Las autoridades de China temen el resurgimiento de un movimiento reformista a raíz de la muerte este lunes de Zhao Ziyang, el depuesto jefe del Partido Comunista considerado un impulsor de los ideales democráticos.
Zhao, cuyo nombre evoca dolorosos recuerdos de la masacre de la plaza de Tiananmen, en 1989, pasó los últimos 15 años bajo prisión domiciliaria en la capital, por haber aparecido junto a los estudiantes que protagonizaron el movimiento por la democracia ese año.
Fue visto en público por última vez el 19 de mayo de 1989, cuando visitó a los estudiantes en huelga de hambre y les suplicó que abandonaran la plaza. En ese entonces, apareció en televisión con los ojos llorosos diciendo a los estudiantes: "He llegado demasiado tarde".
Al día siguiente, se declaró una ley marcial, y en la noche del 3 al 4 de junio, tanques del ejército masacraron a cientos, quizá miles de manifestantes pacíficos en Tiananmen.
El gobierno nunca dio cifras exactas sobre la cantidad de personas que murieron esa noche. La versión oficial es que las protestas eran "una rebelión contrarrevolucionaria".
Las autoridades no han permitido vigilias ni congregaciones para recordar a los muertos, en lo que parece ser un esfuerzo oficial por imponer la amnesia colectiva.
Sin embargo, Zhao sigue siendo un ícono entre los intelectuales y promotores de la reforma política, porque fue el último líder en impulsarla, y su agenda de cambios, aunque vaga, es por lejos la más audaz jamás presentada por un líder comunista chino.
A través de sus años de prisión domiciliaria, pequeños grupos de seguidores se congregaban frente a su casa y presentaban peticiones en su representación para mantener su nombre vivo.
Un ex colaborador de Zhao advirtió el año pasado que los líderes comunistas estaban tan nerviosos por la persistencia de la influencia del líder desde su reclusión que trataban de borrar su nombre de todo registro histórico.
"Están preocupados por él y decididos a borrar su nombre de la mente y el corazón del pueblo", declaró el ex colaborador Bao Tong.
"Quieren que la gente olvide a Zhao como el facilitador de las reformas económicas en China, como el creador de la propuesta de reforma política, como el protector de los principios democráticos y el estado de derecho", agregó.
Las autoridades temen que la muerte de Zhao, a los 85 años, provoque un nuevo levantamiento contra el régimen comunista, así como en la primavera de 1989 el fallecimiento de otro líder depuesto, el reformista Hu Yaobang, generó conmemoraciones espontáneas que desembocaron en las protestas de Tiananmen.
El gobierno reforzó la seguridad en esa plaza el fin de semana ante la inminencia de la muerte de Zhao, que había sufrido un derrame cerebral el viernes, pero la prensa oficial mantuvo silencio sobre su estado. Sólo en la mañana de este lunes, el servicio en inglés de la agencia oficial de noticias Xinhua anunció que el líder había muerto en un hospital de Beijing.
"El camarada Zhao padecía múltiples enfermedades que afectaban su sistema respiratorio y cardiovascular, y había sido hospitalizado varias veces. Su estado empeoró recientemente y el lunes falleció", informó Xinhua.
La hija de Zhao, Wang Yannan, confirmó su fallecimiento mediante mensajes de texto a sus seguidores por teléfono móvil. "Partió en paz esta mañana; finalmente es libre", decía el mensaje.
Luego del anuncio de su muerte, el gobierno reforzó la seguridad en la plaza de Tiananmen.
Zhao nació en octubre de 1919 en la familia de un próspero terrateniente en la central provincia de Henan, pero desafió a su entorno al incorporarse en la década del 40 al Partido Comunista, en el que trabajó en forma clandestina hasta su victoria, en 1949, cuando se convirtió en un destacado líder en la meridional provincia de Guangdong.
En Guangdong supervisó la creación de las comunas populares, bajo la guía del presidente Mao Zedong.
Poco después del Gran Salto Adelante (1958-61), un plan de políticas que causaron la muerte por inanición a millones de campesinos, Zhao comenzó a promover una estrategia económica más moderada, permitiendo a los agricultores cultivar alimentos en pequeños terrenos individuales, y no en grandes parcelas comunales.
En 1980, el líder comunista Deng Xiaoping lo designó primer ministro, con el mandato de ampliar las reformas rurales. Zhao fue de los primeros en promover la creación de zonas económicas especiales en las zonas costeras, como forma de atraer inversiones extranjeras.
Sus reformas económicas permitieron la apertura de la economía china e impulsaron 25 años de sólido crecimiento económico.
Como reformista político, Zhao encabezó un movimiento intelectual liberal que exigió una reevaluación radical de la cultura china y la historia del Partido Comunista.
Sin desafiar abiertamente el Partido, la agenda política de Zhao reclamaba elecciones partidarias con más de un candidato, libertad de prensa, sindicatos y asociaciones estudiantiles independientes, más transparencia en las actividades partidarias y responsabilidad individual por los errores.
Zhao dejó claro que estaba del lado de los estudiantes en cuanto al reclamo del fin de la corrupción gubernamental.
Pese a la fachada de gobierno constitucional y estado de derecho que Deng creó a partir de 1979, el fallecido líder supremo decidía todo por sí mismo. Los estudiantes lo llamaban "autócrata".
En 1989, cuando líderes reformistas y estudiantes desafiaron a los radicales del Partido Comunista, el país quedó al borde de una guerra civil. Los reformistas confiaban en que tendrían el poder del pueblo de su lado, pero el poder militar se impuso fácilmente, arrestando a Zhao y enviando los tanques a Tiananmen.
Más de 15 años después, el miedo recíproco sigue siendo el pilar de la estabilidad política. El Partido Comunista teme tanto por su apoyo que rechaza cualquier tipo de manifestación pública de dolor por el líder fallecido. (FIN/IPS/traen-mlm/ab/si/ip/05)