La decisión de crear el Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur para reducir el desarrollo desigual entre países y entre zonas de un mismo país, pone al bloque en un nuevo nivel, según diplomáticos brasileños.
Se revela un contexto de verdadera unión, en que se busca más que el libre comercio, una verdadera integración, dijo el canciller Celso Amorim, recordando que la iniciativa sigue el ejemplo de la Unión Europea (UE), si bien con recursos más limitados.
El fondo podrá apoyar, por ejemplo, proyectos de combate a la fiebre aftosa en todo el Mercosur (Mercado Común del Sur), impulsar actividades económicas en áreas de frontera y promover el desarrollo de las regiones nacionales más pobres, como el nordeste brasileño o el norte argentino.
Además de achicar desigualdades y elevar la competitividad, también son objetivos prioritarios la inclusión social y el fortalecimiento institucional del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay).
Pero el fondo aún no está diseñado. Falta definir los montos de los aportes, si éstos provendrán sólo del presupuesto de los países miembros, si habrá o no otras fuentes y cómo se distribuirán los recursos, informó Amorim.
Las negociaciones de esa reglamentación deberán concluir antes de mayo para que los aportes puedan ser incluidos en el presupuesto de 2006 y el fondo pueda operar a partir de ese año. No es posible, por tanto, esperar resultados a corto plazo.
Pero la decisión tiene un gran significado para la integración. Se reconoce que el simple libre comercio no conduce a la reducción de las desigualdades económicas y sociales entre los países y entre áreas de un mismo país, al contrario, señaló a IPS el consejero de la División Mercosur de la cancillería brasileña, Carlos Marcio Cozendey.
La creación de mecanismos de compensación para áreas y sectores afectados por el libre comercio y para reconversiones productivas, es discutida hace muchos años en el bloque sudamericano. La cuestión ganaba fuerza cuando surgían algunos conflictos comerciales, como los provocados por la imposición argentina de gravámenes al azúcar brasileño.
El azúcar es el único producto excluido del libre comercio en el Mercosur y aún permanece sin perspectiva de inclusión. Los argentinos tratan de preservar sus zonas productoras del norte, cuya pobreza se agravaría dramáticamente con la entrada del producto brasileño, mucho más barato.
Pero los gobiernos brasileños siempre se resistieron a la idea de crear mecanismos compensatorios o de promoción del desarrollo para áreas muy desfavorecidas, reconoció Cozendey.
Las condiciones para la creación del fondo surgen ahora, con el ascenso de nuevos gobiernos en el bloque, más sensibles a la cuestión, acotó. Aunque no lo dijo, quedó implícito en sus declaraciones que en Brasil fue decisiva la llegada de Luiz Inácio Lula da Silva a la presidencia, en enero de 2003.
Además, de la creación del fondo, de importantes efectos futuros para la integración, la XXVII Reunión del Consejo del Mercado Común, órgano de nivel ministerial, y la Cumbre presidencial de este viernes en la meridional ciudad de Ouro Preto no presentan resultados de gran impacto.
Se han aprobado 20 decisiones del Mercosur, sobre cuestiones muy específicas, como la creación de un pasaporte común, de un fondo educacional y de un sistema de informaciones sobre seguridad.
Los acuerdos firmados se destinan a facilitar los viajes de empresarios entre los países miembros, la transferencia de delincuentes condenados a sus países de origen, el combate al tráfico de personas y un programa de seguridad regional, mencionó Cozendey.
Amorim destacó la decisión de promover una nueva ronda de negociaciones sobre servicios. En la negociación de un acuerdo comercial con la UE, el Mercosur propuso aperturas en el comercio de servicios que aún no fueron establecidas dentro del propio bloque sudamericano, ejemplificó.
Pero el parlamento del Mercosur quedó para el futuro. No hay condiciones para crearlo ahora, y los estudios sobre la cuestión deberán proseguir para tener, a fines de 2006, una definición sobre las características de tal institución y la factibilidad de su aprobación por cada país, anunció el canciller uruguayo, Didier Opertti.
En esta reunión del Consejo del Mercado Común, la eliminación del doble cobro del arancel externo común, un acuerdo mínimo estuvo amenazado por la oposición de Paraguay que, como país mediterráneo, sería el más afectado.
El arancel se cobra dos veces, por ejemplo, en la importación de bienes que luego de procesados se exportan a otra nación del Mercosur
Uruguay urgió en la necesidad de fijar un plazo para solucionar el problema, lo cual fue objetado por Paraguay, país donde el ingreso aduanero tiene un peso importante.
Al final se acordó que la medida se aplicará pronto en relación a los productos exentos de aranceles, como algunos productos farmacéuticos y bienes de capital no producidos en el Mercosur, porque no representará pérdidas de ingresos para el fisco.
El doble cobro de arancel se irá eliminando gradualmente a partir de 2008, pero sólo si para entonces se hayan implantado condiciones para que las aduanas de los cuatro países puedan operar interconectadas, informatizadas y con legislaciones comunes, informó Leila Rachid, canciller paraguaya.
Tales medidas significan perfeccionar la unión aduanera y avanzar hacia la libre circulación de bienes entre los países, una meta que el Mercosur sólo podrá alcanzar en un futuro no tan próximo.