La confirmación este lunes del cumplimiento de la promesa de Irán de suspender su programa de enriquecimiento de uranio puede evitarle sanciones internacionales, pero muchas preguntas permanecen sin respuesta.
La primera es si Irán posee modelos de bombas atómicas y cierta cantidad de uranio enriquecido, transferidos por el científico nuclear pakistaní Abdul Qadeer Khan en un mercado negro de materiales atómicos.
Es posible que esta acusación, realizada por un grupo disidente iraní en el exilio, esté dirigida a sabotear un acuerdo recién realizado entre Teherán y tres gobiernos de la Unión Europea para suspender el programa nuclear de Irán a cambio de ciertos incentivos.
Igualmente importante es si se investigarán en profundidad los cargos contra Khan, el padre del programa nuclear de Pakistán, bajo arresto domiciliario en ese país.
De una u otra forma, las autoridades de Pakistán tienen muchas cosas que responder, comentó el activista por la paz y físico independiente Pervez Hoodbhoy.
El gobierno pakistaní dio a Khan piedra libre en la conducción de su programa nuclear, y lo convirtió en un héroe nacional. Khan tenía cuantiosos fondos a su disposición, y no estaba subordinado a nadie. El público tiene derecho a saber más, comentó Hoodbhoy a IPS en una visita a la capital de India.
El científico, que enseña física en la Universidad Quaid-e-Azam de Pakistán, cree que la aclaración de ese asunto forma parte de la agenda de democratización de Islamabad.
Debido más que nada a la presión de Estados Unidos, las autoridades de Pakistán pusieron a Khan bajo arresto domiciliario, pero gran parte de su actividad permanece encubierta.
Washington ha estado al frente de la campaña para remitir el asunto de las ambiciones nucleares de Irán al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que tiene la facultad de imponer sanciones. Pero otros miembros del Consejo y de la UE se resistieron.
La probabilidad de un embargo se redujo más este lunes cuando Mohamed El Baradei, jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), confirmó el congelamiento del programa nuclear iraní.
Creo que todo está detenido ahora, declaró El Baradei a la prensa en Viena, y agregó que se están sellando los equipos para asegurar la detención de las actividades atómicas.
Irán congeló su programa nuclear tres días antes de una reunión de la AIEA, una agencia de la ONU, para discutir su caso.
Se prevé que Washington intentará una vez más hacer que la junta directiva de la AIEA derive el caso al Consejo de Seguridad y que éste sancione a Teherán por no haber revelado datos sobre sus trabajos e instalaciones nucleares en el pasado.
Por otra parte, Irán niega enfáticamente poseer una instalación nuclear secreta, y prometió cooperar con la AIEA. En un informe de 1.030 páginas, el gobierno dijo declarar todos sus sitios y actividades nucleares.
Pero el escepticismo internacional acerca de las ambiciones nucleares de Irán persiste, y aumentó la semana pasada cuando un disidente del Consejo Nacional para la Resistencia en Irán (NCRI) afirmó que Teherán posee modelos de bombas nucleares y que engañó a la ONU continuando actividades que le permitirían tener armas atómicas el año próximo.
El disidente, Farid Soleimani, afirmó que los diagramas de bombas y una cantidad no especificada de uranio enriquecido fueron suministrados por Khan, el jefe del programa nuclear pakistaní.
Les dio (a las autoridades pakistaníes) el mismo diseño de armas que a los libios y más, declaró a la prensa en Viena.
Soleimani es el brazo político de los Mujaidines del Pueblo, un grupo radical islámico que Washington considera una organización terrorista.
En el pasado, el NCRI realizó acusaciones que luego resultaron ciertas. Por ejemplo, en 2002, reveló que Irán tenía dos instalaciones nucleares secretas, incluida una de enriquecimiento de uranio en la localidad de Natanz.
Sin embargo, llama la atención que la nueva acusación del grupo se haya realizado dos días antes de la firma de un acuerdo de Irán con Gran Bretaña, Alemania y Francia, por el que Teherán suspende todo enriquecimiento de uranio, incluso para fines pacíficos, a cambio de incentivos económicos, políticos y tecnológicos, entre éstos un reactor nuclear.
Es posible que la acusación haya apuntado a frustrar el acuerdo con los países europeos, para que los Mujaidines del Pueblo no se vieran sujetos a una restricción de viajes en Europa occidental.
Sin embargo, la AIEA debería realizar una profunda investigación independiente. A la vez, esta agencia debería hacer públicas sus conclusiones, en lugar de compartir sólo con gobiernos su información sensible. (