Mientras la ayuda humanitaria llega en forma masiva para las víctimas del maremoto en Asia sudoriental, el gobierno de Malasia es acusado de demorar con fines políticos la distribución de los suministros a los damnificados.
Hay colchones y mantas apilados hasta el techo en los centros de ayuda humanitaria, pero las autoridades esperan que algún político del gobierno llegue para distribuirlos, de modo que obtenga publicidad en los medios, dijo indignado Saiful Izham, un socorrista del Centro Merbok de Desarrollo Comunitario, en el noroccidental estado de Kedah.
Unas 4.200 personas se encuentran todavía en ocho centros de ayuda en Kedah y no pueden regresar a sus hogares.
Más de 1.000 viviendas de siete aldeas del estado resultaron total o parcialmente destruidas por las olas gigantescas provocadas por el maremoto de nueve grados en la escala de Richter ocurrido el 26 de diciembre frente a Sumatra, la isla más septentrional de Indonesia.
Las olas arrasaron las costas de varios países sobre el océano Índico y dejaron al menos 150.000 muertos en la región.
En Malasia, aunque aldeas pesqueras, asentamientos y comercios fueron destruidos por completo en Kedah, fue en la densamente poblada isla de Penang que se registraron más fatalidades. El número total de muertos en este país llegó a 68, y el de heridos, a 299.
Nadie se hizo responsable ni dejó que otros se hicieran responsables. Las agencias gubernamentales que debieron actuar de inmediato no lo hicieron porque nadie se los ordenó, escribió M.G.G. Pillai en su columna semanal en el diario electrónico Malaysiakini.
Debemos esperar para ver si llega más, dijo un pescador de nombre Salim.
Hasta 5.000 pescadores de Penang están afectados, y 90 por ciento de unos 1.600 botes quedaron dañados y destruidos. Un nuevo bote pesquero con su motor cuesta alrededor de 5.300 dólares, y una reparación, entre 260 y 790 dólares.
¿De dónde sacaremos el dinero para esto?, preguntó Salim. Nuestras casas están dañadas y no tenemos adónde ir, agregó.
Del centenar de pescadores de esta aldea, cerca de la mitad están afiliados a la asociación local de pescadores.
La asociación sólo prometió ayuda a sus miembros, criticó Salim. En cambio, a las organizaciones budistas no les importó si nosotros, musulmanes, éramos o no miembros, y nos ayudaron igual, agregó.
Algunos pescadores afirmaron que la ayuda es distribuida a las víctimas a través de la gobernante Organización Nacional de Malayos Unidos.
Este martes, el viceprimer ministro Najib Abdul Razak dijo que los sobrevivientes del maremoto en Malasia tendrán que esperar la ayuda hasta que el gobierno realice una evaluación completa de las pérdidas, lo que podría llevar más de dos o tres semanas.
La evaluación determinará la entrega de suministros de emergencia que están recabando diversos organismos, de modo que la ayuda pueda distribuirse con justicia, explicó.
Existe la idea de que está llegando mucho dinero pero no lo estamos distribuyendo. El dinero sí se está distribuyendo, pero debemos realizar un estudio apropiado de las pérdidas, dijo a la agencia nacional de noticias Bernama.
Mientras, el gobierno estadual de Penang estudia formas de ayudar a los pescadores a recuperar su medio de sustento.
La situación es caótica en centros de ayuda del vecino estado de Kedah. Los sobrevivientes están conmocionados. Muchos caminan en cualquier sentido diciendo incoherencias. Es claro que precisan ayuda psicológica o psiquiátrica, señaló la publicación independiente Malaysia Today en su sitio de Internet.
Algunos de los centros de ayuda están bien abastecidos, pero son controlados por miembros de la coalición de gobierno que no dejan distribuir la ayuda hasta que algún ministro… pueda llegar con un equipo de periodistas atrás, agregó el diario. (