en Maturín, oriente venezolano, y quiso intervenir como ponente, lo que ella rehusó pues el canciller de las FARC no estaba invitado, pero le permitió que distribuyese documentos en algunas mesas.
Él se identificó como representante del movimiento revolucionario colombiano, pero le dijimos que no podíamos permitirle intervenir en el Congreso por pertenecer a un grupo en armas, sostuvo Pérez, para quien, por otra parte, nos preocupa la situación de derechos humanos de Granda.
A su vez, Chacón indicó en un comunicado que existen fuertes indicios de que el ciudadano Rodrigo Granda fue secuestrado en las inmediaciones de la (céntrica) estación Bellas Artes del Metro de Caracas, y los datos recabados pudieran implicar en este hecho a funcionarios y/o ex funcionarios policiales venezolanos.
Del mismo modo, existen indicios que pudiesen comprometer a funcionarios colombianos. De comprobarse esto, que sería de suma gravedad, por violatorio a la soberanía venezolana, se emprenderían las acciones que el caso amerite, agregó Chacón en el comunicado oficial.
El texto cerró con la advertencia de que definitivamente no se puede tolerar la pretensión de violar la soberanía de nuestro país, arrastrándonos a un conflicto que, siendo muy lamentable, sólo puede y debe ser resuelto por los mismos colombianos.
Granda al parecer posee la doble nacionalidad, colombiana y venezolana, lo que agregaría combustible a la controversia si se alega que agentes de Colombia secuestraron a un ciudadano de Venezuela en su propio país.
Chacón dijo hace dos días que las investigaciones abarcaban tanto el secuestro de una persona en Caracas, que podría ser Granda, como el traslado hasta la distante frontera occidental con paso franco en todos los controles policiales y militares.
En Bogotá, el abogado Miguel González, defensor de Granda, volvió a asegurar que el insurgente fue secuestrado hacia las 16 horas local del 13 de diciembre en un cafetín de Caracas, mientras concedía una entrevista al periodista colombiano Omar Rodríguez, de quien no se ha sabido nada más.
Chacón confirmó que la persona secuestrada en el cafetín, según testigos, fue violentamente introducida en un automóvil por varios individuos, en algún momento entre las 15:50 y las 16:10 horas local del 13 de diciembre.
En tanto, el director del semanario comunista colombiano Voz, Carlos Lozano, dio a varias radios la versión de que, mientras Granda y Rodríguez dialogaban en el cafetín llegaron individuos armados en tres vehículos, escoltados por agentes en motocicletas, quienes introdujeron por la fuerza al guerrillero en un vehículo, y suministró los números de matrícula de ese coche.
Granda fue cambiado de auto para el largo viaje, los controles carreteros se atravesaron sin contratiempos y en la mañana del 14 la policía colombiana presentó al cautivo como arrestado en Cúcuta, según las versiones del abogado González y de Lozano.
Mientras, el ministro Uribe consideró que el impasse no afectará las relaciones diplomáticas entre los dos países, y en Venezuela el canciller Rodríguez, luego de condenar el secuestro como crimen internacional, agregó que su país también repudia los asesinatos a sangre fría de los cuales han sido víctimas en meses muy recientes no sólo soldados de nuestra Fuerza Armada, sino también civiles venezolanos.
El pasado septiembre irregulares colombianos, que aún se ignora si fueron guerrilleros de izquierda o paramilitares de derecha, asesinaron en una emboscada en el extremo sudoeste de Venezuela a cuatro efectivos militares de este país y a una ingeniera civil. (