El gobierno de Francia y varias organizaciones internacionales recomendaron a parejas europeas no adoptar a niños o niñas que perdieron a sus padres en el maremoto del 26 de diciembre en el océano Índico.
La mejor solución para los niños es ser atendidos por sus sociedades de origen, sostuvo el ministro de Salud y Familia, Philippe Douste-Blazy, para explicar por qué las autoridades encabezadas por el presidente Jacques Chirac ordenaron la suspensión por seis meses de todas los trámites para adoptar a huérfanos asiáticos.
Hablé con todas las organizaciones (internacionales) que se dedican a la atención de niños y niñas, incluyendo a Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), y todos coincidimos en la suspensión de las adopciones, indicó.
El ministro sostuvo que la mejor opción es que las parejas francesas interesadas financien la educación y la alimentación de los pequeños que perdieron a sus padres.
Más de 170.000 personas murieron el mes pasado por los tsunamis, palabra japonesa para referirse a las grandes olas que invaden las costas a causa de terremotos o erupciones volcánicas submarinas.
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El maremoto esta vez fue provocado por un sismo de magnitud 9,0 en la escala de Richter, con epicentro cerca de la isla indonesia de Sumatra.
Bangladesh, Birmania, India, Indonesia, Malasia, Maldivas, Seychelles, Sri Lanka, Singapur, Somalia y Tailandia fueron los países más afectados.
Marieline y Jean-Pierre, parisinos casados y con dos hijos, estaban interesados en adoptar a un niño o una niña víctimas de los tsunamis.
Hasta ahora, Jean-Pierre y yo nunca habíamos pensado en adoptar. Tenemos dos hijos, y estamos felices con ellos. Pero al ver esa tragedia pensamos en ayudar, en adoptar a un niño o niña de Tailandia, contó Marieline.
Otros miles de parejas en toda Europa tuvieron la misma inquietud, pero las organizaciones que trabajan en favor de la infancia sostienen que es contraproducente.
No tenemos que dejarnos llevar por nuestros impulsos caritativos, no importa cuán generosos éstos sean. Primero debemos constatar que los niños y niñas en cuestión sean en verdad huérfanos, lo que es muy difícil en medio de esta situación caótica, dijo a IPS la Defensora de los Niños de Francia, Claire Brisset.
No debemos añadir más tensiones al trauma actual, aconsejó.
Brisset sostuvo que lo primordial para ayudar a los huérfanos es restaurar el hilo de sus vidas en su lugar de origen, con sus familiares, o en un centro especial para que estén rodeados de su propia cultura.
La mayoría de las organizaciones humanitarias tienen la misma postura.
La mejor ayuda para los huérfanos puede ser sólo dada por el resto de su familia, por tíos, primos y abuelos, dijo el portavoz de Unicef en Francia, Frédéric Sizaret.
La organización no gubernamental Terre des Hommes (Tierra de los Hombres), fundada en Suiza y actualmente internacional también desaconsejó las adopciones por parte de parejas europeas.
Puede ser un acto bien intencionado, pero debe ser considerado sólo cuando el niño no tiene al resto de su familia cerca, dijo a IPS Maria Holz, experta en adopción e integrante de ese grupo.
La adopción requiere de un largo proceso de identificación, y debe evaluarse si la pareja y el niño o niña congenian, subrayó.
Las organizaciones suizas Espacio de Adopción y Servicio Social Internacional (SSI) también alertaron sobre los efectos negativos de alejar a los huérfanos de sus lugares de origen.
Adoptar a un niño en un impulso de generosidad impone una pesada carga sobre la conciencia del niño. Sentirá que tiene una deuda imposible de pagar, explicó a IPS la directora de Espacio de Adopción, Christine Piffaretti.
Por su parte, el director de SSI, Rolf Widmer, informó que varios países del sudeste asiático suspendieron también todos los trámites para la adopción de menores de 16 años.
El temor a que los huérfanos sean secuestrados llevó al gobierno de Sri Lanka y de Indonesia a fortalecer sus controles fronterizos. Las autoridades quieren impedir que estos niños y niñas caigan en el mercado negro de adopción o en redes de prostitución.
Mientras, partidos políticos europeos instaron a los gobiernos a concentrar una parte de su ayuda humanitaria en programas para atender a los huérfanos del maremoto.
La opositora Unión Demócrata Cristiana de Alemania instó a la administración del canciller (jefe de gobierno) Gerhard Schroeder a volcar una parte sustancial de su ayuda de 640 millones de dólares en medidas de protección para los niños.
Mientras, el alcalde de Roma, Walter Veltroni, instó a los habitantes de la capital italiana a realizar adopciones a distancia, ofreciendo apoyo económico a los huérfanos.
La organización francesa Cadena de Esperanza, que ayuda a 15.000 niños y niñas de Tailandia, solicitó colaboración para expandir sus programas de atención.
En la mayoría de los casos es suficiente con donar unos dólares por semana para pagar la educación y la alimentación de una niña o un niño, mientras permanecen en sus países de origen con sus familias, dijo el presidente de la organización, Alain Deloche.