Mientras los equipos de rescate continúan una frenética búsqueda de sobrevivientes del maremoto que asoló el 26 de diciembre las costas del sur y el sudeste de Asia, biólogos marinos, buzos y funcionarios de la región tratan de evaluar el daño causado a los ecosistemas del mar de Andaman.
Inspecciones preliminares a lo largo de la costa oeste de Tailandia indican que el daño no es tan grave allí como se temía, pero largas cadenas de bancos de ostras y arrecifes de coral cerca de la costa sureña de India pueden haber sido arrasadas completamente por el tsunami, que causó la muerte de más de 150.000 personas.
La zona de influencia del mar de Andaman, que se conecta con el Océano Índico, incluye a Tailandia, India, Birmania, Indonesia y Malasia.
En la barrera de coral de las islas indias de Andaman y Nicobar, la más grande del sur de Asia, el tsunami causó destrucción en gran escala, y los científicos piensan que la recuperación del precioso ecosistema que alberga unas 200 especies de corales y 400 de peces puede llevar mucho tiempo.
Los arrecifes de Andaman y Nicobar, que sólo eran superados en extensión y biodiversidad por los de la Gran Barrera de Coral australiana, han sido casi borrados del mapa, según N.R. Chattopadhyay, decano de Ciencias Pesqueras de la Universidad de Ciencias Pesqueras y Animales de la nororiental ciudad india de Kolkata (ex Calcuta).
Es nuestra primera experiencia con tsunamis, pero podemos ver que pasará mucho tiempo antes de que se supere la devastación que causó a la vida marina, especialmente en arrecifes y bancos naturales de ostras perlíferas, señaló Chattopadhyay a Tierramérica.
Los arrecifes de coral son clave en el desarrollo económico y social de las naciones que los poseen. Las pesquerías de arrecifes son una fuente vital de alimento y empleo: solo en el sudeste asiático generan más de 2.400 millones de dólares anuales, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés).
Los arrecifes de Andaman y Nicobar fueron afectados tanto por las grandes y fuertes olas como por las inevitables mareas barrosas tras el tsunami, explicó el director regional indio de investigación zoológica en las islas Andaman, D.R.K Sastry.
En Tailandia, sin embargo, biólogos descubrieron que la ola gigante de unos 11 metros de altura que golpeó las islas de Phuket, Phang Nga y Krabi no fue acompañada allí por grandes movimientos submarinos de las aguas.
Apenas pasó el tsunami, fuimos con rapidez a ver qué había ocurrido con los principales arrecifes, pensando que encontraríamos una devastación irreparable, pero la situación que hallamos nos alivió, explicó el director del equipo de investigación del Centro Biológico Marino de Phuket, Ukrit Satapoomin.
Se trata, sin embargo, de una inspección preliminar, según el ministro tailandés de Recursos Naturales y Ambiente, Suwit Khunkitti.
En promedio, de cinco a diez por ciento de los arrecifes en aguas profundas fueron afectados, pero en algunas áreas fueron arrasados por completo. En aguas poco profundas, los daños abarcan de cinco a treinta por ciento de los corales, también con algunas zonas destruidas, apuntó el ministro en conferencia de prensa.
Un tercio de la línea costera de Tailandia (700 kilómetros) da al mar de Andaman, donde se localiza la mitad de los arrecifes del país, que son el principal sustento de las comunidades locales.
La turbiedad de las aguas impide que los corales reciban la luz solar que necesitan para sobrevivir, y Suwit indicó que buzos de la marina de guerra tailandesa, acompañados por civiles voluntarios del mismo oficio, tratan de salvar arrecifes cubiertos de arena.
Trabajan muy rápido, pero necesitan más apoyo. Diez países han ofrecido ayuda al programa de rehabilitación del ambiente marino de Tailandia, y espero que su aporte llegue pronto, porque no hay tiempo que perder, destacó.
Los corales de las Phuket son los que corren mayor peligro, por estar ubicados en aguas poco profundas.
Setenta por ciento de las especies marinas del mar de Andaman vive en ecosistemas coralinos, y es inevitable que sean alteradas por cambios abruptos como el causado por el tsunami, pero es muy pronto para decir cuánto se modificarán, indicó a Tierramérica el biólogo marino Suchnit Deetae, de la Universidad Kasetsart, con sede en Bangkok.
El experto subrayó la importancia de las bases de datos ambientales. Por suerte tenemos al menos un mapa de los corales del mar de Andaman, que nos permite comparar el tamaño de los arrecifes antes y después del tsunami. Pero necesitamos más fondos para avanzar en la clasificación de especies marinas y prepararnos mejor para eventuales desastres, sostuvo.
El Ministerio de Recursos Naturales de Tailandia se verá obligado a cerrar temporalmente algunos de los 10 parques naturales en Phuket, Phang Nga y Krabi, o limitar el acceso turístico a ellos. Es muy pronto para decir por cuánto tiempo, y debemos dejar que la naturaleza tome su curso para restaurar la belleza, afirmó Suwit.
* El autor es corresponsal de IPS. Publicado originalmente el 15 de enero por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.