El ministro del Interior de Venezuela, Jesse Chacón, confirmó finalmente el asesinato de Danilo Anderson, el fiscal más expuesto ante la opinión pública y quien investigaba a centenares de opositores que acompañaron el frustrado golpe de Estado de abril de 2002 contra el presidente Hugo Chávez.
El gobierno asume este hecho terrorista con extrema responsabilidad y serenidad. Vamos a investigar a fondo y a aplicar la ley con todo rigor, y no es retórica, declaró el vicepresidente José Vicente Rangel poco después de confirmarse la identidad de la víctima del atentado mortal con explosivos colocados en el vehículo de Anderson.
Rangel descartó que se decrete el estado de excepción, que implicaría suspender garantías a los derechos ciudadanos, para llevar adelante las investigaciones correspondientes.
En tanto, el presidente Chávez canceló su asistencia a la Cumbre Iberoamericana, que se realiza este viernes y el sábado en San José de Costa Rica.
Los titulares del parlamento, del Poder Judicial, del Moral, las autoridades electorales, legisladores y dirigentes de todas las fuerzas políticas, los medios de comunicación y portavoces de la Iglesia Católica, de la Fuerza Armada se sumaron al gobierno para condenar el atentado a la vez de pedir serenidad y calma.
Frente a la Fiscalía General, centenares de indignados partidarios del gobierno de Chávez se congregaron para reclamar justicia, justicia, mientras el titular de ese organismo, Isaías Rodríguez, conmovido, convocaba a manifestaciones de masas para rendir homenaje al fiscal asesinado.
Otros grupos partidarios de Chávez también recorrieron las calles del centro de Caracas, muchos con el puño en alto coreando justicia popular y dando vivas a Danilo, presente, y siempre consecuente.
Anderson dirigía la investigación penal sobre casi 400 civiles que acompañaron al empresario Pedro Carmona o se entrevistaron con él entre el 11 y el 13 de abril de 2003, cuando asumió la presidencia del efímero gobierno dictatorial con apoyo de algunos jefes militares mientras Chávez permanecía arrestado en un cuartel.
También encausó a policías de una alcaldía opositora y a partidarios del oficialismo que intercambiaron disparos el 11 de abril de 2002, al cierre de una multitudinaria marcha opositora, en los que murieron 19 personas.
Además, acusó por varios delitos al alcalde Henrique Carriles, de un municipio del sudeste caraqueño, por supuestamente tolerar y alentar el asedio de exaltados a la embajada de Cuba en Venezuela el 12 de abril de 2002, pero la justicia exculpó al burgomaestre.
Apenas se informó del atentado contra Anderson, de 38 años, decenas de líderes de las fuerzas que apoyan a Chávez, visiblemente consternados, acudieron al sitio del crimen y combinaron sus llamados a la serenidad con la exigencia de una investigación rigurosa.
Hay la intención de algún extremista para imponer una agenda violenta. Nos preocupa que alguien saque una pistola y ataque a un opositor. Si un opositor muere como Anderson, sabremos cómo habrá comenzado la escalada, pero no como terminará, comentó José Albornoz, del partido Patria Para Todos, aliado de Chávez.
El atentado busca amedrentar al Poder Judicial para que no avance en las investigaciones que llevaba Anderson adelante. El fascismo sigue libre y vivo, pero los extremistas no pasarán en Venezuela, dijo el ministro de Información, Andrés Izarra.
Para Rangel, quienes están detrás de este atentado son personas desequilibradas. Este es un golpe artero al diálogo y a la reconciliación entre los venezolanos, y pidió a la oposición que se deslinde de toda manifestación de violencia.
El analista político José Vicente Carrasquero dijo a IPS que no se debe identificar a la oposición con el atentado, porque se pueden cerrar espacios para el diálogo abierto tras los procesos electorales, como el referendo de agosto que ratificó el mandato presidencial de Chávez y la elección de gobernadores regionales y alcaldes el 31 de octubre.
En la calle he sentido en partidarios oficialistas mucha rabia. Es necesario que el gobierno se maneje con mucha serenidad y conduzca este caso como lo que es, un crimen político que debe tener responsables muy precisos, agregó Carrasquero, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Simón Bolívar.
Para el atentado contra Anderson, según revelaciones de Chacón y comentarios de algunos detectives policiales, se utilizaron dos bombas colocadas en el chasis de su camioneta todo terreno con las cargas dispuestas con proyección ascendente.
El fiscal estacionó la camioneta la noche del jueves junto al Instituto de Estudios Criminalísticos de Caracas, donde cursaba un posgrado, y luego, cuando conducía el vehículo por una calle cercana, se produjeron los estallidos y se incendió el auto. El cadáver quedó totalmente calcinado y su identificación precisa demoró varias horas.
Comentaristas de prensa y radio asociaron el atentado con los que sufrieron en los primeros meses de 2003 sedes diplomáticas de España y de Colombia en Caracas, afortunadamente en horas de la madrugada, por lo que no hubo víctimas.
En esa época de aguda confrontación política y un clima de agitación motorizado por marchas callejeras, también se lanzaron explosivos contra un edifico que albergaba reuniones entre dirigentes del gobierno y de la oposición para buscar una salida a la crisis, la que resultó ser el referendo ganado por Chávez el pasado agosto.
Rangel dijo no poder callar el caso de Orlando Urdaneta, quien pidió a través de una emisora de televisión de Miami la concreción de un magnicidio en Venezuela, al señalar que los problemas venezolanos se pueden resolver con un rifle de mira telescópica.
Cuando la entrevistadora le preguntó (a Urdaneta) por la orden, (éste) dijo que ya está dada, completó el vicepresidente.
Urdaneta es un popular actor y animador de televisión de Venezuela, acérrimo opositor de Chávez y uno de los acompañantes de Carmona en abril de 2002.
Llamo la atención del gobierno estadounidense, que a pesar de la gravedad de esa declaración a través de un medio público no ha dicho ni hecho nada. El gobierno y la embajada de Estados Unidos nos deben una explicación, reclamó Rangel.
Izarra mostró el vídeo con las declaraciones de Urdaneta y el reportaje de un diario caraqueño con fotografías de un Comando F4, que integrarían algunos cubanos anticastristas y el capitán Luis García, retirado de la Guardia Nacional de Venezuela, mientras entrenaban con armas largas en el sudoriental estado estadounidense de Florida.
El gobierno de Estados Unidos debe explicar cómo es que esos señores, bajo su mirada, hacen esos llamados a atentar contra Venezuela, dijo Izarra.
El embajador de Washington en Caracas, William Brownfield, calificó el asesinato de Anderson como un acto brutal y bárbaro, expresó condolencias para su familia y agregó que a nombre del gobierno del presidente George W. Bush condena el atentado. En un ambiente de terrorismo todos somos víctimas, agregó.
El fiscal Rodríguez recibió también un mensaje de condolencias, solidaridad y enérgica repulsa al atentado del ministro de Justicia de España, Juan López.
La organización no gubernamental estadounidense Centro Carter para la Paz, que motorizó los acuerdos entre gobierno y oposición que desembocaron en el referendo, también condenó enérgicamente el atentado criminal.
Advirtió, además, que ahora se impone la cautela de todos los factores de la sociedad para evitar que se inicie una fase de violencia que atente contra el sistema democrático, el estado de derecho, la paz y la justicia.