A golpe de tanto asesinato de mujeres, en la mexicana Ciudad Juárez ya sorprende poco el hallazgo de nuevas víctimas. Este viernes fue encontrado el cuerpo de una mujer de 25 años con huellas de haber sido violada y estrangulada, la segunda en los últimos siete días, la enésima en los últimos 11 años.
Son crímenes sobre los que se ha perdido la capacidad de asombro, aquí (en Juárez) y en gran parte del país es un tema que ahora se aborda con total frivolidad, como algo cotidiano, dijo a IPS desde esa ciudad septentrional Esther Chávez, presidenta de Casa Amiga, un centro no gubernamental que apoya a familiares de víctimas.
Dependiendo de la fuente, las cifras de mujeres asesinadas en Juárez desde 1993 a la fecha varían de 300 a 380. La gran mayoría de ellas fueron previamente violadas, algunas por muchas personas, y torturadas.
Las hipótesis sobre los motivos de esos crímenes abarcan desde cultos satánicos hasta negocios vinculados con la pornografía. También se manejan líneas de investigación sobre tráfico de órganos humanos.
En los dos últimos años, el gobierno de México, activistas sociales y grupos humanitarios redoblaron sus esfuerzos para esclarecer y frenar los crímenes en esa ciudad, fronteriza con Estados Unidos, pero la impunidad y la masacre continúan.
Con la víctima encontrada este viernes, quien estaba tirada sobre una acera, al lado de una bodega comercial, el promedio de asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez en este año se ubicó en 1,5 por mes.
No salimos del estupor por esta nueva víctima, no podemos dejar de angustiarnos por la impunidad de los asesinatos, por el peligro latente en que viven especialmente las más jóvenes y las más pobres, señaló Chávez en entrevista telefónica.
Pero a la mayoría de gente ya no sorprende y eso es muy grave porque indica que estamos perdiendo hasta la rabia frente a esta masacre, sostuvo.
Hasta julio de 2003, fueron autoridades del estado de Chihuahua, donde está Juárez, las que investigaron los crímenes. Pero ese mes, tras creciente presión de grupos humanitarios internacionales, el gobierno del presidente Vicente Fox decidió hacerse cargo de algunas pesquisas y de la seguridad pública en la ciudad.
Para el caso, el gobierno nombró a una comisionada y una fiscal especial. Además estableció mesas de coordinación con activistas sociales y grupos humanitarios para esclarecer los crímenes y evitar que continúen.
Lucia Melgar, portavoz de un grupo formado por 11 académicas mexicanas de las ciencias sociales que demandan frenar la impunidad de los asesinatos en Juárez, dijo a IPS que el modelo planteado para esa ciudad no funciona, pues no contempla un mando central y a su entender sus acciones son dispersas.
Así no se van a esclarecer los crímenes, aseguró
En las investigaciones hay cierta simulación. Lo que hay en Ciudad Juárez es un colapso del estado de derecho, opinó Melgar.
Tanto la académica como la presidenta del grupo Casa Amiga coinciden en señalar que detrás de los asesinatos es muy posible que estén involucrados mandos policiales o personas adineradas vinculadas con el narcotráfico.
Creo que hay gente importante que no se quiere tocar, expresó Chávez.
El gobierno indicó que en sus investigaciones descubrió que unas 80 autoridades policiales encargadas de investigar los crímenes en el pasado actuaron con marcada negligencia, por lo que inició procesos legales en su contra.
Varias personas permanecen detenidas en relación con los asesinatos, pero sólo el egipcio Abdel Latif Sharif ha sido condenado, a 20 años de prisión por la muerte de cinco jóvenes. De todos modos, los asesinatos continúan.
Ciudad Juárez, localidad de 1,2 millones de habitantes lindante con la localidad estadounidense de El Paso, fue bautizada por organizaciones defensoras de los derechos humanos como la capital del femicidio.
La edad de casi todas las asesinadas estaba en la franja de 15 a 30 años, y muchas de ellas eran de estratos sociales pobres que trabajaban en maquilas.
En Juárez, como en otras ciudades mexicanas sobre la frontera con Estados Unidos, se concentran ese tipo de fábrica que operan en zonas francas y donde se arman productos con insumos importados. La fuerza de trabajo de las maquilas está formada en su mayor parte por mujeres jóvenes, que a menudo viven lejos de sus familias.
Además, en esa localidad operan bandas de narcotraficantes y de traficantes de personas, y hay altos índices de consumo de drogas y alcohol. (
