El Sur no provocó el cambio climático y, por tanto, no debe pagar lo que hicieron los países industrializados, señaló Jafrul Islam Chowdhury, el ministro de Ambiente de Bangladesh, que este año sufrió una inusual inundación con un saldo de 1.000 muertos y cuantiosas pérdidas materiales.
La advertencia del representante de Bangladesh fue la más dramática del panel de ministros reunidos este jueves en la Décima Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (COP10) en Buenos Aires, donde el debate se tituló Repercusión del cambio climático, medidas de adaptación y desarrollo sostenible.
Según la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, los dos pilares del combate contra el recalentamiento de la atmósfera son, por un lado, reducir las emisiones de gases que causan el llamado efecto invernadero y, por otro, ayudar a los países en desarrollo a prevenir su impacto o a adaptarse mejor a la transformación del clima.
Desde la entrada en vigor de la Convención hace una década, el impulso principal se concentró en la reducción de las emisiones. Ese énfasis permitió la firma del Protocolo de Kyoto, que emplazó a los países industrializados a ese fin y, tras ser ratificado por una treintena de esos países del Norte, entrará en vigor el 16 de febrero.
Pero los delegados del mundo en desarrollo llegaron a Buenos Aires decididos a que esta conferencia, del 6 al 17 de este mes, sea la COP de la adaptación, como indicó en la apertura el delegado de Tuvalu, Enele Sopoaga, y que se comprometan recursos económicos para que los países se preparen para enfrentar los cambios que ya se registran.
Uno de los vicepresidentes del Panel Inergubernamental de Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), Osvaldo Canziani, sugirió incluso a un diario que circula en la X Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, más conocida como COP10, que los gobiernos deberían avanzar en la elaboración de un protocolo específico para la adaptación, tema clave para el mundo en desarrollo.
Hay un reclamo genuino de los países en desarrollo que son víctimas principales del cambio climático, dijo a IPS Roque Pedace, de la organización no gubernamental Amigos de la Tierra Internacional. En referencia a las demandas para la adaptación.
A su juicio, los países industrializados deben entender que, si siguen emitiendo, el costo de adaptación será cada vez mayor.
Según datos de la aseguradora Munich Re, difundidos en esta conferencia por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), los desastres naturales de 2004 costaron a la industria del seguro internacional más de 35.000 millones de dólares, el doble el monto desembolsado en todo 2003.
Portavoces del Pnuma explicaron que, si se añaden los costos de los desastres sobre bienes que no están asegurados, el monto ascendería a 90.000 millones de dólares.
No obstante, los compromisos para reducir las emisiones de gases que provocan el recalentamiento del planeta marchan lentos y no hay voluntad de los delegados de reconocer las urgencias en materia de adaptación, denunció Pedace.
Recordó que el fondo creado para estos fines por los gobiernos no se alimenta de los suficientes aportes previstos.
La delegación de la Unión Europea anunció en Buenos Aires que aumentará esos fondos de 100 a 360 millones de dólares anuales a partir de 2005. Sin embargo, muchos creen que ese monto es insuficiente.
Pedace precisó que la última inundación que afectó a la oriental provincia argentina de Santa Fe dejó daños por 1.000 millones de dólares.
Una estimación conservadora del Banco Mundial fijó en 2.200 millones de dólares las pérdidas en Bangladesh a causa de las inundaciones.
El gobierno de ese país había calculado que las pérdidas en cosechas, viviendas, edificios, carreteras y puentes rondaban los 7.000 millones de dólares, pero sólo recibieron del Banco Asiático de Desarrollo 237 millones de ayuda.
Necesitamos más asistencia para adaptación, dijo el ministro Jafrul Islam Chowdhury en Buenos Aires. Mi país utiliza gas como combustible y tiene las emisiones más bajas del mundo, y sin embargo está entre los más vulnerables al cambio climático, expresó.
En el mismo panel intervinieron los representantes de Tuvalu, una pequeña isla del océano Pacífico amenazada por el incremento del nivel del mar, de Hungría, México, Gran Bretaña, Senegal y Australia, este último es el único país industrializado junto con Estados Unidos que no ratificó el Protocolo de Kyoto.
En la sesión de la víspera, el ministro de Ambiente de los Holanda, Pieter van Geel, señaló que su país también es vulnerable porque tiene 50 por ciento de superficie bajo el nivel del mar, pero admitió que tiene el dinero para enfrentar esas vulnerabilidades, lo cual no ocurre con los países en desarrollo. (