ARQUITECTURA-CHINA: Renace la Beijing opulenta

La capital de China recibirá a miles de turistas de todo el mundo en los Juegos Olímpicos de 2008, y por ello se despoja lentamente de su imagen industrial y obrera para recuperarse como centro de placeres refinados y opulencia arquitectónica.

Los grandes supermercados y los edificios futuristas se propagan en esta gran capital, que crece sin cesar.

Antes de que en 1949 se rindiera ante la revolución comunista liderada por Mao Zedong, Beijing era una meca cultural en la que pululaban los templos, las casas de té y los comercios extravagantes.

En pocos años, la revolución la transformó en un baluarte industrial con un horizonte adornado por chimeneas. Ahora las cosas parecen dar un círculo perfecto y otra vez es tiempo de la Beijing opulenta. Arquitectos, artistas e intelectuales de todo el país se trasladan a la capital para participar de exposiciones e inauguraciones de elegantes boutiques.

Los arquitectos están cada vez más cómodos con la próspera clase alta china, deseosa de abandonar sus austeros apartamentos y mudarse a chalets millonarios.

"Parece una revolución en el gusto. Todos están interesados en arte, diseño y cultura, y no se trata sólo de dinero", dijo a IPS Emily Zhang, propietaria de Qin Gallery, una de las galerías de arte pioneras en Beijing.

Los chinos pierden lentamente el rechazo ideológico al lujo y sienten una mayor atracción por la arquitectura, el diseño de interiores y el arte moderno.

"¿A qué aspiras luego de comprarte una casa y un auto? Los acaudalados quieren adquirir un nuevo estilo de vida, y cuanto más opciones, mejor", afirmó Celia Shi, presidenta de Illinois Company, una empresa de diseño de interiores.

Aunque tiene nombre en inglés, se trata de una firma cien por ciento china. En sus nueve años de historia, la compañía ha crecido aprovechando la nueva inclinación de los ricos por muebles suntuosos.

La apertura en Beijing hace seis años de una sucursal de la casa sueca de muebles Ikea también contribuyó a despertar entre los chinos un mayor interés por el lujo.

"Hecho en China" ya no es sinónimo de barato y de baja calidad. Ahora hacen furor los muebles neoclásicos hechos de madera sólida y oscura, con ribetes orientales, como hojas de bambú grabadas, combinadas con adornos modernos de metal o vidrio.

Están de moda las mesas de marfil o vidrio, acompañadas por sillas tapizadas de terciopelo y seda.

Además, existe una tendencia a volver al antiguo estilo imperial, incluso en los círculos de arte moderno de Beijing.

Las obras del pintor Pang Yongjie, que apelan a la estética tradicional de las dinastías imperiales, se venden cada vez más como accesorios para los interiores de edificios oficiales o de apartamentos privados.

"Pang es popular porque es abstracto pero a la vez tradicional. Las curvas de los cuerpos que retrata son sugestivas, pero los colores que usa son todos de la antigua China: el amarillo, el rojo, el púrpura… y las pinturas son muy dramáticas", explicó Emily Zhang.

Pero no son solo los diseños de interiores los que están cambiando.

Hace apenas unos años, el sueño de los adinerados era tener haciendas al estilo español o californiano, pero ahora se interesan más por casas de campo que combinan el arte moderno con la tradición milenaria china.

"Al mismo tiempo que aumentaba la influencia de Beijing en el mundo, el estilo arquitectónico de la dinastía Tang (que gobernó la antigua China entre los años 618 y 907) se ha vuelto cada vez más popular", dijo Lu Dalong, de la inmobiliaria Cathay View.

La arquitecta Rebecca Xsu cree que la tendencia refleja un deseo de la clase alta de volver a sus raíces.

"Las personas quieren un escape. Hay demasiado acero y cemento alrededor nuestro. En el pasado, los habitantes de Beijing vivían muy cerca de la naturaleza y de la tierra. Nuestras casas de campo tenían entonces, incluso, techos de tierra. Los arquitectos ahora buscan lo mismo", señaló.

El renacer del antiguo deseo de vivir cerca de la naturaleza también se aprecia en un innovador centro de vacaciones diseñado por 12 arquitectos no muy lejos de la Gran Muralla.

El centro, llamado La Comuna, mezcla las formas ultramodernas con las tradicionales chinas.

La originalidad de este estilo "hecho en China" fue reconocido en la Bienal de Arquitectura de Venecia 2002, donde el promotor inmobiliario de La Comuna, Zhang Xin, recibió un premio especial.

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe