Los últimos acontecimientos en Medio Oriente parecen confirmar la intención de Siria de intervenir en los asuntos políticos de Palestina, en vísperas de las elecciones del sucesor del fallecido presidente Yasser Arafat.
Este país no sólo alberga a muchos dirigentes y oficinas de organizaciones palestinas. Altos dirigentes palestinos también consideran que Damasco trata de ejercer su influencia dentro de los territorios ocupados por Israel.
Esto se nota aun más en las vísperas de las elecciones del 9 de enero para consagrar al sucesor del fallecido presidente palestino Yasser Arafat.
Los nuevos líderes palestinos están preocupados por la posibilidad de que la violencia perturbe el proceso electoral y los planes de restaurar la calma y la estabilidad con miras a reanudar las negociaciones con Israel.
La semana pasada volvieron a registrarse combates entre combatientes palestinos y el ejército israelí luego de un periodo de relativa calma tras la muerte de Arafat.
Siria brinda apoyo indirecto a algunas organizaciones radicales del partido oficialista palestino Fatah a través del Partido de Dios (Hizbola) islámico y libanés, dijo a IPS el líder del Frente Democrático para la Liberación de Palestina, Naif Hawatmeh.
Siria e Irán apoyan a Hizbola, que, a su vez, apoya a algunos grupos en territorio palestino. Y no sólo a los islámicos, sino a otros dentro de Fatah, como las Brigadas de Mártires Al Aqsa, dijo Hawatmeh, cuya organización laica y marxista-leninista integra la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
Dirigentes de grupos palestinos radicados en Cisjordania ya habían admitido a IPS en septiembre que Hizbola estaba, en cierto modo, involucrado con ellos.
Dirigentes de la Brigada de Mártires Al Aqsa indicaron, incluso, que tenían problemas con algunas de sus células que solicitaban y obtenían respaldo de Hizbola.
Ese apoyo no es inocente. Hizbola quiere bloquear toda perspectiva del proceso de paz, dijo Nasser Badawi, entonces portavoz de las Brigadas y dirigente de Fatah en el campamento de refugiados de Balata, en la ciudad cisjordana de Naplusa.
Badawi fue asesinado por combatientes palestinos el mes pasado.
Por segunda vez este año, la capital de Siria fue sacudida este mes por un atentado con explosivos contra un dirigente no identificado del Movimiento de Resistencia Islámica palestino (Hamas). La operación fue atribuida por funcionarios sirios a la inteligencia israelí.
El dirigente sobrevivió al atentado contra su vehículo, mientras tres peatones resultaron heridos en el lugar, en pleno barrio de residencias diplomáticas en Damasco. El blanco elegido para el ataque parece un recordatorio del papel que juega Siria en los asuntos palestinos.
En años anteriores, las afirmaciones israelíes sobre el vínculo entre Hizbola y la política palestina eran motivo de escepticismo. Hoy, ese vínculo es un hecho, según analistas sirios bien informados.
Hizbola encabezó durante 20 años una guerra por el fin de la ocupación del sur de Líbano en manos de Israel, que se retiró de allí en 2000. El ala militar del partido suele lanzar incursiones a través de la frontera aun hoy.
Pero Israel parece más preocupada por la influencia de Hizbola en la intifada (insurgencia popular contra la ocupación) que los partidos políticos palestinos.
Militares israelíes vinculan a Hizbola brinda apoyo financiero o logístico a quienes cometen 70 por ciento de los ataques palestinos contra blancos en Israel.
Hace mucho que Siria influye en las cuestiones internas palestinas. El vínculo entre Fatah y el gobierno sirio es tenso desde los años 80, cuando Damasco respaldó a rebeldes dentro del principal partido palestino.
La relación no mejoró cuando Arafat firmó el acuerdo de paz de Oslo con Israel en 1993, sin coordinarlo con los estados árabes. Aun hoy Siria brinda refugio a dirigentes de organizaciones palestinas opuestas al proceso de paz, como Hamas y Jihad Islámica.
Todos los observadores sirios atribuyeron los atentados contra dirigentes de Hamas en Damasco a Israel. El gobierno de Ariel Sharon desacreditó recientes llamados de Siria a reanudar las conversaciones de paz, porque Damasco debería primero dejar de apoyar a grupos terroristas.
Mahmoud Abbas, el nuevo líder de la OLP y candidato de Fatah a la presidencia palestina, visitó Damasco este mes, donde se reunió con el líder político de Hamas, Khaled Meshaal.
Una fuente de Hamas dijo que en la entrevista se alcanzaron pocos acuerdos y que ni siquiera hablaron de las elecciones. Meshaal se negó, incluso, a la posibilidad de que su organización dictara un cese del fuego.
Luego de la reunión en Damasco, los ataques de Hamas contra objetivos israelíes en Gaza recrudecieron.
Siria está interesada en la situación política interna palestina, entre otras razones, por sus propias gestiones para recuperar el control completo de las alturas del Golán, hoy ocupadas por Israel.
Una reanudación de las conversaciones de paz palestino-israelíes reduciría la importancia internacional de las reivindicaciones sirias. Ya bastante aislado está Damasco por los acontecimientos en el vecino Iraq y por su presencia en Líbano.
Los sirios tienen sus propios intereses. No apoyan a tal o cual grupo porque les guste. Y nosotros, los palestinos, también tenemos nuestros propios intereses, dijo Hawatmeh.