India está a punto de dar un paso trascendente hacia la igualdad de género con la introducción de una ley para otorgar a las mujeres hindúes los mismos derechos que los hombres sobre la propiedad familiar.
La enmienda a la Ley de Sucesión Hindú, que será discutida en el parlamento durante la actual sesión de invierno boreal, elimina estatutos discriminatorios vigentes desde 1956, y que garantizan a los hombres la herencia de todas las propiedades familiares.
Estudios demuestran claramente que cuando las mujeres tienen acceso a recursos mejora su capacidad para tomar decisiones, dijo Saroj Pachauri, directora de la oficina para Asia sudoriental de la organización internacional Population Council.
Pachauri dijo a IPS que algunas de las peores manifestaciones de discriminación de género en India, como el feticidio femenino, muy común en el norte del país, están vinculadas con leyes de sucesión arbitrarias que hacen más vulnerables a las mujeres.
La discriminación sigue a las mujeres a lo largo de toda la vida, desde el vientre de la madre hasta la tumba, y en definitiva esto afecta el desarrollo de todo el país, añadió.
Pachauri destacó como ejemplo para el sistema federal indio las leyes vigentes en el meridional estado de Kerala hasta mediados de los años 70, que establecían la sucesión de propiedades familiares a través de la línea materna.
A pesar de que no escapa a la realidad del país en cuanto a niveles de pobreza, Kerala ahora goza de un índice de alfabetización de casi 100 por ciento, y es el único gran estado del país con mayor porcentaje de mujeres que hombres.
Según el sistema de Kerala, llamado marumakkatayam en lengua malayalam, los hijos recibían derechos de herencia inalienable a través de la línea materna. Además, se le permitía a la mujer divorciarse de su esposo en cualquier momento.
La relación entre hermanos de la misma taward, o familia de la misma línea materna, era mucho más importante que los vínculos conyugales, por lo que los tíos maternos tenían un peso mucho mayor en la vida de un niño que el propio padre.
Para Nirmala Seetharaman, de la gubernamental Comisión Nacional para las Mujeres, la enmienda ayudará a acabar con la dote, que es considerada por muchos una de las peores prácticas sociales del país.
Gran parte de los matrimonios en todos los sectores sociales de este país son arreglados por el padre de la novia, que realiza un pago en dinero, vestidos o joyas a la familia del novio para que acepte el enlace.
Este sistema no sólo reduce a la mujer a un bien comerciable, sino que con frecuencia provoca hechos de violencia. Cuando el padre de la novia no puede pagar toda la dote después de que se concreta el casamiento, el marido acosa a su esposa, y muchas veces termina por asesinarla para casarse con otra y obtener así una dote.
Cuando las jóvenes obtengan iguales derechos para heredar propiedades familiares ya no habrá ninguna razón para que pidan o acepten dotes, sostuvo.
Otras activistas señalan que la ley sólo puede ser considerada como un comienzo.
Algunos señalan que la enmienda podría tener importantes consecuencias para el mundo empresarial que, en India, está controlado en su mayoría por grandes familias. Los hijos varones siempre heredan los negocios de sus padres, y las hijas quedan excluidas.
El multimillonario imperio de las telecomunicaciones Reliance India está actualmente en medio de una batalla entre los hijos varones del fundador de la compañía, Dhirubhai Ambani.
En India, país constitucionalmente secular, existe un código de leyes civiles y criminales uniforme, pero con disposiciones sobre matrimonio, divorcio y herencia diferenciadas para cada una de las religiones.
De los 1.000 millones de indios, 83 por ciento son de la religión hindú, 11 por ciento son musulmanes, 2,5 por ciento sijs, dos por ciento cristianos, uno por ciento budistas y el resto de religiones minoritarias.
La enmienda en discusión afecta sólo a los hindúes, a los sijs y a los budistas.
Si el gobierno incluyera la misma provisión en leyes personales de otras religiones o aplicara las normas ya existentes que apoyan la igualdad de género cambiaría drásticamente la condición de la mujer en este país, dijo Seetharaman.
Pero esto es más fácil de decir que de hacer, aun cuando la Corte Suprema de Justicia haya pedido al gobierno que cumpla con su obligación constitucional de eliminar toda diferenciación basada en religión.
La distinción religiosa en las leyes civiles indias existía aun antes de la independencia del poder colonial británico en 1948.
Por ejemplo, las leyes de sucesión que datan de 1865 impiden que un hombre o una mujer cristianos donen propiedades a instituciones religiosas en el lecho de muerte.
Las leyes permiten a los hombres musulmanes tener cuatro esposas, lo que ha sido siempre criticado por grupos y fuerzas políticas pro-hindúes, como el Partido Bharatiya Janata.
Lo que pedimos es un código que incluya lo mejor de todas las religiones, sea el Islam o el cristianismo, como lo han hecho otros países no musulmanes, dijo el portavoz del Bharatiya Janata, V.K. Malhotra.
Pero todos los gobiernos que ha tenido India han preferido no intervenir en las leyes de cada religión y dejar que sean los tribunales los que resuelvan los asuntos complejos como los divorcios según la ley islámica, que le permite al hombre abandonar a su mujer luego de haberle proferido la palabra talaq tres veces.
En mayo de 2002, la justicia de la occidental ciudad de Mumbai restringió el empleo del triple talaq, pero sólo después de que lo hicieran antes jueces de Argelia, Indonesia, Irán, Iraq y Turquía.
En 1986, la Corte Suprema de Justicia permitió a las mujeres cristianas en Kerala tener igual derecho que los hombres a la herencia paterna, aunque hasta ahora muy pocas han recurrido a este beneficio.
Comparado con lo que han hecho los tribunales, el gobierno y el parlamento se han quedado muy atrás.
También en 1986, cuando la Corte Suprema reconoció el derecho de las mujeres musulmanas divorciadas a recibir una pensión alimenticia, los líderes religiosos criticaron a la justicia por interferir en sus asuntos y presionaron al entonces también gobernante partido del Congreso, de perfil secular, a que dejara sin efecto el fallo introduciendo una legislación en el parlamento.
En 1950, el gobierno resolvió que los dálits (los excluidos en el sistema de castas hindú) que se convirtieran al cristianismo perdieran el derecho a compensaciones y privilegios estatales.
Un reciente editorial del periódico The Hindustan Times resumió el ambiente que rodea al debate sobre la enmienda a la Ley de Sucesión Hindú.
Quizás el momento más vergonzoso en la historia del parlamento de India fue cuando, durante el debate sobre el Código Civil Hindú, la mayoría de los legisladores respaldaron la norma que prohíbe a las mujeres heredar la propiedad de sus familias, sostuvo el diario.