POBLACIÓN-INDIA: Inexperiencia contrarresta generosidad

Una efusión de solidaridad tras el maremoto del Índico inundó de suministros de emergencia a la meridional provincia india de Tamil Nadu, pero la inexperiencia de los grupos de socorro podría hacer que toda esa ayuda termine en la basura.

La falta de coordinación en el terreno hace que se dupliquen esfuerzos, no se llegue a toda la población afectada y, en algunos casos, se desvíen materiales hacia personas que no deberían recibirlos.

Canales locales de televisión muestran calles atestadas con toneladas de ropa usada, alimentos pudriéndose en botes de residuos y voluntarios privados corriendo de una aldea a otra para repetir el trabajo ya realizado.

En una reunión de coordinación de organizaciones de ayuda humanitaria realizada en Chenai, la capital privincial, se escucharon historias sobre múltiples grupos que llegaron a ayudar a la misma comunidad e incluso una discusión sobre la necesidad de un mecanismo para evitar que diferentes equipos médicos vacunen a las mismas personas.

”La vocación de ayuda está abrumando a la necesidad de ayuda”, comentó Sushma Iyengar, de la organización no gubernamental (ONG) Abhiyan, que trabaja en Nagapattinam, 500 kilómetros al sur de Chenai. En ese distrito, al menos 5.925 personas perdieron la vida y barrios enteros fueron barridos por las olas gigantescas el 26 de diciembre.

Actualmente hay unas 150 ONG trabajando junto a agencias gubernamentales en operaciones de ayuda en la costera provincia de Tamil Nadu, donde murieron unas 8.000 personas a causa de los tsunamis provocados por un sismo submarino de nueve grados en la escala de Richter, bajo el extremo norte de la isla indonesia de Sumatra.

El maremoto devastó las costas de una decena de países de Asia sudoriental y meridional, y dejó al menos 150.000 muertos.

Tamil Nadu, con una franja costera de 1.024 kilómetros de extensión, es la provincia de India más devastada, con casi 691.000 personas afectadas en más de 362 aldeas, en su mayoría de pescadores.

El gobierno estima que los tsunamis causaron daños por 1.800 millones de dólares en Tamil Nadu y en los territorios federales de Pondicherry y las islas Andaman y Nicobar. Pero Tamil Nadu se llevó la peor parte.

”Pides pan y te dan una panadería”, se quejó un socorrista en referencia a la actitud de algunos grupos que, en su buena intención de ayudar, ofrecen de todo, desde contenedores de leche hasta cursos de manejo de desastres y buzos.

En medio de esta confusión, hay informes de personas no afectadas por el desastre que intentan acumular suministros, mientras que algunas víctimas pertenecientes a la comunidad dalit o ”intocable” no obtienen nada, debido a la discriminación del sistema de castas.

”Hay varios casos de familias dalit que fueron pasadas por alto en la distribución de materiales o la ayuda para limpiar sus devastados asentamientos”, afirmó Arvind Narayan, del Foro de Derecho Alternativo, de Bangalore, en una entrevista telefónica con IPS desde Nagapattinam, donde trabaja.

Aunque el gobierno ha rechazado la ayuda extranjera, no faltan fondos ni materiales para las operaciones de emergencia. Además de las contribuciones por más de 70 millones de dólares para el Fondo de Ayuda de Emergencia del primer ministro, miembros del público, desde escolares hasta estrellas de cine, han donado materiales generosamente.

Esto se suma a grandes compromisos de ayuda anunciados por el gobierno provincial de Tamil Nadu. El gobierno indio, además, desplegó sus fuerzas armadas para ayudar en obras de socorro y restauración, y anunció una asistencia financiera inmediata de más de 60 millones de dólares para la provincia.

La actuación del gobierno provincial ha sido muy oportuna y adecuada en comparación con la perezosa burocracia india.

Aunque en varios distritos los principales portadores de la ayuda fueron organizaciones comunitarias y grupos de la sociedad civil, en Nagapattinam, el distrito más afectado, los organismos gubernamentales tomaron la delantera.

”Los primeros en llegar a la población afectada en el distrito fueron la policía y funcionarios del gobierno local”, destacó S.R. Srikrishna, especialista de la Célula de Salud Comunitaria, de Bangalore, que integró la delegación encabezada por la agencia humanitaria británica Action Aid en las aldeas afectadas de Nagapattinam.

En otros lugares de la provincia, tras la conmoción inicial, funcionarios de distrito organizaron refugios para los sin techo, campamentos médicos para los heridos y una limpieza de las áreas afectadas para prevenir epidemias. Actualmente, más de 300.000 desplazados de Tamil Nadu se albergan en 402 refugios temporarios, donde reciben alimentos y atención médica costeados por el Estado.

Sin embargo, existen dudas sobre cuánto durará este entusiasmo por la ayuda. Por ejemplo, se cree que las familias afectadas que ahora reciben raciones regulares de alimentos y una pensión de subsistencia del gobierno dejarán de recibirlas cuando se cumpla un mes del desastre.

”Perdimos nuestras viviendas, las herramientas de trabajo y la confianza para volver al mar. Si nos dejan de ayudar, moriremos de hambre”, manifestó Krishnan, un pescador de Satras Kuppam, una aldea de pescadores situada 70 kilómetros al sur de Chenai.

Algunos temen también que las actuales muestras de preocupación del gobierno no se traduzcan en programas de rehabilitación transparentes, participativos y bien planificados para la población afectada.

Dadas las dimensiones del desastre, una tarea gigantesca aguarda a aquellos realmente interesados en ayudar en la rehabilitación a largo plazo de los afectados, lo que implica desde ayuda psicológica hasta atención de los huérfanos y reconstrucción de las viviendas y los medios de vida.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe