La Unión Europea intentará acercar a los gobiernos de la República Democrática de Congo (RDC) y Ruanda tras el ingreso de soldados ruandeses en ese país vecino.
Louis Michel, quien asumió el mes pasado el cargo de comisario de Desarrollo y Ayuda Humanitaria del bloque europeo, inició este miércoles una visita por la región centroafricana de los Grandes Lagos, que incluye a RDC (ex Zaire), Ruanda, Burundi y Uganda.
Michel, ex canciller de Bélgica, tratará de calmar la creciente tensión entre ambos países, exhortando a los respectivos gobiernos a procurar una solución pacífica a sus problemas.
El comisario se reunirá el día 18 con el presidente congoleño Joseph Kabila, y el 19 con el presidente ruandés Paul Kagame, en un esfuerzo por acercar posiciones entre ambos países beligerantes.
En una conferencia de prensa realizada el lunes tras los informes sobre combates el fin de semana, Michel declaró que la UE está comprometida a detener la inestabilidad en la región.
Ruanda había amenazado varias veces con enviar tropas al otro lado de la frontera con RDC para matar a extremistas de la etnia hutu, pero insiste en que sus fuerzas no están involucradas en los últimos combates reportados en la región.
Muchos extremistas hutus huyeron a RDC tras participar en el genocidio que tuvo lugar en Ruanda en 1994, en que perecieron cerca de 800.000 tutsis y hutus moderados.
Ruanda había invadido RDC en 1996 y nuevamente en 1998, cuando se involucró en la guerra civil congoleña, que ha costado tres millones de vidas. En noviembre de 2003, ambos países firmaron un acuerdo de paz.
Michel está especialmente preocupado por la presencia de antiguos miembros de la milicia Far en la región, dijo a IPS el portavoz Amadeu Altafaj. Los paramilitares Far e Interahamwe proceden de Ruanda y han sido responsabilizados por el genocidio en ese país.
Informes de prensa señalan que no se han tomado medidas para desarmar a los rebeldes hutu, como lo exige el acuerdo de paz. Michel urgirá formalmente a ambas partes beligerantes a ratificar el tratado, firmado en la capital de Tanzania, Dar-es-Salaam.
El lunes, cuando rebeldes ruandeses tomaron el control de la oriental ciudad congoleña de Kanyabayonga, la misión de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en RDC llamó a un cese del fuego inmediato en el área.
La misión, conocida por su acrónimo francés MONUC, recibió informes sobre entregas de armas de grupos armados a civiles y exigió un fin inmediato de esta práctica.
Michel se hizo eco de la preocupación de la misión y urgió a la comunidad internacional a tomar medidas.
Si la comunidad internacional no reacciona ante esta situación, la inestabilidad permanecerá. Debemos atacar el problema y encontrar una solución definitiva, exhortó el funcionario.
Además de negociar con Kabila y Kagama, Michel evaluará el impacto de la guerra civil de RDC sobre la situación humanitaria en la región.
Aunque el conflicto se declaró oficialmente terminado en 2004, dejó una crisis humanitaria considerada la peor del mundo, con un saldo de 3,8 millones de muertos, en su mayoría por hambre y enfermedades.
Además, cientos de miles de personas están desplazadas o refugiadas en países vecinos, y muchas más se les suman cada día, debido a combates o saqueos de grupos armados descontrolados, señaló Michel.
La Comisión Europea, brazo ejecutivo de la Unión Europea, estimó que hay cerca de 3,5 millones de personas desplazadas dentro de RDC.
En coincidencia con la visita de Michel a la región, la Comisión anunció que desembolsará 34 millones de euros (unos 45 millones de dólares) para la atención de la salud y otras necesidades básicas de 8,5 millones de congoleños en el área afectada.