La entrega de la presidencia de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) al ministro de Energía, Rafael Ramírez, prevé un mayor control del gobierno sobre este consorcio estatal, con operaciones globales por 45.000 millones de dólares y de donde se extraen recursos para proyectos sociales extrapresupuestarios.
La designación de Ramírez, un estrecho colaborador del presidente Hugo Chávez, para sustituir a Alí Rodríguez, implica poner en las mismas manos ambas responsabilidades por primera vez desde que se nacionalizó la industria petrolera en 1976.
Ese llamado modelo árabe, porque es común entre los países productores del Medio Oriente, le dará más libertad de acción a Chávez y a su llamada revolución bolivariana, según expertos y opositores, para manejar una cifra que este año fluctuará de 25.000 millones de dólares a 30.000 millones sólo por concepto de exportaciones petroleras.
Chávez utilizó unos 2.000 millones de dólares de Pdvsa, aparte de los tributos normales que abona la corporación, para financiar los programas de salud, educación y alimentación para afrontar la emergencia social por fuera del presupuesto ordinario del Estado, que en 2004 fue de 26.000 millones de dólares. Ahora varios de sus ministros piden otro aporte extra.
Es un ensayo. Vamos a ser muy escrupulosos en separar las funciones del Ministerio y de Pdvsa, explicó Ramírez, pero dijo que necesariamente tiene que haber cambios profundos.
La nueva Pdvsa va a ser un instrumento para los objetivos estratégicos que se ha planteado el Estado venezolano, agregó el funcionario.
Ramírez reemplazó en Pdvsa a Rodríguez, quien asumió como nuevo canciller, en una jugada de Chávez que apunta a fortalecer el rasgo petrolero de su diplomacia, con la que promueve una alianza energética en América Latina y el Caribe y se prepara para el posible endurecimiento de Washington, con la ex ejecutiva petrolera Condoleezza Rice como nueva secretaria de Estado.
En Pdvsa, dijeron fuentes internas de esa empresa a IPS, se desarrolla una sorda pugna entre grupos por conservar o ganar poder. Rodríguez es un dirigente de Patria Para Todos, un pequeño partido aliado de Chávez, en tanto Ramírez proviene de una agrupación aún más chica y de raíz izquierdista como es Esperanza Patriótica.
Víctor Poleo, profesor del postgrado en economía petrolera de la Universidad Central, la principal del país, recordó a IPS que Pdvsa no ha rendido cuentas de sus ejercicios financieros y operativos, semestrales y anuales, desde 2002, lo que atribuye a intentos de tapar desorden, despilfarro o corrupción.
No es posible que Rodríguez salte a la cancillería sin rendir cuentas de su gestión, dijo Poleo. En la (angloholandesa) Shell hace rato lo hubieran echado, agregó Poleo, coordinador del grupo de reflexión Soberanía.
Pdvsa es una de las mayores empresas del Sur y aunque no cotiza en bolsa se estima que sus activos pueden llegar a los 100.000 millones de dólares. Además de la mayor parte de las operaciones de la industria en Venezuela, el quinto exportador mundial, posee refinerías y redes de distribución de combustible en Estados Unidos y Europa.
En la oposición política generó rechazo el nombramiento de Ramírez, un activista que quiere ganarse galones con su actitud incondicional, según el parlamentario Ramón Medina, del nuevo partido derechista Primero Justicia.
Humberto Calderón, socialcristiano y ex ministro de Energía, dijo a IPS que la medida subordina definitivamente Pdvsa al gobierno, confunde funciones políticas con empresariales e introduce más elementos de ineficiencia y desorden.
A distancia, la analista Anne Milne, del alemán Deutsche Bank, prefirió esperar, dado el tamaño de Pdvsa, si tiene sentido tener a una persona delineando la política petrolera y a la vez operando una enorme empresa..
Alberto Quirós, ex presidente de Shell en Venezuela y ex ejecutivo de Pdvsa, estimó que ante la complicada labor seguramente designarán un vicepresidente principal para la operación de la empresa, y subrayó que lo hecho por el gobierno es un modelo saudita, aplicado por gobiernos autoritarios, para garantizar control de los recursos.
En lo inmediato, el contraste entre este relevo es muy marcado con el que Chávez hizo en la directiva de Pdvsa en marzo de 2002, que detonó un conflicto entre miles de gerentes y empleados de la corporación que fueron a la huelga el siguiente abril.
El 11 de abril, una marcha de centenares de miles de opositores que salieron de la sede caraqueña de Pdvsa fue a la sede del gobierno a exigir la renuncia del mandatario elegido democráticamente, que se disolvió en medio de un tiroteo donde murieron 19 personas y detonó un frustrado golpe de estado que alejó a Chávez del gobierno por sólo 47 horas.
Luego de recuperar el gobierno, Chávez confió la presidencia de Pdvsa a Rodríguez, quien se encontraba en Viena como secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo.
En diciembre de 2002 y enero de 2003 miles de gerentes y empleados administrativos paralizaron la industria para presionar por la renuncia de Chávez, pero el gobierno contraatacó militarizando las instalaciones y fueron despedidos 18.000 de los 37.000 empleados de entonces.
A partir de aquella fecha se desató una guerra de cifras entre oficialismo y la oposición acerca de la capacidad de extracción y real producción petrolera del país, que es de 3,1 millones de barriles diarios según el gobierno y de 2,6 millones según sus detractores.
Para Poleo, la desnaturalización política y corporativa de Pdvsa emerge de un nudo por desatar, que es la propiedad de los recursos. Pdvsa es del pueblo, nos dicen. Chávez es el pueblo, añaden, y el silogismo es concluyente: Pdvsa es de Chávez.
También el analista Teodoro Petkoff editorializó en su diario Tal Cual para calificar de surrealista la designación del ministro al frente de la corporación, pues el regulador de la empresa es a su vez el regulado. Ramírez se despacha y se da el vuelto, sostuvo.
Pdvsa ha sido de hecho privatizada; es de Chávez, quien la maneja con una discrecionalidad que ningún empresario privado tiene sobre su empresa, arriesgó Petkoff.
En cambio, para partidarios del gobierno como el diputado Ricardo Sanguino, de la comisión de finanzas del parlamento, la designación de Ramírez permite que la industria petrolera tenga una sola línea política y se oriente al financiamiento de los programas sociales.
Poco antes de dejar el cargo, el pasado sábado, Rodríguez anunció la creación de una filial o dependencia de Pdvsa dedicada a coordinar el financiamiento y manejo de programas sociales que son la punta de lanza en la acción del gobierno.